Domingo, 21 de agosto

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Este ha sido el fin de semana más aburrido de toda mi vida.

Una vez más, en vez de salir a curiosear el vecindario, me ha tocado quedarme en mi habitación, desempacando. Desempacando de verdad. Con la mitad de las cajas abiertas, no me queda de otra más que empezar a sacar y organizar su contenido. Mientras estoy colgando la ropa en el armario, no puedo evitar pensar que quizá debería apegarme al estilo minimalista. Quizá así en vez de desempacar diez cajas, solo tendría qué hacerme cargo de tres.

Las cajas vacías las desarmo y apilo fuera del cuarto. Con tres cajas menos, mi escritorio finalmente se encuentra limpio, y puedo poner allí mi laptop. Qué no daría por dejar de hacer lo que estoy haciendo, y simplemente sentarme frente a la computadora, a jugar videojuegos.

Sin embargo, estoy seguro que si mi mamá me descubre, me regañará quitándome la laptop durante todo un mes. Considerando tengo el inicio de clases a la vuelta de la esquina, aquello es algo que no puedo permitirme. ¿Cómo podría hacer mis investigaciones sin acceso a google y Wikipedia?

Así que mis cuentas de League of Legends, Genshin y Steam tendrán que esperar. Hoy hay que desempacar, desempacar y desempacar, hasta que parezca esta ha sido mi habitación, mi casa, desde hace una década y no 48 horas.

La ropa prontamente se encuentra toda colgada y doblada. El otro par de juegos de cama encuentran su lugar en la parte superior del armario, de donde no se bajarán hasta que inicie el invierno, y el verano, respectivamente. Mi escritorio finalmente recibe aquel montón de lápices, plumas, y libros, mientras que mi mochila ya cuelga del respaldo de la silla.

Estoy colgando mi nuevo uniforme en un gancho, para pedirle más tarde a mamá me ayude a plancharlo, cuando una musiquilla comienza a sonar. Un piano. Miro a mi alrededor. Me toma varios segundos darme cuenta que, cualquiera que sea aquella pieza de música clásica, no proviene de mi casa, sino del exterior.

Me acerco a la ventana, y la abro. La música suena ahora un poco más nítida, aunque sigue sonando lejana. Me tomo un momento para escuchar atentamente, y finalmente llego a la conclusión que viene de la casa del vecino. Debido a que esta tarde no está lloviendo, tiene la puerta que lleva a la terraza abierta, y por la brisa del día, las cortinas se mecen en un vaivén hipnotizante.

No conozco la melodía. La verdad es que soy malísimo para aquel tipo de cosas. Si en vez de ello me preguntasen por habilidades, estadísticas y lore de cualquiera de los ciento sesenta y dos campeones de League of Legends, podría responder sin problema.

Pero a pesar de que no tengo ni la menor idea de lo que estoy escuchando, la verdad es que me quedo allí, pegado a la ventana, durante un par de minutos. Es una sensación curiosa. Lo que sea que esté flotando en el aire me provoca un efecto calmante, ante la idea de que mañana inicio la preparatoria, en un colegio nuevo donde no conozco a nadie.

 Lo que sea que esté flotando en el aire me provoca un efecto calmante, ante la idea de que mañana inicio la preparatoria, en un colegio nuevo donde no conozco a nadie

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Vamos despacito, pero les juro que valdrá la pena~

Ribo~

El Pianista [DoHwan/HwanYoungz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora