Capítulo 29

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LIAM

Llevar a Brooke de la mano, por mi manada, y sabiendo, que, por ahora, todo está perfectamente bien, es la situación más agradable que he experimentado. Nunca pensé que los mitos fueran reales, pero al final, sí que lo fueron. Brooke era y seria mi salvación, había hecho que volviera a sentir y que volviera amar como lo hacía antes, como lo hacía antes de que todo se arruinara.

<< Habían cerrado toda la casa con llave, mama estaba completamente asustada, y sus rasgos me demostraban que quería gritar, pero que no podía. Papa estaba ansioso y tenía furia, mucha y Asher... Asher no estaba.

Me quedé en el centro de la sala, mirando las acciones de los dos adultos a mis lados, quien, con prisas, cerraban las cortinas e intentaban mantener toda la casa cerrada, como si intentaran que fuera un lugar seguro, pero eso implicaba dejar de lado la realidad.

A mis escasos 7 años ya podía prevenir lo que pasaba, sabía que los invasores del pueblo no querían a mi padre ni a mi madre aquí, tampoco a mi o a Asher, pero todavía era pronto para que entendiese que la gente fuera tan mala, como para ir en contra de dos niños pequeños que no habían hecho nada.

Pero la vida quiso sorprenderme.

La puerta de la entrada, esa que siempre había estado abierta, recibía golpes y gritos exigiendo que les abrieran paso. Mi madre, se acercó a pasos rápidos hacia mí, mientras mi padre ponía uno de los armarios presionando la puerta. Abrió uno de los cajones que nunca había tenido permitido abrir y saco un arma.

De las que disparan.

-Hijo, Liam, cariño, metete en el lugar bajo la alfombra, donde Asher y tu tenéis la guarida. Rápido- Murmuró mi madre asustada, tirando de mi hacia donde Asher y yo habíamos pasado la mayoría de nuestra infancia.

Los recuerdos que albergaba el sitio que estaba debajo mío eran infinitos y el simple hecho de que ahora solo hubiera la opción de perder-lo, me causaba un miedo implacable.

Mi madre no esperó a que respondiera, simplemente abrió la trampilla y me metió dentro de un empujón, haciendo que, sin poder agarrarme a la escalera, cayera de golpe al suelo.

Escuché el ruido de la trampilla cerrarse, el de la alfombra colocándose encima de ella y un sonido mucho mas fuerte, uno que provenía de arriba, habían tumbado la puerta.

Los gritos de mi madre y mi padre fueron los siguientes, haciendo que mis labios empezaran a temblar, preocupados, y mis ojos dejaran gotas de agua saladas. Quería salir y romperle la cara a esas personas que estaban arruinando la vida de los que, en ese momento, amaba.

Estaban arruinando mi vida.

Pero, sabia que solo era una criatura de 7 años, sabía que tenía algo especial en mi sangre, algo que mis compañeros no tenían, y que mis profesores no entendían, pero, igualmente, no sabía cómo hacerlo funcionar.

Pasé las siguientes horas hecho una bola en una esquina, llorando por la familia que seguramente, ya no tenia, y por qué me habían dejado, me habían dejado completamente solo>>

Sacudí la cabeza intentando que esos recuerdos se fueran de mi mente, intentando que desaparecieran. Giré para mirar a quien tenía cogida de la mano, y lo que vi me impacto. Los ojos de Brooke dejaban ir lagrimas de tristeza y de preocupación, mientras su mano apretaba la mía con más fuerza de como lo hacía segundos antes.

Fruncí el ceño. ¿Qué le pasa?

-Lo siento mucho Liam, no te merecías eso... Eras solo un niño- Su intentó soltar la mía por unos segundos, pero impedí el gesto, haciendo mas fuerza con mi mano y frunciendo todavía más el ceño.

MÍA Y SOLO MÍADonde viven las historias. Descúbrelo ahora