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Bailar hasta quedar sin aliento nunca había sido algo que Aiko fuese propensa a experimentar, pero en ese momento estaba con sus mejillas rosadas tomando un descanso entre risas con el rey, a un lado de la enorme fogata que habían rodeado varias veces en esas horas de baile.
Katsuki reía de cómo casi se había caído más veces de las que podía contar, de cómo su cabello había quedado todo enmarañado por la humedad y las vueltas que habían dado en su bailar y de que se había divertido como nunca antes, era una diversión inocente del tipo que no había tenido en mucho tiempo.
Aiko apreciaba la sonrisa de Katsuki, de cómo cada vez que recordaba alguno de los eventos trataba de ahogar una carcajada y a cada comentario que iban haciendo la situación se volvía más y más chistosa, hasta que se quedaron sin aire, sentados en un tronco tratando de calmar la risa.

Los minutos pasaron en los que las risas fueron siendo difuminadas por el sentimiento de comodidad, sus manos seguían rozandose distraídamente en lo que ambos observaban a las otras parejas bailar, con tranquilidad, sin ponerse a pensar en que depararía mañana cuando la junta con los generales y el príncipe Heredero se llevase a cabo.
Los soldados parecían ignorarlos, siendo un alivio por esos momentos, ninguno de los dos necesitaba atención innecesaria.

  — Gracias por todo esto, Su Majestad— susurró Aiko, algo risueña con sus ojos perdidos en esa improvisada pista, viendo a los participantes girar y sonreír, festejando la reciente victoria.

Miró a la mujer a su lado, sus labios rosaceos curvados en una leve sonrisa que parecía ser parte de ella últimamente, no podía quejarse, verla así llenaba de un calor extraño su pecho y algo le decía que apartase la atención antes de perderse irremediablemente en esa sensación.

No sabía cómo definir ese sentir, tampoco supo que responder, no creía que fuera necesario su agradecimiento después de todo lo que ella había hecho por él y su gente, a comparación creía haber hecho lo mínimo.

El silencio se situó entre ambos por varios minutos, no parecía necesario hablar, con sus dedos rozandose levemente y sus respiraciones acompasadas no parecía haber tema de conversación lo suficientemente interesante.

  — ¡Señorita! ¿No me diga que solo va a bailar con un solo hombre? ¡Hay que festejar!

Un hombre de complexión media se acercó hasta Aiko, tirando de su mano izquierda provocando que perdiera el contacto con Katsuki. Ella buscó al rey justo como él había hecho cuando fue arrastrado a la pista, hallando una media sonrisa mientras la miraba y Aiko le devolvió el gesto, comenzando a divertirse.

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•Dominio de Bestia• [Katsuki Bakugo × OC]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora