Me gire para ver quien me había salvado de la caída. ¿Y sabéis quién era? El guardia. El guardia, guapo. El guardia el cual le había dicho a Liam que era guapísimo. Cosa que, de cerca, se hacia mas notable. ¿Sabéis el típico chico popular de la escuela? Pues el guardia este, es cual todavía no sabia su nombre, tenia pinta de ser de esos. Yo le ponía unos 26 años o un poco más. Era de piel morena, ojos marrones, alto, cuerpo envidiable, pelo rizado y mandíbula marcada. Era muy guapo. Lo mire de arriba abajo, embobada.
-Cuidado Luna. Deberías mirar por donde pisas- Se burlo con una sonrisa hermosa en la cara, y con dos hoyuelos a cada lado.
- Soy Brooke. ¿Tú eres? - Dije, estaba bastante incomoda la verdad. No me estaba pasando como Liam, Will o Mark, no, era completamente lo contrario. Cosa, que me puso mas nerviosa de lo que ya estaba. Había algo en su manera de mirarme que me causaba escalofríos, que no eran como los que me causaba Liam.
- Perdón Brooke. Soy Adam. El guardia real que está a tu Servicio siempre que el señor no este.
A ver, a ver, a ver. Demasiada información para mis pobres neuronas. Ha dicho real. Eso quiere decir que Liam es un rey o algo. ¿No? Cada vez la cosa se pone más interesante, pero más difícil de dejarla.
- Tranquilo. Me podrías acompañar hasta la cocina. Creo que necesitó un café para relajar un poco mi mente.
Era verdad, cada vez me sentía mas cansada mas débil, como si me faltara algo. En conclusión, necesitaba un café.
-Claro Luna- Que pesados con lo de mi luna ¿eh? Que me llamo Brooke. B-R-O-O-K-E. De verdad, debían estar bajo los encantos de Liam, porque estaban todos locos- Por qui.
Adam me guio hacia la cocina, sabia ir, ya me había aprendido el camino. Pero todo y que no me sintiera muy a gusto a su lado no quería estar sola. Bajamos las escaleras que había subido ya unas cuantas veces, pasamos por delante del armario de limpieza donde me escondí hacía ya un día. Al llegar a la cocina abrí cada uno de los cajones, esperando encontrar el café, pero fue en vano.
- ¿Quieres que te lo prepare yo? - Dijo la voz tras de mí. Si que quería. Me hacia mucho palo hacerlo yo, y encima, no sabia donde estaban la mitad de las cosas.
-No hace falta de verdad- A veces, por mucho que quieras una cosa tienes que ser amable, porque si no, te arrancan la cabeza, al menos en mi humilde caso.
Adam me aparto en un suave movimiento, dejándome detrás suyo. El empezó a abrir los cajones, sacando dos cajas, una cafetera, y el café. Mi salvación. Empezó a prepararlo. Cuando ya estaba goteando el café en una de las tazas me vino una pregunta a la mente. ¿El no era guardia? ¿Cómo sabía dónde estaban las cosas entonces? No quería entrometerme, pero la curiosidad me gano, como siempre.
- ¿Como sabes donde esta cada cosa? La cocina no es pequeña que le digamos- Pregunté a su espalda. Adam no se giró. Pero si que me escucho.
-Mi madre es una sirvienta de aquí. Así que pase la mayoría de mi infancia por estos pasillos- Dijo mientras ponía las dos tazas de café en la mesa de enfrente.
-Así que... Conoces a Liam desde pequeño- Pregunté, mientras nos sentábamos en la mesa de madera.
-No, Liam es bastante más mayor que yo. Cuando llegue, el ya era bastante mayor, así que me trato mas o menos como su hermano pequeño- Dijo mientras miraba a un punto fijo detrás mío.
¿Mas mayor? Pero si parecía que tenían la misma edad. Puede que Liam tuviera unos años más, pero tampoco tantos como para que lo tratara como su hermano pequeño. Seguramente si preguntara mas del tema me dejaría de hablar de él, así que cambie de tema rápidamente.
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MÍA Y SOLO MÍA
LobisomemLa vida no puede cambiar con solo una palabra, ¿no? Pues yo no creo eso, desde que me mude y un hombre me proclamo como suya todo cambió. Y si, todo puede cambiar con una sola palabra " mi luna". ¿Yo solo era una chica normal, de las que les gust...