-Acto XIV-

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-¡Vayamos a beber!

Exclama Iida saliendo del trabajo. Tsuyu se apunta pero Midoriya no está de buen humor. El día ha sido extremadamente largo. Muchos pacientes, muchos problemas administrativos, y sobre todo Bakugou. Él ha ocupado su mente la mayor parte de la jornada laboral no siendo capaz de concentrarse o perder la noción del tiempo observando por la ventana en vez de centrarse en la importante llamada telefónica en un momento determinado del día.

Inconscientemente se toca la frente al recordar el último beso recibido hace dos noches atrás. Allá donde Bakugou toca lo nota como el delicado roce del batir de las alas de una mariposa. Una suave caricia que empieza a calentarle conforme van pasando los minutos.

Se siente marcado por sus dedos, sus sonrisas, sus labios posándose en sus nudillos o en la frente, cuando en realidad son los suyos propios los que arden en deseos de ser tomados y arrancárselos a mordiscos.

Mira el reloj.

No es tarde. No sabe dónde está. No ha recibido ningún mensaje en todo el día. Él tampoco se ha puesto en contacto. Pero le extraña.

Le extraña muchísimo a pesar de saber que no debería rendirse tan pronto...

Va a sacar el móvil del bolsillo cuando el claxon de un coche le hace girarse.

****
-Es la primera vez que vengo a este sitio.

-Tú eres quien vive aquí.

-Sí pero suelo visitar los mismos lugares para comer o beber, y sinceramente mi sueldo no es para nada parecido al tuyo.

-¿No decías que eras un famoso fisioterapeuta de Tokio? – Midoriya se encoge en su silla – Invito yo, no te preocupes.

-¡No! ¡No es necesario! Puedo pagar mi propia cena.

No. Es más que evidente que Midoriya no puede pagar ni los entrantes.

Y Todoroki lo descubre observándole.

Sus expresiones no han cambiado ni un ápice. Y eso le encanta.

Lo desea mucho más.

Tanto que el bicolor ya se imagina el hacer un desastre con el peliverde en el cuarto de baño de ese mismo restaurante de lujo que tendrán que limpiar el semen esparcido.

-Invítame a una copa donde sueles frecuentar.

-No sé si será de tu agrado.

-Midoriya.- coloca los dedos sobre su mano con delicadeza. Están fríos – Sigo siendo el mismo idiota que conociste en la universidad.

-El mismo idiota al que rodearían las fans en cuestión de segundos.

-¿Celoso? – le brillan los ojos cual felino hambriento – Las fans me dan igual – habla encajando los dedos entre los suyos al mismo tiempo que acaricia su tobillo hacia arriba con el zapato. El rubor cruza el rostro de Midoriya – Solo quiero ser de un hombre, y ese hombre eres tú. Solo son tus labios los que deseo saborear. Tus dedos los que quiero morder y tus-

-¿Han decidido lo que van a tomar, señor?

El rostro de Todoroki se oscurece una milésima de segundo. El pobre camarero caería fulminado si las miradas matasen.

-Tráiganos la especialidad de la casa.- sonríe fríamente– Y vuestra mejor botella de vino. Estamos de celebración.

-En seguida, señor.

☀El último baile☀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora