Viernes, 2 de diciembre

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Las últimas dos semanas han sido bastante confusas. Un día Doyoung está en la escuela, comiendo el almuerzo conmigo, y al día siguiente no aparece. Una tarde puedo estar en su habitación, haciendo las tareas mientras lo escucho tocar el piano, y al día siguiente su madre me dice que simplemente está demasiado agotado, necesita dormir, y no puede dejarme pasar.

Definitivamente algo está pasando y no quiere decirme.

Hoy no lo he visto en el colegio. Estoy en mi habitación, asimilando la idea de que me toca hacer las tareas allí, cuando un impulso inexplicable me dice que nada pierdo con ir a su casa, aunque la señora Kim me termine corriendo de nuevo.

-Buenas tardes, señora Kim –saludo como siempre, cuando me abre la puerta.

Ella me sonríe, pero esta vez es una sonrisa triste.

-Dobby está arriba –me dice, pero en esta ocasión, agrega-. Trata de no despertarlo.

Mientras subo la escalera, me siento ligeramente confundido.

Entro a su habitación, haciendo el mínimo ruido. Sin embargo, cuando cierro detrás de mí, puedo darme cuenta de que Doyoung no está dormido, pues me susurra:

-Viniste.

No respondo. No porque no quiera, sino porque no sé qué decir. Doyoung está acostado en la cama, tapado con las cobijas, pero lentamente saca una mano, y me hace una seña para que me acerque. Yo termino sentado en el borde de la cama. La mochila en el piso.

-Aprovechando que estás aquí, quería preguntarte algo.

-¿Es una pregunta del tipo sí o no? –pregunto, para aligerar un poco la tensión y pesadez que se siente en el ambiente-. ¿Debo decir que sí a todo?

Doyoung contiene la risa.

-No. Solo quiero preguntarte cuándo es tu cumpleaños. Estaba pensando que me gustaría regalarte algo.

No puedo evitar mirarlo, sorprendido. ¿Este chico visiblemente enfermo, es el mismo que lleva años intentando no tener amigos y no relacionarse con nadie?

-Ah, febrero 18 –respondo, aun en aquel estado de perplejidad absoluta, pero me apuro a preguntar de vuelta-. ¿Y el tuyo?

-Diciembre 4.

-Espera –digo frunciendo el entrecejo-, ¡eso es dos días!

-No hay necesidad de que me regales nada.

Pero me apuro a negar.

-Necesito ideas. ¡Dame ideas! ¿Qué más te gusta aparte del piano? –miro a mi alrededor, debe haber pistas en su habitación. La mía personalmente está llena de posters de anime, figuras de League of Legends y Overwatch. Y aunque no fuera así, conoce mis gustos porque le he platicado de ellos.

Pero, a decir verdad, Doyoung no me ha contado casi nada sobre él, así que mi una opción es escanear su habitación de arriba abajo, buscando pistas. Debe haber algo por aquí que me dé una idea de lo que le gusta...

-Me gusta... el piano –es todo lo que dice-. Es lo que me hace feliz.

Le gusta Hwanie, pero es obvio no lo iba decir, digo que?

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Le gusta Hwanie, pero es obvio no lo iba decir, digo que?

Ribo~

El Pianista [DoHwan/HwanYoungz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora