La vuelta hasta su espacio de descanso nunca le había parecido tan ajetreada como en ese momento, se trataba de esconder de los soldados del Príncipe Heredero para que no tuviesen información de a donde se dirigía, no sería una grata noticia que ella, a pesar de lo que le había dicho a Shoto, nunca se había presentado en el campo de entrenamiento formalmente.
No daría ninguna excusa a esa altura más que la pura verdad, tenía cosas más importantes que hacer que enseñarle a soldados cuando no correspondía a su cargo ni estatus, y si terminaba decantando por sincericido, debería admitir que no tenía ganas realmente.Cuando finalmente llegó, logrando sortear la inútil y débil guardia que significaban para ella los inexpertos soldados del Príncipe Heredero, pudo suspirar de alivio. El ruido de afuera pareció ser acallado dentro de las paredes de tela y por solo un momento, se deshizo de las pesadas botas qué llevaba poniéndolas a un lado del hogar qué aún se mantenía encendido, aprovechando para sacar de sus hombros la pesada capa de piel qué había llevado desde la madrugada. Sin importarle el frío, se lavó lo más que pudo con el agua helada qué aún permanecía en un cuenco sobre la mesa, sus dientes tiritaban, pero prefería mantenerse lo más aseada qué pudiera.
Miró a la cómoda cama en medio de la habitación, mordiéndose el labio, ¿estaría mal si se dedicaba una hora o dos a hacer ocio? A pesar de que había estado durmiendo demasiado últimamente, no le desagradaba. El poder dormir largo y tendido era casi un lujo para los soldados con mayor rango, y ella había permanecido intocable en su puesto de Primer General durante nueve años.
Pensó en frío, era su fatiga muscular la qué estaba hablando, se puso a hacer su bolso, no necesitaba tanta ropa, lo primordial era la comida, medicinas y vendajes. Pensó que sería bueno tener un caballo, pero no sabía que era lo que se encontraría en la desolada tierra de Arthinea, la comodidad de un caballo debería ser dejada atrás.
Sobando sus ojos tratando de alejar el sueño que comenzó a hacer arder su vista, se tomó el trabajo de escribir una lista solo para ella, donde trató de dejar plasmado lo más que pudiera todos los elementos necesarios para poder hacer el viaje con la mayor comodidad posible y sin tener que arriesgarse demasiado. Aunque claro, estaba obviando a la segunda persona que la acompañaría, aún no sabía quién podría ser.
Pensó que tal vez se enteraría justo antes de partir, hubiera sido útil para ese momento saber que tipo de habilidades y conocimientos albergaba su acompañante.
—Agh... Me duele la cabeza.
Aiko se lanzó a la cama sin un segundo pensamiento, cerrando sus ojos y respirando profundo. Lo más importante ya estaba hecho, no había más cosas que pudiera resolver, el acompañante que Shoto Todoroki le encomendaría o la espada qué Mei Hatsume debería tener lista para el día siguiente, esas cosas escapaban de su control.
Gateó hasta poder meterse dentro de su cama, sentía las manos y los pies fríos y ya no oía las risas de los soldados afuera. Detuvo todas sus proyecciones a futuro por un momento, seguramente ya sería hora de la cena y todos estarían formándose para comer algo. Pensó también, en que sería bueno cenar, tendría más energía al día siguiente, pero la comodidad y lo cálido de su cama pronto la obligó a ceder al cansancio por encima del hambre.
Lo último que rondó vagamente por la cabeza de Aiko antes de sucumbir a la inconsciencia de un sueño profundo fue la incógnita de cual seria el deseo de Katsuki Bakugo.¿Estaría a la altura de lograr cumplir algo que un monarca deseara? Se sintió insegura por un momento, con un sentimiento de incomodidad y disconformidad en su pecho, se sentiría mal si no pudiese estar a la altura de las expectativas de a quien le debía tanto.
...
Shoto Todoroki estaba hace más de seis horas atado a su escritorio, leyendo papeles y papeles de reportes enteros sobre cada soldado y cada habilidad que cada uno poseía. Necesitaba al menos dos personas más para que el viaje y la investigación de Aiko fuera fructífera sin ponerse demasiado en riesgo, al principio tenía la idea de mandar un grupo completo de expedición con ella, pero pensando más a profundidad, Aiko odiaría la idea con fervor.
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•Dominio de Bestia• [Katsuki Bakugo × OC]
FanfictionEn los reinos sigue sangrando la cicatriz de la guerra que concluyó hace treinta años, la aparente paz mantiene la tranquilidad como calma antes de la tormenta, pero a los cimientos los corroe la traición, tirando todo abajo. Para Aiko, siendo la Pr...