La luz inundó la estancia, mientras que yo seguía con los ojos cerrados y con un peso encima de mi pecho. Abrí los ojos lentamente, tenía sueño y todo y que ayer no hubiera bebido mucho, tenía un poco de resaca. La cabeza me daba algunas vueltas y la luz que entraba por la ventana me dejaba más atontada todavía.
Baje la vista un poco más, encontrándome así a un Liam dormido, abrazado totalmente a mi torso y con la cara completamente enganchada en mi pecho. Su mejilla rozaba con mis pechos, que estaban cubiertos solamente con un sujetador. Su pecho desnudo estaba completamente recostado encima mío, y su calor se mezclaba con la mía.
Mi mano fue directamente hacia su pelo, como si fuera un gesto involuntario, como si necesitara tener aquel contacto. Mis dedos acariciaron su pelo con los dedos, pasándolos lentamente y jugando con él. Su pelo sedoso, oscuro como la noche se separaba entre mis dedos. No fui consciente de lo que estaba haciendo hasta que un gruñido salió de la persona que tenía completamente encima.
Si se le puede decir persona, claro.
Retiré la mano rápidamente, esperando que no se hubiera dado cuanta que me había quedado embobada mientras le tocaba el pelo. Pero no fue así, porque su mano se desengancho de mi torso y cogió mi muñeca con agilidad, mientras sus ojos se abrían y me miraban contentos.
- ¿Porque paras? - Cuestionó curioso. No creía que le había gustado tanto, pero su mirada me decía que sí, que si lo había hecho.
- ¿Quieres que siga? - Pregunté, esperando un no por respuesta. No sabía que manía tenía por el contacto conmigo, pero siempre que estaba a mi lado necesitaba mantener el contacto. Y me encantaba.
Liam asintió y volvió a colocarse igual que antes, dejándome completamente aplastada por su calor corporal y su peso. Su mano dejo la mía y volvió a abrazarme el torso posesivamente. Mi mano tanteo el terreno indecisa, pero unos segundos después ya estaba masajeándole el pelo oscuro, mientras que él sonreía, como si le acabaran de dar una piruleta a un niño pequeño. Liam dejo ir un ruido, uno que no había escuchado en todo este tiempo que habíamos estado juntos. ¿Un ronroneo?
Pare de hacer caricias unos segundos. Liam levanto la cabeza.
- ¿Porque paras? - Repitió Liam frunciendo el ceño enfadado. Parecía un niño pequeño- No quiero que pares- Afirmo, cogiendo mi mano que ahora mismo estaba suspendida en el aire y la coloco en su pelo.
- ¿Estas ronroneando? – Pregunté, sorprendida, todavía intentando procesar la información.
Liam levanto la cabeza, todavía con el ceño fruncido, no sé si por el simple hecho de la pregunta que había dicho, o porque seguía sin mover los dedos en su cuero cabelludo.
Creo que la segunda.
- Si, a Logan le encanta lo que estas haciendo- Ronroneo contra mi pecho, cerrando los ojos y volviéndose a colocar bien.
- ¿Logan? - Cuestioné, sorprendida.
- Aja. Mi lobo- Volvió a ronronear, esta vez mas sonoramente, cuando volví a acariciar-le el pelo, haciendo movimientos circulares y cogiendo algunos mechones de vez en cuando.
Seguí haciendo caricias en su pelo, escuchando solo el ronroneo de Liam que inundaba la habitación.
Mi madre me había comentado sobre algo de su lobo hace unas semanas. ¿Como se llamaba? ¿Emily era? Si. Pero no entendía que querían decir con eso.
- ¿Liam? ¿Estas dormido? - Susurré.
- Si. -Puse los ojos en blanco. Era un vago y un perezoso, no sé cómo podía ser Alpha.
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MÍA Y SOLO MÍA
Hombres LoboLa vida no puede cambiar con solo una palabra, ¿no? Pues yo no creo eso, desde que me mude y un hombre me proclamo como suya todo cambió. Y si, todo puede cambiar con una sola palabra " mi luna". ¿Yo solo era una chica normal, de las que les gust...