Capítulo 4

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Me desperté por una calor sofocante, era demasiada, me moví un poco y escuché un gruñido. Abrí los ojos de golpe mirando donde estaba, intenté moverme para tener una mejor visión de la habitación, pero no podía, fue ahí donde me di cuenta de donde venia esa calor. ¡Estaba rodeada y abrazada por Liam! Intente salir de su abrazo, pero el gruño, me giré quedando cara a cara y el abrió los ojos. Una sonrisa maliciosa decoro su rostro mañanero, su pelo negro como la noche revuelto y sus ojos azules adormilados. Estaba muy mono, lo único que arruinaba esa cara era esa sonrisa que no prometía nada bueno.

-Buenos días, mi Luna- dijo dándome un beso en la cabeza, a lo cual yo hice un gesto de asco y me limpié la cabeza con la mano. ¿El problema? No me había causado asco. Estaba bien en sus brazos, entre esas caricias, pero eso no lo podía saber nadie, pensarían que estaba loca. El rio, me sacudí, ya que estaba literalmente, pegada a él. - No me esperaba esta tan buena reacción de mis besos. ¿Quieres que te de uno aquí? - Dijo mirando mis labios, negué con la cabeza, Liam sonrió y me dio otro beso en la punta de la nariz, intente repetir el gesto de asco, pero me retuvo las manos en su pecho- Por mucho que me guste estar así contigo, tengo sueño, duerme un poco más- Dijo cerrando los ojos.

- Suéltame- Dije en un tono un poco mas brusco de lo que pretendía.

- No- Dijo y me acerco mas a su cuerpo, dejando mi cara enganchada a su pecho, casi sin dejarme respirar- Duerme un poco más conmigo.

Me relaje contra sus brazos, no tenía otra opción, me volví a dormir, entre toda esa calor que me arropaba como si fuera una niña pequeña, eso no se iba a quedar así.

Me volví a despertar, supongo que un par de horas más tarde, pero seguía igual de pegada a su cuerpo, me moví, el gruño, y me acerco mas de lo que ya estaba a su cuerpo. No podía respirar.

-Liam déjame, necesito ir al baño- Parecía que se debatía en su mente, pero me dejo ir soltando un gruñido. Que pesado.

Me levanté y fui a una de las puertas de la habitación, la cual daba a un gran baño con una enorme bañera, una ducha y todo de productos de higiene personal, la mayoría de chico, pero no pude pasar de alto un detalle; había dos cepillos de dientes. Se había preparado. Sin pensármelo dos veces corrí hacia la taza del baño e hice mis necesidades, al salir Liam seguía durmiendo boca abajo. No pude resistirme a abrir la otra puerta, la cual daba a un enorme vestidor. Abrí la otra puerta la que me quedaba, daba a un pasillo, sin pensármelo mucho, salí de la habitación sin hacer ruido, bajé las escaleras, no había nadie, un ruido de un portazo me asustó.

- ¿Dónde está? - Preguntó una voz, era Liam, se había despertado, y, apuesto lo que sea que esa pregunta iba dedicada hacia mí, me escondí dentro de un armario de limpieza esperando que no me encontrara- Brooke como no salgas ahora te sumare un castigo mas del que te ganaste ayer- En su voz no había ni una pizca de broma, estaba serio, y eso me causo escalofríos, miedo, no sabía hasta donde podía llegar- Me había levantado de buen humor, no lo estropees- Suspiró- SAL AHORA BROOKE- Esta vez su voz era demandante, fría y posesiva.

IDIOTA

Esta vez no iba a ganar, había dormido con él, que era mucho y me había aguantado de sus mierditas matutinas. Me pase unos minutos mas dentro del armario, hasta que hubo un silencio sepulcral abrí la puerta, Sali del armario y sin saber de donde salió me choque con un cuerpo de piedra. Liam. Soy Idiota. ¿Había sabido que estaba aquí todo el rato?

Pues claro, es más listo que tu

Gracias consciencia.

Me cogió del brazo y me hizo caminar otra vez hasta la habitación donde me había despertado. No me había fijado que había un cuadro de un lobo negro en la pared, con sus mismos ojos.

MÍA Y SOLO MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora