Hunter
Quiero poder cumplir con mi palabra y darle el gusto a Isla de estar lo más lejos posible de ella, pero simplemente no puedo hacerlo. Su piel llama a gritos a mis manos, sus labios suplican los míos y su mirada me pide en medio del silencio y de una falsa indiferencia que solo la contemple a ella.
No tenía contemplado besarla, pero ahí me encontraba, en medio de una espaciosa recepción de hotel degustando una vez más de sus dulces y adictivos labios. Es imposible que me resista a su boca, si por años la he tenido en sueños y en mis más íntimos pensamientos. La he deseado como un maldito loco y ahora que tengo la dicha de tenerla, ¿por qué debo alejarme de ella? ¿Por qué seguir perdiendo el tiempo si podemos darle incio a lo que nunca se dio?
Isla me correspondió el beso con total locura y desenfreno, cerrando sus ojos para mayor satisfacción. El suave y frenético roce de nuestras bocas me tenía delirando y con la piel ardiendo. Sabía que debía detenerme antes de que cometiera una estupidez, pero es que sus labios son tan exquisitos, una adicción en la cual deseo perderme en esta y en la otra vida. El fuego que se apoderaba de mí hacía que la estrechara más fuerte entre mis brazos.
Pero la magia duró muy poco, cuando Isla cayó en cuenta de lo que estaba sucediendo, me separó de ella con todas sus fuerzas y me asestó una bofetada que hizo arder mi piel. Se veía tan linda con los labios rojos e hinchados y la mirada confusa y furiosa.
—¿Qué diablos te sucede? ¡No vuelvas a besarme nunca más en tu vida! —gramó, dándose vuelta y sonreí.
—Definitivamente Dios le da pan al que no tiene dientes —dijo la chica de la recepción, haciéndome entrega de la llave de la habitación—. Hay mujeres que no saben aprovechar lo que tienen y yo estoy deseando uno así.
—Esa fiera es difícil de domar, pero como me encanta su soberbia y falsa indiferencia. No creas en lo que ella está demostrando, porque ahí donde la ves, se fue deseosa de seguir disfrutando de mis besos.
La chica soltó una risita, negando con la cabeza y seguí los pasos de Isla. Esa mujer hará que pierda la cabeza en cualquier instante, sus constantes cambios de humor me vuelven loco.
La encontré en medio de un pasillo, discutiendo con alguien por teléfono mientras hacía señas con una de sus manos. Se veía furiosa y alterada.
—¿Por qué hacen esto? ¿Qué es lo que quieren saber, papá? ¿No les da vergüenza actuar de esta manera tan infantil? —la oí hacerle el reclamo a Bastián y me detuve detrás de una columna—. ¡¿Yo?! —jadeó—. ¡Por supuesto que no! Ese inútil bueno para nada no me interesa ni en lo más mínimo. No sé qué sueños se están haciendo ustedes dos en la cabeza con nosotros, pero sea lo que sea, eso nunca va a suceder. Espero que tú y Henry se graben en la cabeza que nunca en la vida, así sea el fin del mundo y no existan más hombres sobre esta tierra, jamás me involucraría en ningún aspecto con él. Así que te pido encarecidamente que no sigas insistiendo con ese tema, papá. ¿Entendido? —hizo un breve silencio—. Qué bien que estemos en la misma sincronía. Dale mis saludos a mamá. Te amo, papi.
—Eres una vil y descarada mentirosa —dije en cuanto colgó la llamada—. ¿Cómo se llama a lo que sucedió entre tú y yo hace dos noches en tu apartamento?
—Es sexo, idiota —siguió de espaldas a mí, con medio cuerpo apoyado de la pared—. ¿Qué creías que era? Sucedió porque sí, pero no va a pasar nada más entre nosotros. Esto que Henry y Bastián están haciendo les va a salir muy caro.
—Les pedí que hicieran este viaje, porque sabía que si te decía que me acompañaras, te ibas a negar —confesé y se dio la vuelta con suma rapidez—. Pero no todo sale como lo tienes en mente.
—¿Por qué? ¿Qué ganas haciendo todo esto?
—Pensé que podría ganarme tu corazón, pero ahora me doy cuenta de que eso nunca va a pasar. Lo que sucedió entre nosotros no significó nada para ti, al menos eso es lo que quieres demostrar, que no es relevante para ti. Si tan solo dejaras de lado el orgullo y el odio que dices sentir por mí serías capaz de entender a qué punto quiero llegar, pero eres tan terca y testaruda que vas a negar todo siempre —suspiré—. Sé que hice mal al irme sin decirte nada, que no debí hablar de mi amor por ti si en mis planes estaba irme a estudiar afuera del país, pero tampoco quería ser tan egoísta y frenar tus sueños y pedirte algo que sabía que no aceptarías. Nosotros deseábamos cosas diferentes, aunque nuestros corazones anhelaban estar juntos. Hace nueve años no pudimos estar juntos, quizás porque el destino nos tenía preparado otros caminos y otras personas, pero ahora que nos volvió a unir, esos sentimientos que creía extintos siguen estando presentes en mi corazón. Siempre te tuve en el pensamiento, Isla, pero pensaba que era por la amistad que había entre nosotros y por lo que no sucedió, pero no es así. Desde que volví a verte mi corazón se agitó con la misma fuerza que lo hizo en el pasado y esas ilusiones que me hice contigo ardieron entre las cenizas. Me encantas, me vuelves loco y estoy muy enamorado de ti, pero no voy a estar detrás de una mujer que solo siente odio por mí y no ha sido capaz de dejar el pasado en el olvido y empezar de cero.
En vista de que se mantuvo en completo silencio por largos segundos, decidí entregarle la llave de la habitación y dar media vuelta.
—¿A dónde vas?
—Me quedaré en otro hotel.
—¿Y por qué en otro?
—Para que puedas estar tranquila. Lo que tú quieres es estar lejos de mí, ¿no?
Sin esperar su respuesta, seguí el camino hasta salir del hotel, sintiendo una punzada dolorosa en el pecho. Puedo quererla y adorarla, pero confesarle lo que siento no vale de nada si mis sentimientos no son correspondidos.
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Seducción[✓]
RomanceIsla está segura de que ella tomará la presidencia de industrias GolCop ahora que su padre y su socio han decidido retirarse definitivamente, pero ella no contaba con que Hunter, el hijo mayor de los Goldberg , regresaría al país como uno de los can...