Capítulo 7

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Durante la tarde me quedé dormida como unas 3 horas, el cansancio mental de tanto pensar en todo lo sucedido me agotó de sobremanera. Me levanto perezosamente y me dirijo hacia el baño para tomar una ducha a ver si despabilo un poco. Pasados unos 15 minutos más o menos regreso a mi habitación y recojo mi celular del suelo.

El pobre.

Reviso que tengo varias llamadas perdidas y un mensaje de Aiden, que necesitaba hablar. Eso me recuerda a todo lo ocurrido ayer. Suspiro, cansada de mis propios pensamientos y decido ponerme ropa cómoda para caminar un rato por el campus.

Salgo de mi habitación y de camino a las escaleras me encuentro a Aiden subiendo, puedo imaginar que va hacia mi cuarto.

         — Regina — se siente raro cuando me llama por mi nombre completo, se siente... Ajeno.

Lo miro apenada y en silencio, esperando a que continúe.

         — Tenemos que hablar sobre lo que pasó anoche. — Me tenso un poco porque yo no quiero hablar sobre ese tema, me dejé llevar por un impulso y tal vez por los celos que me provocó ver a Peter con Alena.

         — No creo que sea necesario tener esta conversación — le digo cansada. — Sé perfectamente lo que hice y sé que te incomodó mi reacción al dejarte plantado después de prácticamente arrastrarte hasta mi habitación —aclaro — y lo entiendo, pero no puedo darte explicaciones a mis arrebatos y a mi comportamiento descontrolado, simplemente no puedo.

         — Bien, no quiero que me expliques — lo miro perpleja — solo quiero hablarte.

        — Bien — accedo — habla.

Caminamos juntos y en silencio hasta un pequeño parque que pertenece a la residencia, pero se encuentra lo suficientemente alejado y en silencio. Al llegar nos sentamos en un banco junto a un gran cerezo y continuamos en silencio durante un tiempo, observando la caída de la tarde.

         — Regina, me gustas mucho — Aiden rompe el silencio y sigo sin mirarlo, no me sorprende su confesión — Me gustas demasiado y estoy dispuesto a intentar cualquier cosa contigo, lo que sea, por mínimas que sean las posibilidades quiero intentarlo —hace una pausa, su mirada me pesa y suspiro— sé que sientes algo por Peter — la mención de su nombre me tensa, pero no digo nada — no estoy seguro que tan fuerte sea pero estoy dispuesto a insistir pacientemente y poco a poco adentrarme en tu corazón.

Una pequeña lágrima rueda por mi mejilla y la retiro con agilidad, sus palabras me llegan, siento que no merezco algo así porque desde que conozco a Aiden siempre ha sido muy bueno conmigo y no pensé que llegaría a sentir algo por mí, simplemente consideré que teníamos una amistad muy divertida y bonita y aunque no sabe todo sobre mí, siento que se imagina que mi vida no ha sido para nada fácil. Yo mejor que nadie sé lo que es enamorarse solo, porque es lo que me pasó a mí. Estoy tan consternada, en parte yo le he dado alas, o tal vez falsas esperanzas. Todo esto me tiene agotada y no quiero pensar, solo quiero sentir, sentirme bien y feliz, sé que no tengo oportunidad con mi mejor amigo y eso me duele, pero quiero permitirme ser feliz.

Miro directamente a los ojos a Aiden y veo un dejo de tristeza cruzar sus iris azules, cualquiera que ve su físico no creería que es capaz de sufrir o sentir, cualquier chica quisiera estar con alguien como él, se ve tan rudo y seguro de sí mismo, el hombre que te protegería de todo y te cuidaría más que a su propia vida, pero en el fondo es un alma triste y sola, como yo. Yo que verdaderamente lo conozco, sé que es una persona increíble y que su corazón es más grande que su belleza. La fachada de chico malo le puede funcionar con todas, pero no conmigo, yo conozco mucho más allá de ella.

Con ninguno de los dos: el peso de las decisionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora