1- Candidato idóneo

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¡Hola, mis amores! Espero se encuentren muy bien.

Les traigo este nuevo mundo que estará lleno de amor, odio, pasión y un toque de comedia, así que espero que sea de su total agrado. De antemano, gracias por el apoyo y la oportunidad que le brindan a mi trabajo.

Las actualizaciones serán lentas, pues ahora no cuento con mucho tiempo para escribir.

(Es posible que más adelante esta historia esté disponible únicamente por Buenovela, de igual manera, les estaré avisando si decido publicarla solo por allí).

Les deseo una lectura apoteósica.

¡Los quiero mucho!

♡♡

—¿Alguna razón importante por la cual se lleve a cabo dicha reunión? —le pregunté a Nahia, mi asistente—. No es usual que Henry y mi padre hagan reuniones sorpresas.

—No sabría darle respuesta, Srta. Cooper. La secretaria de su padre me envió un correo a primera hora citando a todos los directivos de la empresa.

Fruncí el ceño, acelerando los pasos hacia la sala de juntas. Se me hace tan extraño que nos hagan reunir sin explicarnos el motivo. Entré a la sala y me llevé una gran sorpresa al ver a Henry tan decaído y pálido.

—Buenos días, señores. ¿Quién murió? —dejé un beso en la mejilla de mi padre y otro al hombre a su lado—. ¿Por qué tienen esas caras de velorio? Si estaban tristes por mí, no lloren más, que llegué para quedarme.

Ambos hombres soltaron una risita divertida mientras mi padre, como todo el caballero que era, me cedía su lugar. Le tiré el brazo a Henry por los hombros y él me miró con un dejo de tristeza que no me pasó desapercibida. Sus ojos pardos no tenían ese brillo tan característico de los Goldberg y que los convierte en todos unos cazadores de grandes ligas. Henry debió ser un hombre muy guapo cuando era joven, alto, con ojos preciosos, una sonrisa encantadora y que enamora y una decencia que te derrite. La Sra. Goldberg se sacó la lotería con este hombre, lástima que varios de sus hijos no le heredaron esa genuina bondad que posee.

—¿Qué sucede, Henry?

—Estoy un poco cansado, hija —se encogió de hombros—. Ya sabes, los años no llegan solos.

Iba a preguntarle si se encontraba enfermo, pero la llegada de los demás directivos me hicieron guardar silencio. En cuanto dé por finalizada la reunión, no tendrá escapatoria alguna este hombre.

Todos nos encontrábamos a la expectativa debido a la reunión sorpresa y de último minuto que las cabezas mayores de la empresa llevaron a cabo.

—¿Acaso van a hacer despidos a la zar o qué? Ya me está poniendo nervioso que no digan nada —Matt, el contador de la empresa, fue el primero en romper con la tensión que había en la sala—. ¿Hay algún problema, Sr . Cooper? No es normal esta reunión.

—Para la calma de todos, no habrá despidos -aclaró mi padre y muchos respiraron más tranquilos—. Desde hace un tiempo hemos hablado con Henry sobre nuestro retiro, ya saben, ya estamos en edad de irnos de viaje con nuestras esposas o de quedarnos en casa durmiendo hasta tarde, pero somos dos hombres responsables que no pueden darse el lujo de dejar sus responsabilidades como si nada —soltó, para sorpresa de todos, incluso de la mía—. No se sorprendendan, que todo en la vida es un ciclo, más en los negocios. Nuestra era ya culminó, ahora es tiempo para darle entrada a la nueva generación y así poder seguir creciendo como la familia que hemos sido desde que comenzamos.

Los latidos de mi corazón fueron en aumento. He trabajado durante cinco largos años del brazo de mi padre y de Henry, conociendo desde lo más mínimo de la empresa hasta lo más grande y valioso. Me he entregado de lleno a mi trabajo porque lo amo y mi sueño es seguir con su legado hasta el día en que no pueda más.

Mi padre no me había dicho nada de esto, de hecho, no tenía ni la menor idea de que pensaban retirarse tan pronto. Pero no voy a mentir al decir que siento mucha emoción al saber que puedo ser la presidenta de la compañía.

—Es una pena que se retiren tan pronto, pero estoy de acuerdo contigo, Bastián. En los negocios también existen los ciclos y es momento de que una nueva era dé inicio —Ethan me miró, poniéndose de pie con total gracilidad—. Desconozco si ya eligieron a la persona que se hará cargo de ocupar sus lugares, pero si no es así, quiero proponer que Isla lo sea. No hay otra persona en esta empresa que esté totalmente calificada para ocupar la presidencia que ella. Conoce cada área de la compañía a la perfección, sabe lo que hace falta para seguir expandiéndonos en el mercado y lo que no. Además de eso, tiene grandes proyectos que nos favorecen a todos nosotros. Isla ha trabajado arduamente cada día desde que inició, es por eso por lo que le doy mi voto de confianza y propongo que ella sea la presidenta de GolCop.

Ante sus palabras, no pude evitar sonrojarme. Ethan es el hombre que toda mujer sueña tener a su lado; amable, atento, detallista, respetuoso, atractivo, con un corazón de oro. Pero el único problema es que no puedo verlo con ojos de algo más que amigos. Por más que he querido sentir deseo o amor por él, la incomodidad me gobierna cada vez que pienso en un nosotros juntos.

—Pienso lo mismo que tú, Ethan. Isla está preparada y lista para ocupar el lugar...

—Lo está y para nadie es un secreto, después de todo, Bastián y yo nos hemos encargado de guiarla desde el inicio de su carrera —Henry habló por primera vez—. Aunque ella es la más calificada para ocupar el lugar de presidente, lo cierto es que buscamos seguir siendo una sociedad, donde la unión de dos mentes brillantes sea la fuerza y las bases de la compañía. Isla es capaz de hacer un excelente trabajo ella sola, pero necesita de un complemento, de ese amigo, compañero y socio que le haga ver otros puntos de vista. El candidato idóneo para ir de su mano y seguir siendo una de las compañías más exitosas a nivel mundial es Hunter, mi hijo mayor.

—¿Cómo? —hasta la sonrisa se borró de mi rostro en cuanto escuché ese nombre que hace mucho tiempo no oía—. Él ni siquiera ha estado presente en la compañía, de hecho, nunca mostró interés alguno por ser parte de nosotros. Todo lo contrario, en cuanto se le presentó la oportunidad, se marchó a otro país a realizar su vida. ¿Por qué debería ser él un candidato idóneo para trabajar en sociedad conmigo? Ethan es el indicado. Incluso Dakota tiene experiencia y tiene más derecho que yo de ser la presidenta.

—Yo no quiero tremenda responsabilidad. Quiero seguir siendo la abogada de la compañía.

—Ethan ha demostrado ser un joven con muchas habilidades, pero Hunter tiene la experiencia al ser presidente de su compañía en el Reino Unido. Con tus conocimientos y los suyos serían un equipo invencible —Henry esbozó esa sonrisa que tanto me gusta ver en él, pero me recordó al idiota de su hijo y toda buena sensación se fue de mí—. Antes de morir, me gustaría verlos trabajar juntos. Si lo hacen, llegarán muy lejos en muchos aspectos. De eso estoy muy seguro.

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