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𝐂𝐚𝐫𝐝𝐚𝐧 𝐲 𝐁𝐥𝐚𝐤𝐞

Vanessa se sintió impotente cuando una mano la atrapó y la jaló hacia un costado, inmovilizándola. La multitud seguía su frenesí alrededor de ella, y Vanessa pensó que no había nada más que hacer. Pero en ese momento, una figura pequeña e inesperada apareció frente a sus ojos. Era un niño, Blake, quien empuñaba un cuchillo con determinación y lo clavó en el hombre que la retenía.El hombre gritó de dolor y soltó a Vanessa, y ella aprovechó la oportunidad para zafarse y alejarse del tumulto. Blake tomó su mano y la condujo velozmente por callejones estrechos y sinuosos, esquivando los peligros a su paso. Finalmente, llegaron a una puerta en la que Blake golpeó con urgencia, y alguien abrió la puerta de par en par, permitiéndoles entrar.

La casa de Blake parecía ser su refugio seguro. Vanessa, aún temblorosa, se encontraba agradecida por la ayuda de aquel niño valiente. Aunque el caos persistiera afuera, por el momento estaban a salvo. Respiró aliviada, consciente de que tenía que agradecerle a Blake por su valentía y amabilidad. El niño había sido su inesperado salvador en medio de la turbulencia.Blake llamó a su hermano Cardan con urgencia, y poco después, un hombre joven de alrededor de veinte años salió de la cocina. Sus ojos se ampliaron sorprendidos al ver a Vanessa. Cardan miró a su hermano y luego de nuevo a la princesa, claramente desconcertado por la presencia de la realeza en su humilde morada.

Vanessa, intentando romper el hielo y aligerar la tensión, le dedicó una sonrisa y con calma le dijo—Hola, no muerdo—

Cardan, preocupado por la seguridad de su hermano y la inusual situación en la que se encontraban, replicó de inmediato—Blake, tenemos que llevarla de regreso al castillo. No podemos quedarnos involucrados en esto—

Blake, un poco nervioso pero también comprensivo con la difícil situación que Vanessa estaba viviendo, le respondió —Pero, Cardan, afuera hay un caos total. La gente corre y grita. No sé si es seguro llevarla de vuelta ahora—

Cardan se acercó a la ventana y miró la escena caótica en las calles. La multitud parecía fuera de control. Después de un momento de reflexión, ordenó a su hermano—Bien, Blake, empieza a amontonar cosas contra la puerta. Vamos a mantenernos seguros aquí hasta que la situación afuera se calme. Luego, buscaremos una manera de llevar a la princesa de regreso a donde pertenece—

Mientras Blake se apresuraba a seguir las órdenes de su hermano, Vanessa se mantuvo en silencio, consciente de que su destino estaba temporalmente en manos del niño y de joven.

Vanessa notó cierto ardor en su hombro, por todo el momento nl SD había percatado pero tenía un arañon en el hombro, cuando ella intento tocarlo hizo un ruido ya que parecía ser algo profundo.

Cardan, preocupado por la herida de la princesa Vanessa, se apresuró a traer algunas cosas que tenía guardadas en una especie de botiquín casero. Regresó con un paño limpio, agua, y algunas hierbas medicinales que había recolectado en el pasado. Con delicadeza, comenzó a limpiar la herida en el hombro de Vanessa, asegurándose de que no hubiera infecciones.
Mientras trabajaba en el cuidado de la herida, Cardan se mostró serio pero decidido. —No deberías haber estado en medio de esa multitud tumultuosa. Es peligroso— le comentó, tratando de mantener la conversación con la princesa. —¿Puede decirme qué le sucedió? ¿Por qué la gente la perseguía?—

Vanessa, mientras sentía el ardor de la herida, miró a Cardan —Fui a la ceremonia de mi Jacaerys, y... hubo un malentendido. La situación se salió de control. Fueron contra mis hermanas y yo simplemente corrí por mi vida ante la gran multitud —

—Bueno su herida ya esta curada, sígueme tengo algo de ropa que puedes usar ya que su vestido esta bastante dañado — Cardan empezó a caminar y Vanessa lo siguió

De Fuego y Cenizas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora