Me gustan los bebés, me gusta su inocencia, su olor suave, bueno... cuando no apestan a vómito y caca.
Está pequeña que nos dejaron en la agencia es simplemente hermosa. Con sus ojitos tan vivaces.
He lidiado con el odio que me genera saber todo lo que pasó. Quiero buscar a las personas que la lastimaron, quiero que paguen por haber estado a punto de matarla.
Después de mucho pensar, sigo sin entender porqué esa mujer creyó que dejarla con nosotros era lo ideal. No tenemos idea de que hacer con un bebé.
Mucho menos una niña, esa oportunidad la perdimos cuando nacimos. Me alejo rápido de esos pensamientos.Desde que entramos a la oficina y la ví me sentí conectado a ella.
Hay un sentimiento de protección muy fuerte arraigado en mí.
Quiero ayudarla. Quiero asegurarme de que esté bien.Izuna me conoce, mí gemelo lo sabe, sin que diga nada. Lo ve, en la forma que la mantengo conmigo. Pienso en ella. En como hubiera sido.
Me sacudo levemente.Podría dejarla en su sillita, pero me cuesta soltarla.
De todas formas, cada vez que mí brazo dolió y trate de dejarla, ella lloró y se aferró a mí.
Así que ignoró el dolor y la sostengo más de lo que debería.
Voy a necesitar algo fuerte luego.Shisui, nuestro primo, escapó hábilmente a su casa. No podía disimular su terror cuando le pase a la bebé. Aún debe estar temblando, quiero reír, pero no lo hago. Papá siempre decía que no debemos escupir al cielo o nos caerá en el rostro.
Se que Shisu, va a buscar todo lo que pueda sobre el laboratorio.
Es lo que hace, meterse sigilosamente en las bases de datos. mí gemelo, Ita y Shisu son unos genios con cualquier mierda que tenga precesador, pantalla y teclados. Aman las computadoras.Voy a la heladera de dos puertas dónde por lo general acumulamos bebidas para cuando nos reunimos los seis.
Tomó una botella de agua mineral y luego abro el segundo cajón de la mesada, que divide la sala de la cocina, cajas y cajas de pastillas para dormir, antinflamatorios, relajantes musculares, se acumulan dentro.
Tomó un relajante muscular y me lo trago con un buen sorbo de agua fresca.Izuna me mira y frunce el ceño.
No le gusta que abuse de los medicamentos, pero el dolor del brazo me está matando. Es una ventaja no haberlo perdido, pero los dolores a veces son una tortura. Él mejor que nadie me entiende, se que ahoga sus pesadillas en whiskey. No me meto, no se mete, hasta que las cosas se nos vayan de las manos. Es nuestro acuerdo.—¿Cómo se supone que hacemos está mierda?— cuestiona Itachi con la fórmula para leche en una mano y el biberón en la otra.
Mí gemelo le señala la computadora como si todas las respuestas estuvieran allí. Estoy seguro que el está convencido de eso. Y debo reconocer que hasta ahora nos funcionó bastante el asunto de los tutoriales. De todas formas, niego y me acerco.
—En la lata de fórmula está la forma de preparación, idiotas— gruñó.
—In li liti isti li firmili...— se burla Itachi.
Ruedo mis ojos. A veces olvidan que ya no somos niños.
Reviso las proporciones y luego agrego dos cucharadas al raz en sesenta milímetros de agua hervida ya entibiada.
— ¿Te diste cuenta que todo esto se te da de lujo? Yo voto porque te hagas cargo por completo de la niña.— Suelta.
—Yo voto porque me la chupes.— respondo.
Itachi suelta una carcajada, justo cuando Mad y Obito entran por el garage.
—¿Dejaste a mí bebé bajo el techo?— le dice Izuna a nuestro hermano mayor.
Mad rueda sus ojos antes de asentir.—La casa estaba revuelta, pero encontré lo que buscaba. ¿Cómo está la otra bebé?— le dice moviendo su barbilla hacía la niña que carga mí gemelo.
—Ahora bien... Hizo algunos berrinches, espanto a Shisui...—responde mí hermano divertido, los cinco reimos.
—Tambien tengo lo que dejó la mujer. No había nadie en el cementerio, ni en el correo.
Tenemos el pendrive con lo que sacó del laboratorio.— Gruñe Obito.La niña se remueve inquieta en los brazos de Izuna.
—Creo que esa posición ya la cansó.— Le digo a mí gemelo.
—Dasela al tío Obito— dice mí primo mientras se acerca. Y toma a la bebé.—¿Quién es un engendro adorable?— canturrea el imbécil con voz chillona.
La chiquita lo mira curiosa, pero afortunadamente no llora.
Shisui, se asoma desde su casa, cuando ve a Mad y Obito, se acerca. Quiero reír, es tan obvio que le aterra la bebé.
Le toma una foto a Obito, que se divierte posando.
—Pasamelas, voy a subirlas a mí face. A las mujeres les encantan los tipos rudos con bebés bonitos en brazos.— Afirma.—Ni se te ocurra. No podemos exponerla. Si alguien sabe de ella pueden venir tras nosotros.— me quejó.
—Que se atrevan.— Suelta arrogante. Luego le hace morisquetas a la bebé y pierde toda la credibilidad que tenía.
Me pasó la mano por el rostro, absolutamente frustrado.—¿Qué vamos a hacer?— suspiro.
Parece que esa es la pregunta del millón, que hemos estado haciendo por todo el día.
Izuna, conecta el pendrive a la computadora de respaldo. No podemos enlazarlo directamente con la principal, por si es una trampa o está encriptado con algún virus.
Shisui está a su lado, trabajando codo a codo.Itachi, le entrega el biberón listo a Obito. Mí primo se sienta en uno de los enormes sofás con la bebé en brazos.
Empieza a darle la leche como si lo hubiera hecho miles de veces.Mada se sienta a su lado y levanta un poco el biberón.
—No dejes que tome aire imbécil, le dará gases y va a llorar toda la noche. No queremos eso...Nadie dice nada, miramos a la niña mientras toma su leche, en brazos de mí primo.
Shisui toma otra foto para molestar al grupo.—Parecen dos padres gays que adoptaron recientemente.— dice burlándose de su hermano y el mío.
Ambos le alzan el dedo medio, pero ninguno deja de mirar embobado a la glotona que ya se está acabando el biberón.
Madara tomó una toalla pequeña del bolso, y ahora la tiene sobre su hombro.
Ninguno lo cuestiona, ellos eran mayores cuando nacimos, supongo que vio a mamá o la tía, hacer eso muchas veces.Obito le pasa a la bebé y él la pone sobre su pecho. Le da algunas palmadas hasta que la niña se echa un eructo que rivaliza con los de alguno de nosotros.
—Woow.— Suelto sorprendido.
Acabamos riendo de lo loco que es todo esto.
—¿Pedimos pizza?— dice Itachi.
Era su turno de cocinar, cosa que odia, y por eso está tratando de safar.—No me estoy quejando.— dice Izuna. Mada asiente.
—Con anchoas para mí.— Dice Obito, que ya está tirando los brazos para que mí hermano le pase a la bebé. Ella mira de uno a otro curiosa.
—¿Cuánto tardará ese biberón en hacer efecto?— murmura Shisui a mí lado. Se que está planeando escapar antes de que le toque cambiar ese pañal apestoso.
—Hay que bañarla, hay que ponerle piyama y hay que decidir con quién duerme. — Enumera mí gemelo, está en la compu, así que me imagino que anda por alguna página de cuidado de bebés.
Los seis nos miramos sin saber que hacer. ¡Joder! ¿En qué nos metieron?
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Supongo que esperaban ansiosas el capítulo de nuestro precioso Sasuke.
Él de todos es el que más adora los bebés.
Y quería que se note. No es un capítulo largo, lo siento, pero en compensación les subo otro más tarde.
Este tenía lo justo y lo que quería decir Sasu.
Espero que les gustará.🤭Gracias por el apoyo que le dan a la historia.
Gracias por sus votos y comentarios. 💕👑🌈
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"Misión: Bebé" Sakuharen 🔞
FanfictionUn laboratorio que debería dedicarse a desarrollar vacunas, esta haciendo experimentos ilegales. Una de sus empleadas lo descubre por error y salva al último sujeto de pruebas. Los Uchiha son ex marines y primos hermanos. Siempre juntos, siempre...