☀El último baile☀

-Capítulo Especial-

-Flashback La primera primavera-

-Llegas tarde, Midoriya.

-L-lo siento, perdí el tren.

Apenas le sale la voz.

-Ve a cambiarte, tenemos un nuevo alumno.

Intrigado, corre hacia los vestuarios donde se cambia más rápido de lo habitual y regresa al aula topándose con alguien en el pasillo.

-Perdón.

-Ha sido culpa mía.

-¿Bakugou?

-¿Midoriya?

Asombro por parte del peliverde.

Emoción por parte del rubio cuyo corazón rebota y rebota sin parar por toda la pared cada vez que ve a Midoriya. Aunque sean varias veces al día siempre reacciona de felicidad.

Su corazón lo ama como nunca ha amado antes a alguien.

-¿Qué haces aquí? ¿Qué hay con el Consejo?

-Podría preguntarte lo mismo, vicepresidente.

-Me he escaqueado.

Sonríe misterioso. Midoriya agita la cabeza y va directo a su aula. De nuevo se sorprende que Bakugou esté justo a su espalda.

-Bien chicos, quiero presentaros a un nuevo alumno. Katsuki, si eres tan amable de presentarte.

Todos los presentes le observan intrigados, murmullos en el bando femenino por el recién llegado enviado por los cielos.

-Katsuki Bakugou.- no sonríe, al contrario, parece mucho más huraño de lo normal – Llevo haciendo ballet desde los cinco años – grititos por parte del público femenino. Suspira paseando la mirada con superioridad hasta detenerse en Midoriya – Y llegaré a lo más alto pisando vuestras cabezas, extras.

No ha caído bien.

Le da lo mismo.

A él solo le interesa la risa que deja escapar Midoriya cubriéndose la boca con esos largos y delgados dedos que ansía tocar y lamer.

-¿Por qué no nos demuestras que tan alto puedes llegar, King?

Le propone la profesora cuyo apoyo ya le encanta al de los ojos rubíes.

Se quita la sudadera quedándose en camiseta de tirantes roja muy ajustada a su cuerpo ya marcado para sus dieciséis años. Las chicas suspiran encandiladas. Los chicos ya tienen un nuevo enemigo al cual abatir por diversas razones. Midoriya no aparta la mirada.

El número uno ahí es él por eso le hierve el pecho de una emoción contenida al encontrar un nuevo rival. Un rival que danza con elegancia, como todo un profesional, donde el foco solo le sigue y no hay luz para nadie más. Ni luz, ni espacio, ni lugar en el escenario, y si lo hubiera nadie miraría a los demás. Solo a él.

Contiene la respiración ante un salto con giro.

Las piernas no tan musculadas se marcan bajo las mallas negras. Parecen sombras al movimiento. Sus brazos estirados, sus dedos que se extienden queriendo alcanzarle pues baila para él. Para Midoriya. Y Midoriya lo sabe. Y quiere que solo baile para él por toda la eternidad. Lo desea. El corazón le martillea incesante. Extasiado. Le sudan las palmas de las manos. Sus brillantes ojos verdes se contagian por los rojizos de Bakugou quien le transmite todo lo que siente en ese baile sin música. Una música que solo escucha en su cabeza. Una música que consigue sentir Midoriya. Un nuevo salto y ante su giro un remolino de estrellas le rodean golpeándole como las olas. Lo demás desaparece. Salvo Bakugou, su baile y la luz que le calienta el alma.

Al terminar, a todos les cuesta recuperar el aire.

A Midoriya el que más.

Un tamborileo le martillea la cabeza.

Su corazón aún busca recuperarse.

Ese baile permanecerá para siempre en sus retinas.

Acaba de llegar la primera primavera para el peliverde.

-¿Y esa cara, nerd? – le golpea la frente con el dedo - ¿Te has enamorado de mí o qué?

Se coloca a su lado esperando a que la clase empiece.

Pero Midoriya ya no se encuentra allí.

Sus pies ya no tocan el suelo.

Ni siente su cuerpo.

Nota como su alma se eleva. Vuela, vuela y vuela hasta alcanzar el cielo. Hasta atravesar las nubes haciéndole cosquillas. Quiere huir. Quiere correr. Alejarse de lo que siente. Gritar.

Mira de reojo a Bakugou quien al darse cuenta le devuelve una sonrisa arrasadoramente encantadora.

"Maldición... no puedo apartar los ojos de él, es... es... - traga saliva al parecerle todo lo de su alrededor brillante y hermoso - ¡Creo que me acabo de enamorar!"