18- Consejo

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Mi mejor amiga se encontraba frente a mí, esbozando una sonrisa divertida y cargada de malicia mientras me observaba quejarme sin cesar. Me sentía muy contrariada, afligida, molesta, y justo ese día ya no soportaba más sentirme de esa manera tan desesperante y tortuosa. No soportaba más la indiferencia y la distancia que Hunter tomó de mí. Así que Dakota me veía con un dejo de diversión en lo que mi furia y molestia se desbordaban de mi interior.

Hace un par de días que regresamos y Hunter sigue ignorando mi presencia, incluso ha decidido no hablarme. Cualquier mensaje que quiera hacerme llegar, me lo envía por teléfono o email.

—Entonces, ¿tu molestia radica porque mi hermanito mayor no te dirige la palabra? ¿Acaso eso no era lo que querías?

—Sí —bufé—, pero no debería retirarme la palabra por completo. Es decir, necesitamos comunicarnos queramos o no por cuestiones de trabajo. Hay cosas que deben ser confidenciales, como algún proyecto importante o las decisiones que vamos a tomar por el bien de la compañía.

Dakota soltó una risita, negando con la cabeza.

—Ustedes dos nos tienen hartos —dijo, haciendo una leve mueca—. Son muy tercos y orgullosos. Ahora bien, ¿quisieras decirme por qué están actuando de manera tan infantil? ¿Ahora por qué terminaron discutiendo?

Desvié la mirada hacia el exterior de la pequeña cafetería en la que nos encontrábamos. El tiempo estaba frío y el cielo se encontraba teñido de un opaco gris, pronosticando que pronto empezaría la lluvia. Dakota ha sido mi mejor amiga por mucho tiempo, ella conoce todo de mí, así como yo conozco todo de ella. Jamás nos hemos ocultado algo, pero ella no tiene ni la menor idea de lo que ha sucedido con su hermano, aunque muy en el fondo de sí lo presienta.

—Es que realmente no quería que dejara de insistir,,,

Mi amiga borró su sonrisa y suavizó su mirada. Me tomó de la mano al sentir mi aflicción en el tono de mi voz y me dio un fuerte apretón, ahora brindándome una sonrisa más cálida, más amigable, más empatica

—¿Qué fue lo que sucedió? —inquirió.

Solté un profundo suspiro, antes de contarle todo lo que había pasado entre nosotros, incluyendo esas últimas palabras que me confesó antes de que se alejara de mí. No supe en qué momento las lágrimas se deslizaban por mis mejillas, pero allí estaban, de nuevo siendo protagonistas en ese manojo de emociones que me tenían al borde de la locura.

Necesitaba soltar todo lo que tenía travesado entre pecho y espalda y no me permitía siquiera respirar. Mi cabeza está vuelta un caos y mi corazón en este instante no tiene ni la menor idea de cómo dejar de sentirse tan afligido. Ha sido tanto mi decaimiento que no me he podido concentrar de lleno en mis deberes, y justo ahora debo terminar uno de los contratos más importantes del año.

—¿Qué sientes por Hunter? Y quiero que seas completamente honesta contigo misma, Isla.

Su pregunta no me tomó por sorpresa, de hecho, yo misma me la había hecho en varias ocasiones, pero no encontraba las palabras correctas dentro de mí. Son tantos sentimientos los que él me hace sentir, que no sé cuál de todos ellos es el verdadero.

—Dime una cosa, ¿todavía lo sigues queriendo? ¿Qué significó para ti la intimidad que tuviste con él? ¿Crees que solo se trató de sexo o, por el contrario, se trató del amor y el deseo que todavía existe entre ustedes?

—Hace nueve años lo amaba y me sentía tan ilusionada con la idea de un nosotros, pero ahora todo es tan diferente. De cierta forma cambiamos, maduramos y surgieron nuevos sueños. Ya no somos ese par de chiquillos o adolescentes que pasaban todo el tiempo juntos. Ahora somos adultos y tenemos un concepto muy diferente del amor. Sabemos que hay personas que son pasajeras y otras que serán importantes —descansé la cabeza de la ventana, sin perder de vista las pocas gotas de lluvia que empezaban a caer al otro lado—. Pero el sentir sigue siendo el mismo, es más, te puedo jurar que es más intenso que hace nueve años. Mi cabeza está hecha un lío, una parte de mí cree que se trató de solo ganas y deseos reprimidos, la otra quiere creer que fue por el simple hecho de que todavía hay amor y una mezcla de extrañeza y furia. Odio a Hunter, odio que se haya marchado y me haya dejado con el corazón hecho trizas. Odio que haya regresado y me diga como si nada que todavía me sigue amando. Y odio que mi corazón lo siga buscando a él. Todavía lo sigo amando, Dakota. ¿Sabes? Realmente pensé que, si un día lo volvía a ver, nada iba a suceder en mi interior. Pero mi corazón se agitó y mi mente viajó a ese punto muero en el que quedamos. Quiero dejar todo en el pasado, olvidar lo que sucedió y darme la oportunidad que tanto he deseado de estar a su lado, pero siento mucho miedo de que se vuelva a marchar.... Y no quiero volver a atravesar por el mismo sufrimiento. No quiero llorar una vez más por desamor. No quiero quedarme nueve años sola y con un corazón a la defensiva y a la deriva, buscando esa persona que le brinde amor y lealtad. Ya no soy tan joven, quiero un esposo, una familia, un hogar. Quiero un amor bonito, así no sea perfecto.

—Necesitas ordenas tus pensamientos y tus sentimientos, Isla. Estás confundida. Te basas en el pasado, en lo que tú querías y soñabas y nunca sucedió. Entiendo que sientas un poco de recelo con Hunter, después de todo, lo amabas en demasía cuando se marchó. Pero él fue en busca de sueños personales. Ahora regresó... y sea la razón que sea, él te sigue amando y se lamenta mucho que las cosas entre ustedes hayan terminado así.

—¿Qué debo hacer? —le pregunté, pensando que ella tendría la respuesta.

—Ordenar tu mente y tu corazón. Pensar en lo que deseas y lo que no. Si en tu mente todavía te idealizas a su lado,,, olvida y dense una oportunidad de amarse. Si no es así, sé sincera y dile que no puedes amarlo como él sí te ama. Pero sea la decisión que tomes, piensa en tu felicidad. ¿Crees que serías feliz a su lado? No me la respondas a mí, respóndete tú misma. Una cosa sí te digo, debes soltar el odio y el miedo que sientes, porque si no lo dejas atrás, nunca serás feliz.

Me levanté de mi lugar y la abracé, agradecida de tenerla como amiga. Dakota es igual a su hermano y ella siempre le pone tintes de diversión y malicia a toda situación, pero para dar consejos es la mejor. Es tan sabia como su padre.

—¿Al fin te tomaste la pastilla del día después? —me dijo, separándose de mi abrazo—. El viaje fue tan apresurado y sorpresivo que nunca tuvimos el tiempo de hablar.

—No... —mi aflicción creció mucho más y mi amigo suspiró, pero una sonrisa surcó en sus labios.

—Si mi padre, el tuyo o el destino no los unen, es probable que un tierno bebé sí lo haga.

—Un bebé lo complicaría todo —sacudí la cabeza—, Por Dios, no puedo quedar embarazada de esta manera.

—Bueno, ¿y quién dice que el amor es planeado? —soltó una risita divertida—. Siempre he querido ser tía, pero ustedes son tan lentos.

—No hables barbaridades, por favor —la miré y ella apoyó su mano en mi vientre—. ¡Dakota!

—Dan me gusta, aunque también Céline me parece tierno y bonito...

Me encantaría ser madre, de eso no caben dudas. Pero quiero que mi hijo sea fruto de un amor bonito e inquebrantable, no por una noche de copas y un corazón resentido embriagado por un deseo reprimido.  

Seducción[✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora