23- Sakura

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—¡Vamos!— Ino me arrastró a la pista. De hecho, me había arrastrado a este lugar también.

La verdad, es que prefería quedarme en el almacen, cenando con los chicos y la pequeña apestosita.

Mí móvil vibro y lo saqué para ver si eran ellos.
Cualquier excusa era buena, quizá si notaban un poco de fiebre en la bebé.
¡Diablos! ¡No! No debería estar esperando ese tipo de mensajes, solo para poder librarme de la salida de chicas que planeo mí amiga.

Lamentablemente no eran ellos.

Leí el mensaje enviado por Sasori. Mí Ex era un dolor en el culo. Lo había dejado unas mil veces, pero al idiota no le llegaba el memo.
Su cerebro estaba en  cortocircuito cuando se trataba de nosotros.
Para mí ya no había un nosotros, mientras que él, estaba planeando un puta boda. No me escuchaba. No me respetaba. Y no sabía cómo hacer para sacarlo de mí vida de una vez por todas.

"¿Donde estás Sakura? Te dije que mis padres estaban de visita, quería que cenaramos todos juntos."

"Rompí contigo hace dos meses. ¿Por qué sigues llamando, escribiendo y molestando? Ya busca otra idiota que cene contigo y tus insufribles padres."
Pulse enviar.

Nunca era tan cruel. Siempre trataba de ser amable con él  y diplomática en mí rechazó, pero está situación ya me tenía cansada.

De repente una notificación de rastreo se encendió en mí teléfono. Me quedé atónita mirando como un programa que no sabía que tenía, se ejecutaba solo y mostraba mí ubicación en tiempo real.

—Pero... ¿Qué mierda?— Trataba de apagarlo, pero no respondía.

Entonces hice lo único que se me ocurrió.

"CHICOS, ALGUIEN ESTA HACKEANDO MI TELÉFONO"
Hice una captura de pantalla y le envié la imagen al grupo.
Tarde me di cuenta que eran las doce y media de la noche.

Sentía mis manos temblar.
Cómo era posible que alguien hubiera puesto ese programa.
Estaba aterrada, me sentí ultrajada.

Deje a Ino bailando y me dirigí al baño. Refresque mis manos, y trate de tranquilizarme.

Quería apagar el móvil, pero no había recibido respuesta de los chicos, y me preocupaba asustarlos. Así que espere a que me respondan.

"Deja de insistir con eso, voy a ignorar tu falta de respeto, seguramente estés ebria. Cuando seas mí esposa eso va a cambiar.  No más fiestas, no más trabajar en ese bar de mala muerte."

Leí frustrada el mensaje de Sasori. Siempre igual. No me hacía caso a nada de lo que le decía. Era como si yo no hablara directamente.
Cuando me hacía una pregunta, la respondía él mismo, por mí. Empezaba a darme miedo. Había descansado de su incesante presencia, gracias a un viaje que hizo estas últimas semanas, pero desde que regresó no para de llamar y exigir cosas.

Regresé a la pista y busque a mí amiga.

—Tengo que irme. Algo surgió. — dije.

Ella me miró molesta, pero ya estaba colgada de uno de los residentes de medicina que conoce de la clinica. Sai me sonrió falsamente y siguió bailando con ella.

Salí afuera, y caminé hasta el estacionamiento donde habia dejado mí motocicleta.
Los faros de un coche alumbraron todo a mí alrededor.

Gire asustada, con el corazón latiendo a mil kilómetros por hora.

El convertible rojo último modelo de mí maldito ex, estaba estacionado detrás y de el bajaba Sasori con el ceño fruncido.

—Si nos damos prisa, podemos llegar para el brindis. Puedo poner alguna excusa, pero debes cambiarte ese atuendo de prostituta vulgar, en el asiento de atrás tengo un vestido que te quedará pintado.

"Misión: Bebé" Sakuharen 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora