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𝐕𝐢𝐬𝐞𝐧𝐲𝐚'𝐬 𝐛𝐨𝐨𝐤

El sol dorado de la tarde arrojaba su luz sobre las piedras antiguas de Oldtown, creando sombras danzantes en las calles estrechas. Los rumores de la ciudad resonaban en el aire, pero hoy la atención estaba centrada en la Torre Alta, donde se llevaría a cabo uel nombramiento de Aereon como heredero.

Los altos muros de la Torre Alta se alzaban majestuosamente, con sus ventanas estrechas y torres que se elevaban hacia el cielo. La ceremonia fue presidida por el anciano maestre de la Ciudadela, a su lado, la figura regia de Vanessa Targaryen destacaba, con su cabello negro y sus ojos violeta que reflejaban la fuerza y poder de la reina de Westeros, era la primera vez que alguien de apellido Targaryen que tenia el cabello negro ocupaba una corona sobre su cabeza, durante algunos años en la epoca de Jaehaerys se penso que Rhaenys seria la primera reina y con esto no solo seria la primera mujer de cabello negro y de apellido Targaryen en el trono , tambien seria la primera mujer reinante, pero ahora lo era Vanessa .Aemond estaba al lado de Vanessa, ataviado con una armadura negra, sostenía con firmeza al pequeño Aereon en brazos. El infante, envuelto en un manto de seda con los colores de la casa Targaryen, parecía ajeno a la magnitud del momento. 

El maestre alzó la voz, llenando el salón con palabras resonantes—En nombre de los dioses antiguos y nuevos, y en conformidad con las tradiciones de nuestra tierra, presentamos al heredero de la Casa Targaryen, nacido de la sangre de dragones—El murmullo de la multitud cesó, dando paso a un silencio. Vanessa asintió con gracia hacia el maestre, indicándole que continuara—Este día, en la sagrada ciudad de Oldtown, proclamamos a Aereon Targaryen como el heredero legítimo de la Casa Targaryen y de los Siete Reinos. Que su vida sea tan larga como el vuelo de un dragón y tan brillante como las llamas que forjaron el Trono de Hierro—La multitud estalló en aplausos y vítores, mientras las trompetas resonaban en el aire. Vanessa y Aemond intercambiaron una mirada llena de orgullo y alegría, conscientes de la carga que ahora recaía sobre los hombros del pequeño Aereon.Vanessa estuvo un largo tiempo enseñando a su heredero, pero su mente estaba en otra parte, en Maegor su otro hijo, pero había aprendido algo... debía de escuchar las profecías y mas si provenían de Helaena, separarse de la sangre de su sangre le dolía, le dolía que su hijo menor no pudiera disfrutar de los privilegios que tenia su hermano mayor Aereon, pero si quería tener por lo menos una oportunidad de asegurar que su linaje dure tenia que ser mas estratega que madre por el bien de todos. 

[...]


—Necesitas descansar — dijo Aemond.

—Necesito descansar un poco por primera vez te doy la razón— Vanessa extendió los brazos para tomar a Aereon que estaba berreando y dejo de hacerlo al estar en brazos de su madre.

Pese a que todos pensaban que Vanessa estaba totalmente bien en aquellos momentos no lo estaba, sentia un dolor terrible, debia de estar en reposo pero aquello era lo ultimo que hacia, era inquieta , en su primer parto quemo toda una isla, lo que la llevo a estar algunos dias en cama y tomando algunos menjunjes para calmar el dolor. Ahora sentia un dolor terrible, pero lo ultimo que queria era que la vieran debil.

Vanessa Targaryen no era debil.

Vanessa Targaryen era fuerte.

Vanessa cruzó el umbral de sus aposentos, sosteniendo a Aereon en brazos. El pequeño príncipe, con sus ojos curiosos y cabellos plateados, observaba el mundo desde la seguridad de los brazos de su madre. Aemond seguía a Vanessa, su mirada fija en su esposa, conteniendo sus ganas internas de tomarla entre brazos y alzarla con todo y el pequeño, pero sabia como era ella asi que no lo haria por mas que quisiera. Finalmente llegaron a su habitacion los tapices en las paredes eran realmente hermosos,, y el aire estaba impregnado con el aroma de velas perfumadas. Sin embargo, la paz que debería haber acompañado este regio lugar se vio repentinamente alterada. Un mensajero aguardaba en la entrada de sus aposentos, con una expresión nerviosa en el rostro. Aemond, despreocupado, se adelantó para recibir la noticia cruzándose de brazos

De Fuego y Cenizas Donde viven las historias. Descúbrelo ahora