-Acto VII-

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"No puedo creer la suerte que tengo. Me ha elegido a mí. Un chico igual que él. Es tan lindo, tan genial..." piensa Bakugou acariciándole esas pecosas mejillas que le encandilaron desde el primer día. Quiere mordérselas pero no despertarle. Lleva varios minutos contemplando su rostro dormido. Su respiración profunda. Y los labios algo hinchados de no dejar de besarle, cosa que si por él fuera estaría las veinticuatro horas.

-Mmmm ¿Kacchan? ¿Qué hora es?

-Shhh sigue durmiendo.- besa gentilmente su frente apartando rizos desordenados – Falta un rato para que amanezca.

Sin embargo, Midoriya se hace el remolón y busca el pecho que tiene enfrente perdiéndose en su cálida desnudez.

-Ahora que estoy despierto sería un desperdicio no estar así contigo.

Bakugou no lo soporta más y lo abraza. Besa aquí y allá, mordisquea las mejillas y arranca preciosas risas.

-¿Te sientes mal? ¿Te duele algo?

-Estoy perfectamente bien.

-Siento si he sido algo brusco y.- traga al levantar la sábana y observarle – Intenta no pasearte desnudo por la casa o tu madre creerá que tienes un aluvión de mosquitos como mascota en tu habitación.

Ríe avergonzado. Le encanta dejar marcas sobre su inmaculada piel. Es suyo. Es su dueño, y viceversa. Lleva enamorado de Midoriya mucho tiempo y por fin, tras meses saliendo juntos, ya es completamente suyo.

-La próxima vez lo haremos mejor.

-¿Te refieres ahora, nerd?

Gracias a un sorpresivo ataque de cosquillas Bakugou consigue gatear entre las piernas de Midoriya. Ven el amor que profesa el contrario en sus brillantes y hechizadas miradas. El beso que anhelan no se hace de esperar...

- Gracias por elegirme.

-Esa es mi frase, Izuku.

Bakugou despierta de un profundo y pesado sueño... Mira a su alrededor y Midoriya sigue dormido a su lado. Por eso he vuelto a soñar con el pasado... se cubre el rostro con las manos para apartarlas lentamente y volver a mirarle. Nunca vio posible el volver a estar tumbado en la misma cama, ni tampoco beber de sus labios. Se sonroja al recordar lo de la pasada noche. Se arrepiente.

Izuku se merece más...

Le observa desesperado y sus dedos se detienen a nada de rozar su nariz.

No debe tocarle.

-Lo siento, Deku.

Susurra.

Es el primero en salir de la habitación sin darse cuenta de que Midoriya está despierto y abraza la almohada utilizada por Bakugou para inhalar su olor.

-Debería ser yo quien se disculpe, Kacchan.

****
-¿Qué has metido en tu casa a quién?

Midoriya finge reorganizar la mesa de su despacho.

-¿Estamos hablando del mismo Katsuki Bakugou que desapareció tras romperte el corazón?

-Nos lo rompimos mutuamente, Iida.

-Pero tú no desapareciste sin decir nada a nadie, ni dar explicaciones, ni hundirte en la mierda.

☀El último baile☀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora