Capítulo 14

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Me desperté en la misma posición que me había dormido. El colchón no era muy cómodo, pero estaba tan cansada que no me había dado ni cuenta. Me removí, intentando volver a dormirme, pero esta vez, mi mente ya no quería obedecerme. Seguí con los ojos cerrados, y pensé en todo, en Will, en Mark, en Erik, en Liam, en mis hermanos, en mi madre y en mí.

El colchón, que alguna vez fue mi refugio, se sentía más rígido que nunca bajo mi cuerpo. Mis ojos se abrieron lentamente, todavía llenos de los últimos rastros de un sueño agitado. La penumbra del garaje me rodeaba, y por un momento, me sentí desorientada, atrapada entre la realidad y los restos de mi pesadilla. Había escapado de la casa de Liam, ese lugar donde nuestras emociones se entrelazaban en un laberinto complejo de amor y miedo. La sensación de seguridad que solía encontrar aquí, sin embargo, se había desvanecido. Mi respiración era entrecortada, mi corazón golpeaba en mi pecho como un tambor desbocado.

Abrí completamente los ojos, esperando encontrar la tranquilidad de la oscuridad a mi alrededor. Sin embargo, me encontré con una mirada intensa y penetrante. Y allí estaba él, Liam, de pie en la penumbra del garaje, sus brazos cruzados sobre el pecho y su mirada intensa fija en mí. Podía sentir el amor en sus ojos, pero también había una sombra de preocupación y dolor. También, había ira y frustración, todo y que ahora mismo, no era lo que estaba demostrando.

- ¿Has dormido bien sin mi Brooke? - Pregunto en un tono seco y brusco- Espero que lo hayas disfrutado, porque no volverás a dormir sola en toda tu vida.

Su mirada era fría, como si de verdad le hubiera afectado que me hubiera ido, como si de verdad le rompiera el no verme cada día y como si no le importara nada, si al final de todo, acabáramos los dos juntos. Había un punto de furia en su voz, pero también uno de tristeza y decepción, que me partió completamente el corazón.

- ¿Cómo me has encontrado? - Pregunte en un susurro casi inaudible. Esa era la pregunta que mas me interesaba en ese instante. ¿Mis hermanos me habían delatado? Podía ser. Pero no creía que hubieran sido ellos.

-Siempre encuentro lo que quiero- Dijo encogiéndose de hombros, restándole importancia- Siempre voy a encontrarte Brooke- Dijo dando unos pasos hacia el colchón y sentándose a mi lado- No te voy a dejar escapar.

Y sin decir nada mas me abrazo. Pero este abrazo no fue como los demás, no fue con un sentimiento de culpa, de celos o de enfado, no, fue un abrazo de dolor, de lastima y sobre todo de amor y de cariño. La calidez de su cuerpo se fundió con la mía, creando una sensación de unidad que iba más allá de las palabras. Cerré los ojos, sintiendo el latido de su corazón junto al mío, como una melodía suave en esa fría mañana. Me relajé en sus brazos y le devolví el abrazo. Liam me apretó más hacia su pecho.

-Vamos a casa conejita, te he echado de menos- Susurró en mi oído, me aparte, o al menos lo intente- No acepto un no como respuesta- Añadió.

Me separe de su abrazo, dejando que el frio volviera a encontrarme. Por la noche había llovido, ya que hacía olor a humedad y el ambiente era muy frio. Con solo un movimiento Liam estaba encima de mí, abrazándome, casi sin dejarme respirar.

-Liam puedo ir a hablar con mis hermanos? - Pregunte. Siendo sincera, no sabía que esperarme, si un sí de parte suya o un no rotundo. Se podían esperar las dos cosas, sabiendo lo bipolar que era. Liam gruñó, como si le molestara que me quisiera ir de su lado, como si le molestara el hecho de que quisiera ver a mis hermanos. Toda una estupidez.

-Te dejo ir si me dejas estar mas tiempo abrazados- Susurro, apretándome más contra él.

Ya me había cansado. No tenía por qué pedirle permiso para hacer las cosas, no era mi padre, ni nadie para ordenarme nada.

MÍA Y SOLO MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora