-Acto III-

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-Es asqueroso.

Murmura Bakugou sin apartar la mirada de la pareja protagonista.

Midoriya y Todoroki han encajado perfectamente en cada uno de sus papeles dejando a Aizawa más que impresionado, pero mucho más cuando Bakugou sale en escena como Odile dejando a todos sin habla. La rabia, la frustración, la envidia, los celos, ha hecho una bola con todos ellos y se la ha clavado en el corazón como puñales al rojo vivo para no olvidar nunca lo sucedido con Midoriya, para no olvidar la traición, ni los falsos besos, ni los momentos compartidos durante esos años...

Aizawa rompe en aplausos ante el tercer acto cuando Odile aparece en el gran salón del castillo del príncipe Sigfrido quien cree que es su amada quien tiene delante pero no lo es, es solo una ilusión.

-Será todo un éxito.- atrae a los cuatro bailarines – Sois los personajes reencarnados. No tengo duda alguna de ello. Veo en vosotros sus sentimientos relucir en vuestras miradas. Amor, deseo y pasión en Odette y Sigfrido – Todoroki sonríe aceptando el cumplido mientras Midoriya baja la cabeza afligido – Envidia, celos y traición por parte de Odile – la sonrisa socarrona de Bakugou le gusta a Aizawa - Y ambición y poder en Von Rotbart – Kirishima se rasca la nariz nervioso – De ahora en adelante los ensayos serán más duros. Tenemos poco tiempo. Dormir, comer y entrenar, pero no superéis vuestros límites u os romperéis. Sois bailarines muy valiosos que el mundo entero está ansioso por ver y conocer; y os aseguro que seréis recompensandos con la gloria – da una palmada – Dicho esto, me gustaría hablar un poco con la pareja enamorada.

Les guiña el ojo en forma de broma pero para Bakugou no lo es. Sobre todo porque es testigo de que los brillantes y expectantes ojos que tanto ama, que tanto anhela ya no se fijan en él sino en el bicolor. Ya no son sus sonrisas las que están dedicadas en cuerpo y alma atesorándolas y convirtiéndose en su dueño. Ya no hay nada más que silencios incómodos en una habitación más fría que la Antártida. Ya no hay risas. Ni conversaciones.

Ya no queda nada.

****
Al entrar en la habitación se detiene justo en la puerta. La parte de Midoriya está completamente vacía manteniendo solo una caja sobre la cama. Se encuentran al salir este del baño que comparten.

-¿Huyes al saber que eres un maldito inútil y pronto descubrirán que solo has llegado hasta aquí por seguir mis pasos?

Midoriya le ignora.

-Te estoy hablando.

-A partir de hoy voy a compartir habitación con Todoroki.- no es capaz de mirarle a la cara – Aizawa cree que es bueno que convivamos juntos durante los ensayos hasta el día del estreno, como también cuando estemos viajando. De esa forma soldaremos nuestra relación y-

-¿La chupa bien? – Midoriya no se ha percatado de que se ha puesto a su espalda robándole todo el aire - ¿Te la clava como si no hubiera un mañana? ¿Es capaz de arrancarte gemidos al tocar la zona idónea? ¿Acaso sabe cuán sensible eres si te tocan los pezones?

-N-no me toques.

Le aparta de un empujón en cuanto sus dedos le han rozado por encima de la camiseta.

-¿Cuánto tiempo has tardado en meterte en su cama? ¿O ya lo cabalgabas mientras fingías amarme?

-¡CÁLLATE! – explota roto en lágrimas - ¿Acaso escuchas las palabras que salen de tu boca? ¿Sabes acaso a quien se las estás diciendo? Nunca te he dado una razón para dudar de mí, para creer que solo te quería por ascender. Te lo he dado todo. Todo lo que soy mientras que tú-

-Lo eras todo para mí, Izuku.- un rayo irrumpe en la oscura habitación. Midoriya se ha quedado sin voz al ver su rostro. ¿Lo era? Piensa Midoriya – Daría todo por ti e incluso el quitarme de en medio si me lo pidieras.

-Yo jamás te pediría tal cosa, Kacchan.- busca sus manos las cuales son apartadas con rabia.

-Pero quitarme de en medio de esa forma... - continúa hablando no escuchando nada y otro rayo les irrumpe y Midoriya siente miedo por primera vez. Es como estar viendo a Odile. Al cisne negro – Diviértete en la cima, nerd, porque muy pronto estarás hundiéndote de nuevo en el barro de la pocilga de la que te saqué.

Sale de la misma forma en la que entró. En silencio. Midoriya cae de rodillas abrazándose a sí mismo agonizando de dolor al mismo tiempo que Bakugou corre bajo la tormentosa lluvia donde las gotas limpian sus ardientes lágrimas.

-Te quiero, idiota... Eres todo para mí...

Murmuran ambos ahogándose en un bucle de tortura.

☀El último baile☀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora