MÍA Y SOLO MÍA

Capítulo 6

Me desperté por un dolor de cabeza insoportable, tenía la mente nublada, no recordaba nada de lo que había pasado ayer, y para colmo, estaba tan mareada que no sabia ni donde estaba. No me moví, tampoco creo que pudiera hacerlo, pero ni si quiera probé. Unos minutos mas tarde mis sentidos volvieron a mí, el dolor de cabeza se disipó y yo tuve el impulso de levantarme, pero algo me lo impedía. Algo me tenia retenida por la cintura.

¿Adivinad quién era?

Liam. El mismo que me había raptado y drogado, y ahora me tenia en su cama, abrazada como si no supiera la gravedad de lo que estaba haciendo. No me sentía incomoda, y eso me hacia rabia. ¿Qué mierda le pasaba a mi cabeza?

¡Oye! ¡No me tires toda la culpa a mí! Que tu no te salvas cariño

Intente volver a levantarme, al menos intente salir de ese abrazo posesivo de mi cintura. Repito, lo intente. Porque no conseguí nada. Ni se movió, su brazo musculoso, que era más grande que mi cabeza, me tenía cogida posesivamente por la cintura enganchándome a su pecho, como si pensara que me iba a ir. Bueno, era mi intención en realidad, no era tan tonto al parecer. Volví a intentarlo, esta vez, me apretó más a su pecho, haciendo un fuerte y ronco gruñido que resonó por toda la habitación. Volví a intentar zafarme de su agarre, esta vez con un poco mas de brusquedad, y lo desperté.

- Joder Brooke. ¿Es mucho pedir, que me dejes dormir un poco? Y créeme que te conviene que duerma, porque si no, estaré de mal humor y tu castigo de ayer será el triple de doloroso.

Trague saliva. No iba a castigarme. No seria tan cruel. Yo no había hecho nada. Solo escaparme de él. No era nada malo. ¿O sí? No, no lo era. Me arme de valor, ayer no me había dejado decirle nada, porque al listillo le pareció muy buena idea drogarme. Le había servido para que me mantuviera callada, pero para su desgracia, ese milagro se había terminado.

- No me vas a castigar, no te voy a dejar hacerlo- Dije secamente, haciendo otro inútil intento de salir de su agarre. Solté una exclamación de asombro cuando una de sus manos se introdujo dentro de mi camiseta, haciendo caricias de arriba abajo. Eso me tranquilizó, hasta que me di cuenta de que no llevaba la camiseta que me había puesto ayer. ¡Llevaba otra! Ese pervertido me había cambiado. Que carbón. Iba a decir algo al respecto, pero el me respondió a lo que dije.

- Claro que lo voy a hacer, y créeme que voy a disfrutar muchísimo hacerlo- Dijo girándome, haciendo que mi cara chocara bruscamente con su pecho. Puse mis manos en su pecho, para poner al menos un poco de distancia entre ambos, pero el no lo permitió. Me apretó mas hacia el- Brooke, mi amor, duérmete. Voy a castigarte. Y no es una pregunta, es una afirmación. Ayer no solo me desobedeciste, sino que también te escapaste y hablaste con otros chicos- Note como sus músculos se tensaban al decir esas cuatro ultimas palabras, como si les quisiera arrancar la cabeza a cada uno de ellos.

- No- Dije. Pocas veces me quedaba sin palabras, porque normalmente siempre tenia que responder de alguna forma a mis hermanos. Pero esta vez no tenia nada mas que decir, porque seguramente estaba mas roja que un tomate.

- Si- Dijo el en un tono brusco- Y si no quieres empeorarlo, déjame dormir Brooke.

No dije nada más, sencillamente porque no tenia ni la mas remota idea de que mierda decir. Joder. Si que es frustrante. Mi mejilla, la que estaba, literalmente pegada a su pecho podía notar su corazón bombeando sangre. No era experta en corazones, pero el suyo, podía asegurar perfectamente que iba más rápido de lo que debería ir. Como el mío. Pero seguramente es por cosas completamente diferentes. Los minutos pasaron, al igual que mi pensamientos, pensé en mis hermanos, en mi madre, en Cass, en Will y en Mark. ¡Mark! ¿Que la había pasado? ¿Seguía vivo? ¿Lo volvería a ver?