Viernes, 31 de marzo

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Doyoung ya no va a la escuela.

Doyoung ya no toca el piano.

Se pasa los días en casa, acostado en la cama. Procuro visitarlo diario, pero cada vez se vuelve más difícil. Cada día que pasa, lo miro y no puedo evitar preguntarme cómo es que ha perdido tanto peso. Cuando pienso no puede verse más delgado, más pálido, más ojeroso, más débil, se atraviesa el fin de semana y cuando vuelvo a visitarlo el lunes, la vida me demuestra lo equivocado que estaba.

Desde el principio Doyoung había sido un chico delgado, pero estoy seguro ahora pesa la mitad de lo que pesaba cuando lo conocí. Su piel igualmente era blanca, pero ahora demuestra una palidez, que por instantes me da la idea de que se está haciendo transparente. Sus ojeras son unos enormes surcos por debajo de sus ojos, los cuales ya no tienen aquel brillo. Aquel chico débil, incapaz de defenderse del bully de la escuela, ahora no puede defenderse de lo que sea esté ocurriendo dentro de su propio cuerpo.

-Hwanie... -me dice aquella tarde. Yo lo miro, para que sepa tiene mi total atención-. He tenido un pensamiento egoísta.

-¿Qué has pensado? –pregunto, al tiempo que me acerco a él, y me siento en el borde de la cama, para que no tenga que alzar tanto la voz, y sus pulmones no se sobre esfuercen.

-Ya sé lo que quiero de regalo de cumpleaños este año.

Me detengo un momento a pensar. Aún faltan más de ocho meses para su cumpleaños. Parece ser Doyoung entiende exactamente lo que estoy pensando, pues se apura a agregar:

-Pero no creo poder esperar hasta entonces.

-¿Quieres un regalo por adelantado? –intento darle un tono divertido al asunto, para aligerar el ambiente. Doyoung asiente-. Dime que es. Si está en mis posibilidades, ten por seguro te lo cumpliré.

-Me gustaría... Me gustaría que me regalases un beso.

Lo miro, sorprendido. Soy incapaz de decir palabra. Doyoung parece avergonzarse inmediatamente de lo que ha dicho, porque se apura a corregirse:

-No tienes que hacerlo si no quieres...

-No es eso –digo prontamente, incapaz de creer que aquello esté ocurriendo-. Es solo que... Bueno, sería mi primer beso, ¿sabes? Así que si no tienes problema en que yo no tenga la menor idea de qué hacer y si no tienes problema con llevarte una desilusión...

-Descuida –me interrumpe en aquel susurro-. También sería mi primer beso.

Carraspeo, visiblemente nervioso. Me toqueteo la punta de la nariz, y le pregunto una vez más si está seguro de ello. Doyoung vuelve a asentir.

Entonces, con cuidado de no jalar ninguno de aquellos tubos, me inclino suavemente sobre él, y tras ambos cerrar los ojos, presiono mis labios contra los suyos.

Y eso es básicamente todo lo que hago. Me presiono contra él, preguntándome si debería hacer algo más, abrir la boca, hacer algún tipo de movimiento, meterle la lengua, o morder su labio... Pero al final me falta valor, y simplemente presiono mis labios contra los suyos, durante un par de segundos, antes de retirarme lentamente.

-Feliz cumpleaños. Adelantado –digo, intentando aligerar el ambiente.

Doyoung solo me sonríe.

Estamos a solo una semana de terminar

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Estamos a solo una semana de terminar. Dos capítulos más y será todo.

Espero se queden para leerlo.

Ribo~

El Pianista [DoHwan/HwanYoungz]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora