-Acto XXVI-

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-Esto... Kat... ¿Estás seguro de que saldrá bien?

-Saldrá perfecto.

Sero, Mina y Kaminari se lanzan miradas de advertencia.

Es más que evidente que dicho trío no ven lo mismo que el director de la obra. Que a sus rubís encandilados y hechizados por el baile llevado a cabo sobre el escenario entre Midoriya y Tamaki es totalmente lo contrario a lo que ellos presencian.

-No creo que salga bien, tío. No tienen nada de química.

-Ni compenetración.

-Cada uno va a su bola.

-Vosotros lo habéis dicho.

Ahora las miradas son de alerta ante su respuesta.

-Katsuki.- la voz de Mina se afloja para apaciguar a la pronta bestia que estallará en cuanto le oiga – Sabemos que este proyecto es importante para ti, que sea Midoriya quien baile bajo tus órdenes e interpretando el papel que le has asignado es tu sueño, pero tienes que entender que si dos bailarines no tienen química o no saben trabajar juntos no funcionará.

Que guarde silencio presaga que la tormenta esté pronta a estallar.

-No tenéis ni idea.- los tres callan ante la admiración, el amor, la felicidad que irradia Bakugou – Hay química, muchísima, pero vosotros solo veis a dos idiotas bailar por quedar encima de su pareja, de ser mejor, de que le vean solamente a él y eso es perfecto.

-No sé donde ves la perfección.

Murmura Kaminari entornando la mirada.

-Izuku y Keigo representa a la perfección lo que en su día fuimos Izuku y yo.- se inclina hacia adelante en su asiento. Arde en deseos de subir al escenario. De apartar a Keigo. De ser él quien tome en el aire al peliverde. Hacerle girar tocando ligeramente la punta de sus cálidos dedos. De recibir sus bellas sonrisas. De abrazar los sentimientos que todo su cuerpo explota para terminar siendo absorbidos – Cuando nos ofrecieron el papel principal de Odeth y Frígido, Izuku y yo éramos pareja. Llevábamos bastante tiempo saliendo juntos. Éramos la estúpida pareja que de solo mirarla te daba diabetes – sus labios se curvan hacia arriba perdido en esos bellos y atesorados recuerdos – Sin embargo, aunque nos amásemos el querer ser mejor que el otro, el competir por ser el ganador nos arrastró a la perdición. Y precisamente Izuku y Keigo están haciendo justo lo mismo. Pero no os preocupéis, mejorarán.

Dice más que seguro de sí mismo.

-Más les vale porque no pienso componer otra maldita música para tus continuos cambios de guión.

Los tres miran hacia atrás, hacia el recién llegado.

-Qué pasa ¿Ni un abrazo le darás al genio, mago, visionario, deidad y sexy Neito Monoma?

Kaminari resopla.

Mina ríe.

Sero esconde una mueca.

Y Bakugou es el único que se pone de pie para abrazar a su salvador, a su caja de pandora, a su mejor amigo.

-En cuanto a eso.- señala con la cabeza para terminar dejando escapar un largo suspiro – Confío en ti, hermano.

Dicho esto, la música se apaga de golpe y tanto Midoriya como Takami dejan de bailar para fijar la vista a las butacas. Takami saluda a Monoma con muy pocas ganas. Le molesta que le interrumpan cuando está bailando; pero por otro lado, Midoriya se acerca al borde del escenario deslumbrando felicidad.

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⏰ Última actualización: Jan 10 ⏰

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