Aiden
Voy llegando a mi casa y bajo la velocidad de mi moto. Estaciono y tomo mis llaves para entrar a casa.
Monic ha de estar aún durmiendo. La dejé en el cuarto de invitados después de una larga noche de sexo. No quiero dormir con ella. Solo quiero todo el contacto sexual que me pueda ofrecer y listo, ya tengo suficiente con que se quede en mi casa a dormir.
Camino hasta el porche y cuando voy a introducir la llave en la cerradura la puerta se abre para mi.
Le canto mi vista y me petrifico en mi lugar al ver a la persona delante de mi.
Regina
Está ahí en toda su gloria. Los días que llevo sin verla me golpean, este es el efecto que ella tiene en mí. Me desordena la vida con tan solo una mirada. Sonrío y mi sonrisa se apaga al notar la expresión que lleva, es de fastidio puro. Comienzo a conectar todo y miro en el interior de la casa y me encuentro a Monic con una sonrisa triunfante sentada en un sillón con las piernas cruzadas.
¿Qué diablos pasó aquí?
Esto no debía suceder. Para nada. Claro como soy el chico con menos suerte en el planeta se me juntan las dos en mi propia casa.
- Hola Reg - saludo para tratar de alivianar el ambiente.
- Hola - responde seca
- ¿Qué haces aquí? - pregunto lo más sutil que puedo para no hacerla enojar más de lo que ya está. Ella lo acostumbra a visitarme.
- Vine para ver cómo estabas - suelta algo molesta- estaba preocupada porque no dabas señales de vida desde hace más de 15 días. Pero noto que me preocupo en vano - mira a sus espaldas- estás muy bien cuidado.
Me pasa por un lado chocando su hombro con el mío. Miro hacia el interior de la casa y Monic me dedica un encogimiento de hombros a modo de burla. La miro de mala manera.
Esto no está bien. Me giro en busca de Regina y la veo doblar en la acera. Dejo las bolsas de la compra y corro detrás de ella.
Puedo ver su cabello flotando en el viento por la velocidad que lleva.
- ¡Regina! Espera - grito en un intento inútil de que me escuche.
Me echo a correr con todo lo que puedo y la alcanzo. La tomó por un brazo y ella se suelta de mala manera.
- Déjame ¿qué quieres?- espeta de mala manera.
- Hablar contigo
- No tenemos absolutamente nada de qué hablar - me mira severa - ¿te queda claro?
Se gira y comienza a caminar nuevamente ¿pero a dónde va?
- Regina escucha - la vuelvo a tomar del brazo
- Que me sueltes te digo- retira su brazo molesta y se aparta el pelo de la cara.
- ¿Qué ha pasado? ¿Qué te ha dicho Monic?
- La verdad- dice segura- que estás bien y que no necesitas ayuda. Justo lo que quería saber.
- ¿Entonces?- pregunto
- ¿Entonces qué? - enarca una ceja furiosa.
- ¿Por que te vas así?- pregunto y creo que le he echado leña al fuego porque su mirada no dice más que rabia.
- ¡¿Que por qué me voy así?! - grita exasperada - ¡¿Cómo que por qué?! ¿Serás gilipollas?
- No entiendo - soy sincero
- Hace más de 15 días que no se nada de ti- enfatiza- no tengo idea de si estás bien o mal porque no das ni una puta señal de vida- hace una pausa y gira su rostro a todas partes- ge he llamado mil veces y te he enviado miles y miles de mensajes y no he obtenido respuesta.
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Con ninguno de los dos: el peso de las decisiones
Teen FictionLos seres humanos somos inconformes e indecisos. Por falta de valentía o conocimiento hacemos cosas que resultan no ser las necesitadas pero si las que deseamos. Regina vive una vida triste y compleja desde la muerte de su madre, condenada a vivir c...