22-Madara

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"Trae pañales"
Leí el mensaje y suspiré.

No habían parado de pedir cosas desde que anuncie que estaba en el almacen.
Jodidos cabrones.

"No tengo ni puta idea el tamaño que ella usa."

Respondí.
De inmediato entro un mensaje de Sakura, aún me estaba acostumbrando a tenerla en el.grupo de la familia. Si bien era algo simbólico, se sentía demasiado cómodo, natural. Ella encajaba con nosotros como la pieza que faltaba. Al igual que la pequeña.
Cada día estaba más integrada y cómoda con nosotros.

Buscaba con sus ojitos llenos de alegría, a Itachi y Obito  cuando entraban en cualquier habitación y la llamaban por algún apodo gracioso.
La había visto dormir en su cochesito de paseo junto a Shisui, mientras el idiota trabajaba en su computadora. Él, que tanto se resistía a ella, hamacando el coche y revisando si estaba dormida cada cinco minutos.
Colocando sus dedos cerca de la nariz de la niña, asegurándose de que solo dormía.
Había visto a mis hermanos tirados en el suelo, jugando con ella dentro de su gimnasio de bebé.
La había sacado de su cuna durante las noches, para que se duerma sobre mí pecho.
Estábamos total y completamente sometidos por sus risitas.

"Usa los pequeños aún."

"Gracias preciosa, no sé que haríamos sin ti." Pulse enviar con una sonrisa boba en el rostro.

"Necesitamos más cerveza." Envío Izuna.

El cabron consumía menos alcohol. Sabía que aún tenía pesadillas por la noche, pero también se mantenía sobrio por Sarada, otra cosa más que le debía a nuestra pequeña.

Izuna había estado embotando sus sentidos cada noche, para poder dormir sin tener pesadillas del tiempo que estuvieron cautivos.
Sasuke abusaba de los calmantes, antes de la niña.
Desde que ella estaba con nosotros, ambos se controlaban, sabían que debían estar en sus cinco sentidos para la bebé.
Solo eso, me decía que ambos eran fuertes y podían superar lo que fuera. Estaban enfocados. Tenían una nueva misión.

Lo que me quitaba de sueño nocturno, me lo devolvía en paz y tranquilidad cuando veía a mis hermanos volver a ser los de antes.

Y sabía que ella también lo lograría, tendría una vida feliz y plena, porque íbamos a encargarnos de eso.

Ya teníamos todo casi listo.
Kakashi, y algunos miembros aún activos del escuadrón, que nos debían mucho, habían accedido a ayudarnos.
Teníamos planeado volar el maldito laboratorio, a la misma vez que el depósito, y mientras el revuelo se armaba, nos llevaríamos al maldito de Yakushi, directo a nuestro cómodo y bonito sótano, insonorizado y preparado para hacer cantar al cabron que lastimó a nuestra bebita.

La madre de Sakura tenía una colega especialista en genética, que iba a ayudar con las fórmulas que desarrollo ese bastardo. Íbamos a solucionarlo. No podíamos no hacerlo.

Destruir el laboratorio, destruir el depósito, capturar al tipo que desarrollo las fórmulas, torturarlo hasta que nos diera las drogas para salvar a Sarada. Una vez que la genetista me asegure que las drogas funcionaban, iba a matar yo mismo al cabron.

Repase la lista una vez más, y salí con todo lo comprado, directo a mí camioneta.

Obito, junto a los gemelos, estaban trabajando, porque la vida continúa y nuestros clientes no esperan.

La familia de un magnate de los negocios, que tenía sus dedos en casinos y salas de juego estaba de visita, y el tipo no contaba con suficientes tipos en su equipo de seguridad privada, por lo que había solicitado nuestro apoyo, durante el fin de semana.

Los chicos aceptaron el trabajo, y el dinero iría a una nueva cuenta familiar a la que Shisui llamo: "Universidad"

El maldito ya estaba abriendo un fondo para los estudios de la pequeña.
Es niña no tenía idea de que su vida iba a ser una montaña rusa de emociones con seis idiotas sobre ella.
Casi sentía pena. Íbamos a acabar con su paciencia muy pronto.
Lo gracioso es que haríamos lo que ella pidiera y no le faltaría nunca nada.

"Salgo del bar y voy" envío Saku.

Me aseguré de comprar refrescos y algunos chocolates.

"Cena con nosotros preciosa." Envío Itachi.

Los tres puntos aparecieron una vez... Nada... Luego de nuevo... Nada. Finalmente mando una carita triste y dijo que tenía un compromiso.

"Tranquila, otro vez será." Envié. Antes de que mí primo empezará a investigar dónde iría y con quién. A Itachi solo le faltaba un rodete de vieja chismosa.

Regresé a casa, guarde las compras, luego Saku paso a ver a nuestra pequeña, como había dicho.
Estaba muy bella, y los chicos la molestaron hasta que soltó que iba a bailar con sus compañeras de la universidad.

Tuve que detener a mis primos antes de que se sumen al plan de Saku.

Cuando ella se fue, cenamos todos en la barra, ya que era más cómodo para la silla de Sarada.

—Solo digo, que quizá deberíamos ir a ese lugar. Solo para asegurarnos que ella está bien.— decía Itachi.

—No iremos a ningún lado más que a la cama. Dejen a Saku en paz.— Gruñí.

Ambos me llamaron aguafiestas y vegete. Y también me dieron el primer turno para cuidar a Sarada.

Cabrones...

Sin embargo, a las doce y media, un mensaje en el grupo nos obligó a salir corriendo de casa.

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Actualización adelantada. Porque mañana no creo que pueda subir el capítulo.

Que lo disfruten.

Los adoro❤️

👑🌈

"Misión: Bebé" Sakuharen 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora