32-Shisui

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¿Pesadillas? Teníamos suerte de aún estar cuerdos.

Itachi seguía pálido, no me atrevía a decir nada hasta que estuvieramos solos. Creo que nunca hubiéramos esperado ver algo asi.
Las guerras son duras y muchas veces durante la misma, perdíamos compañeros, o veíamos pueblos ser devastados y muchas vidas perdidas, pero en cierta parte nuestra mente estaba preparada para aceptar eso, sabíamos que eran los costos que se pagaban. En cambio ésto, esto era la vileza de un grupo de seres crueles, que disfrazaban de ciencia sus atrocidades.

A pesar de la advertencia de Itachi, debía bajar por los archivos. Trate de no mirar, pero era imposible.

El espacio estaba abierto, una mesa donde llevaban a cabo la reunión el inversionista y los líderes del proyecto, muebles con medicinas y otras cosas.
Tras unas cortinas blancas de nylon, que dividían el área, había dos camillas de metal como si fuera una morgue, la sangre filtraba hacía unas canaletas y se iba por una rejilla en el suelo.  El cientifico que había estado trabajando, se encontraba en el suelo, con una bala entre las cejas.

Desagradable era poco para describir lo que tenían en este subsuelo.
Parecía el SET de una película de terror. Creo que me aferre a esa idea, porque si me recordaba a mí mismo que era real, habría vomitado como un maldito cobarde.
Aleje la vista tan rápido como pude, pero el militar entrenado en mí, había catalogado todo en segundos, solo basto una mirada fugaz para saber lo que había sobre las camillas.

Dos bebés, en trozos como un jodido rompecabezas.

Además de muchas cápsulas de petri con muestras de tejido. Los cuerpos estaban tratados con algo ya que parecían conservarse. Cortes perfectos, hechos por algún maldito carnicero científico.

Había un horno encendido y no tenía dudas de que era donde eliminaban los sujetos de prueba fallidos. Allí habría terminado nuestra pequeña.

La ira se combinaba con la indignación por lo que estaba viendo.

Copié los datos, y todo lo que había en sus computadoras.
Me lleve dos computadoras personales, porque no tenía tiempo de revisarlas en ese momento.

Abrí las heladeras para encontrar más trozos de cuerpos y contuve una arcada.

Mierda, quería volver a matar a esos imbéciles de arriba.
Habían estado aquí, tan tranquilos, planeando repetir el experimento, analizando costos, el maldito inversor seguro estaba regateando frente a los científicos. ¿A cuantos bebés les harían esto? Para lograr lo que sea que trataban de hacer.
Sin dudas sus muertes fueron muy rápidas. Eso me llenaba de frustración.

Subí y Kizame bajo a poner las bombas. El tipo era rudo, pero subió tan descompuesto como lo estaba Itachi, y yo mismo.

Sentí una enorme satisfacción al volar todo el maldito lugar.

Una vez en el almacen, encontramos a Saku en la habitación de Mad, había estado llorando y preocupada.
Después de mamá y la tía, no habíamos tenido una mujer preocupada por nosotros luego de una misión.
Se sintió raro, pero agradable.

Quería consolarla, no me gustó ver su rostro bañado en lágrimas.

Todos le robamos un beso antes de irnos, y eso en si mismo era una declaración. Ella no tenía idea, pero cuando un Uchiha reclamaba algo, lo conservaba. Y ella fue reclamada por los seis.

La pequeña apestosita, le hacía honor a su apodo.
Literalmente huí de la habitación donde Saku empezó a cambiar su pañal.
Itachi estaba terminando de preparar unos tragos y jodidamente necesitaba algo fuerte.

Nos miramos y ambos negamos, sabiendo adónde iban nuestros pensamientos.

Izuna ya estaba trabajando en los archivos que sacamos de ambos lugares.

—No puedo creer que hombres tan valientes, huyan frente a un pañal.— decía divertida.

Me alegraba que su miedo se hubiera alejado, ahora que estábamos de regreso.

Ita le entregó una bebida, mientras ella se movía al sofá con Sarada aún en brazos.
Fui hacia la cocina y calenté agua para la leche de la pequeña.

—Oh, el tío Shisui pensó en ti mí reina. Porque el tío Itachi no te preparo ninguna bebida. — dijo SaKu con voz chillona, Sarada trataba de alcanzar su vaso.

—Lo siento, no puedo atender a todas las niñas de la casa yo solo. Me ocupe de la mayor, que Shisu se ocupe de la menor.

Soltó mientras se tiraba en el sofá de enfrente y ponía sus pies sobre la mesa de centro.

—Te salvas porque el "obse" está abajo.— Resoplo Izuna cuando vio dónde ponía los pies mí hermano. Todos sabíamos cuánto fastidiaba eso a Sasuke.

Saku resoplo y luego soltó la risa. —No le digas así... Aunque sea divertido.— admitió.

Terminé de preparar la leche de Sarada y se la acerque.
Me senté junto a Saku, mientras le daba la mamadera a la pequeña.

—Ustedes tienen que cambiarse. Digo, se ven muy sexys, pero esos uniformes me recuerdan lo que fueron a hacer y...— se estremeció y sacudió la cabeza.

—Tienes razón. Iré a darme una ducha, y a cambiarme.— dijo Itachi con una sonrisa de lado.

—Vuelve vestido, recuerda que hay niñas pequeñas en la sala. — sentenció Izuna divertido.

—Oh vamos, la apestosita me ha visto en calzoncillos más veces que cualquier otra mujer.— se quejó el maldito mientras seguía caminando hacia la puerta de su departamento.

—Oh nena, las cosas que debes soportar con todos estos hombres.— le dijo Saku. Sarada seguía tomando su leche sin importarle nada más en la vida.

Otra vez pensé en ese subsuelo y maldije entre dientes.
SaKu me miró sorprendida.

—Disculpa, mí mente fue a algunos lugares a los que no debe ir.— admití.

Ella siguió mirándome fijamente, como si tratara de leer mí maldita mente. Negué y suspiré.
Nunca le diría nada de eso, no pondría esas cosas en su propia cabeza.

Me dio una sonrisa tierna antes de ajustar su cuerpo contra el mío, y apoyar la cabeza en mí hombro.

La rodeé con un brazo y dejé que mí mano peinara el suave cabello de Sarada, ella cerró sus ojitos ante la inesperada caricia, pero nada haría que suelte esa mamadera hasta que la hubiera acabado.

—¿Los chicos estarán mucho abajo?— murmuró.

Izuna volteó a verla y sonrió cuando me vio abrazándola, use mí brazo y mano libre para hacerle la seña universal de "vete al diablo". Por suerte SaKu no podía verlo desde su posición.

—No lo creo, ellos subirán luego de que terminen de instalar a nuestro huésped.— solté.

Izuna carraspeo cuando dije "Huésped" le lance una mirada que no lo intimidó en lo más mínimo. Cualquier otro hombre sé habría meado los pantalones, pero mí jodido primo solo sonrió de lado y regreso a la pantalla como si nada.

Me encantaba tener a Saku así, cómoda y recargada contra mí.
Llevaba tiempo de no salir con nadie. Y ahora había una chica sexy todo el jodido día, rodando el almacén.

Tenía que aceptar que no solo Itachi estaba sufriendo con sus bolas azules.

Sin embargo, mis deseos de estar con ella de esa forma, se compensaban con solo tenerla acurrucada a mí lado.
Me despertaba sentimientos que hacía rato no experimentaba.




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Me encanta este Shisu tan lindo. 🤭♥️

Capitulo para lovess2004
Que te mejores pronto 💕

Gracias por el apoyo♥️
👑🌈

"Misión: Bebé" Sakuharen 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora