-Nos vemos la próxima semana, señora Kamiya. Recuerde no hacer muchos esfuerzos con el brazo y si va a clases de baile este fin de semana intente no hacer movimientos bruscos.
-Toca aprender el tango, muchacho. Es puro fuego y pasión.
-Pues dígale al señor Kamiya que baje los niveles de pasión por el bien de su brazo.
-Si le contase yo de cosas que podemos hacer sin que tenga que utilizar dicho brazo...
Tsuyu, la secretaria, aguanta la risa.
-No te rías, ya te gustaría pillar a un señor Kamiya con ese aguante a su edad. La de cosas que me cuenta su señora...
Charlan un poco más mientras revisan la agenda de la semana. Son días de mucho trabajo. Lesiones de estudiantes, accidentes de tráfico y bebés recién nacidos con contracturas producidas durante el parto.
Las puertas se abren automáticamente dejando pasar a un imponente hombre.
-¿Tiene cita, caballero?
-La tiene.- responde por él Midoriya – Si es tan amable de seguirme, por favor.
****
Los niños rodean a Todoroki pidiéndoles una pirueta más, un salto más, un paso de baile más. Han quedado hechizados por los movimientos y dulzura con la que baila el bicolor. Incluso con la música del Pollito Pío ha hecho una pequeña representación arrancando aplausos y risas en los más pequeños.Es todo un profesional.
-Gracias por venir, Todoroki. Esa energía y positividad les durará mucho tiempo.
-Gracias a ti por invitarme.- sonríe agradecido – No sabía si sería un buen maestro, los niños no son lo mío, pero son muy fáciles de dirigir y aprenden muy rápido. Han aprendido del mejor.
Midoriya se contagia de su bonita sonrisa.
-Midoriya sensei – Kota tira de su brazo - ¿Cuándo vendrá el señor Katsuki? Me gustaría enseñarle algo que he estado practicando.
Se frota las manos nervioso.
-¿Kacchan? – medita unos segundos – Está algo ocupado estos días pero si le digo que quieres que venga a verte lo hará sin dudar.
-¡No! ¡No le digas nada! No quiero que venga. Olvídelo.- corre hacia su tía que ha venido a recogerle para regresar sus pasos – En serio, no le diga nada... Solo... bueno... - balbucea – Puede proponerle que se pase un día pero que yo no le he dicho nada ¿Entendido?
-Entendido, señor.
Hace el gesto militar y se despide de Kota entre risas. Bakugou sigue atrayendo a los niños, como siempre.
-¿Katsuki? – se gira hacia Todoroki – Espera ¿Estabais hablando de Bakugou?
-No conozco ningún otro Katsuki.
-¿Seguís en contacto? ¿¿Estáis juntos??
¿Hay ira en su voz?
¿Preocupación?
Otra nube tormentosa vuelve a la vida.
-Nos volvimos a reencontrar hace unas semanas, nada más.
Va a regresar al interior siendo detenido por Todoroki.
-¿Y tú estás bien con eso? ¿El volver a tener contacto?
-No es asunto tuyo.
-¡¡Te trató como a la mierda!! Se largó sin decirte una sola palabra. ¿Un novio abandona así a la persona que ama?
-¡Todoroki! – se disculpa automáticamente después por haber alzado la voz.
-No, discúlpame tú a mí. Como has dicho no es asunto mío.
Tenso. El ambiente está muy tenso.
Como aquel día.
O peor.
-No quiero que vuelva a hacerte daño.
-Sé cuidar de mí mismo, pero no hay nada entre Kacchan y yo.- miente, y no.
-Es que... - su rostro se contrae de dolor. Sus bicolores pupilas se le clavan queriendo transmitir un mensaje indescifrable – Lo pasaste muy mal cuando se fue sin decirte nada; y después te fuiste tú debido a él – el pecoso aparta la mirada – Sé que me enteré de vuestra relación porque os escuché aquella noche hablar en el aula y que no tenía ni sigo teniendo derecho a meterme donde no me llaman pero... no... sí que tengo derecho a meterme – rectifica sorprendiendo a Midoriya – Me gustas, me gustabas por entonces y sigues gustándome, Midoriya – parece desesperado por hacerse entender. Por resultar elegido – Cuando te vi la otra noche, cuando supe que tú eras el chico misterioso ¿Sabes cuán feliz fui? El destino te ponía en mi camino y si lo ha hecho es por un motivo que pienso descubrir y no dejarlo pasar – da un paso hacia él provocando que Midoriya retroceda. No escucha ni los latidos tormentosos en su garganta. Es incapaz de escapar del huracán de hielo que emana Todoroki – Me retiré en el pasado porque quise darte tiempo a recuperarte pero ahora no pienso perder la batalla, ni mucho menos la guerra – toma sus labios. Imprudente. Sin permiso. Ansioso – Mírame, Midoriya. Dame una oportunidad – acaricia el lugar que ha besado. Siguen fríos – Sé que no soy un hombre que tiene un lugar fijo donde establecerse pero este año me retiraré del ballet – Midoriya abre los ojos perplejo – Tengo una edad y ya no me ofrecen tantos papeles importantes como antes, así que he decidido seguir el camino de las pasarelas y establecerme en Japón. Aquí. En esta misma ciudad. Donde una apps de citas para chicos gais me ha traído hasta ti. Si eso no es el destino entonces no sé qué es pero – sus dedos se cuelan en su nuca. Acaricia la piel ascendiendo hasta las orejas. Tiene las puntas congeladas pero poco a poco van entrando en calor – Elígeme Midoriya, yo nunca destrozaré tus sueños.
Otro beso.
Sin permiso.
El acto termina, pero no la función.
El telón baja apartando al único espectador de los protagonistas quien lo ha presenciado todo desde el palco de butacas.
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☀El último baile☀
Hayran KurguMidoriya y Bakugou tienen un sueño en común. Convertirse en los mejores bailarines de ballet y asombrar al público en los escenarios más concurridos del mundo. Su momento para alcanzar dicho sueño está cada vez más cerca, sobre todo cuando les ofre...