Capítulo 5

2.4K 91 11
                                    

Sali de la habitación con un nudo en el pecho, baje las escaleras cuidadosamente, sin hacer mucho ruido, para prevenir si había alguien que pudiera avisar a Liam de que me estaba escapando.

Me deje llevar por mi intuición, seguramente me equivoque en unas cuantas ocasiones, porque la casa no era ni de lejos un sitio pequeño. A l llegar a la gran puerta de la entrada la abro, dejándome paso libre hacia un jardín repleto de hierva, flores y al fondo empieza el bosque.

Sin pensármelo dos veces entro en el bosque. Los árboles son altísimos, y las flores que lo rodean le dan un toque super mágico. Me quede embobada mirándolo todo, no lo había visto antes. Hay algunos champiñones o al menos se parecen, cada uno de un color diferente.

No se cuanto tiempo me la pase rondando por esos bosques, mirando esas plantas, arboles y diferentes criaturas que veía. Me encontré un conejito blanco, con una mancha en la parte trasera de la pata muy amigable, lo acaricié y seguí con mi trayecto.

Me dolían los pies y después de mucho rato me di cuenta de que era estúpida, no sabía cuánto tiempo había pasado en ese bosque, ni donde estaba, ni si estaba muy lejos de la ciudad o justo al lado. Lo que si que sabia era que no podía rendirme. Tenia que escapar.

Una media hora después empecé a ver algunas personas paseando y charlando. ¡Lo había conseguido si! ¡Ya no estaba con ese chiflado que me había secuestrado! Seguí andando un poco más, debía ser media tarde, me había pasado toda la mañana y la mitad de la tarde dando vueltas por el bosque hasta llegar a ese pueblo, que no se ni si quiera si era en el que vivía yo. Estaba un poco perdida sí.

¿Un poco solo?

Vale no, me estaba saliendo bastante mal el escape. Pero bueno, lo principal era salir de ahí así que con eso vamos suficientemente bien. Un gruñido proveniente de mi barriga me hico darme cuenta de que no había comido nada a parte de los huevos revueltos de la mañana y que estaba hambrienta y sedienta.

A lo lejos, se oía música, así que me acerque. Había una fiesta en un descampado, tenían bebidas y comida, lo que necesitaba.

No lo tienes todo, te falta la invitación.

Gracias consciencia no te dejas ni una.

- ¿No eres de por aquí no? - Una voz que provenía de mi espalda me hizo sobresaltarme. Me giré y vi a un chico rubio y de ojos marrones mirándome.

- No, no soy de aquí- Dije casi en un susurro.

- Ya lo suponía- Dijo el riéndose- Ven, te invito a mi fiesta, por una desconocida mas no pasará nada- Dijo al ver que ponía una cara de confusión.

Pusieron música, baile y cante con ese chico rubio del que todavía no sabía el nombre y me lo pase fenomenal. Pusieron diferentes canciones de diferentes estilos, y baile cada uno, todo y que no me sonara de nada la letra. No podía hacer mas el ridículo, no me conocía nadie. Me acerque a la oreja del chico rubio, ya que con tanta música era difícil escuchar más cosas que las canciones y los gritos de la gente.

- ¿Como te llamas? Todavía no me lo has dicho. - Dije.

- Mark, me llamo Mark. ¿Tu?

- Brooke, encantada.

Mark cada vez estaba mas cerca, cada vez miraba mas a mis labios, cada vez notaba mas su calor, cada vez tenía más ganas de besarle. Él se acercó, y cuando iba a haber el primer roce de nuestros labios un empujón lo hizo retroceder, cortándonos a ambos el rollo. Me aparte, de golpe su contacto me repugnaba, quería irme a mi casa hablar con mis hermanos y ponerme a dormir en mi cama.

- Sabes dónde queda el pueblo de Licaón? - Pregunte acercando mis labios en su oreja.

-Cariño estas en Licaón. Lo único que un poco más a las afueras- Puse algo parecido a una mueca- No esa muy lejos del centro- Aclaró- Podría llevarte.

MÍA Y SOLO MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora