26-Obito

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—Deberíamos estar entrenando, planeando volar el laboratorio, tratando de atrapar a Yakushi. No lo sé, esto es increíble. ¿Si saben que la vida de Sarada está en juego?

Mire a Sasuke y sonreí con suficiencia.

—Ya hicimos nuestra tarea niño. ¿Por quién nos tomas?—
Me ajuste la corbata y maldije el momento en que le seguí el juego a mis hermanos. La competencia por conquistar a Saku había tomado un giro. Estaban trabajando en equipo, lo que para la pobre pelirosa, sería aún más devastador. Ella no tenía oportunidad.

—Creo que tu trasero engordo un poco.— soltó Shisui desde la puerta. Maldije nuevamente, por lo bajo, ya que cierta pequeña con sus balbuceos, empieza a soltar cosas extrañas muy seguido

Estaban todos en mí departamento. Molestando.
Observé a mis primos y hermanos, solo faltaba Mad, que había ido por SaKu.
—¿No tienen casa propia para ir a pasar el rato?

—Yo solo vine a buscar a mí bebé.— gruñó Sasu.

—Nuestra.— le lance una mirada a través del espejo. Se encogió de hombros, totalmente indiferente.

—Dejalo, la pequeña mierda siempre fue algo egoísta.— afirmó Izuna entre risas, no perdía oportunidad de molestar a su gemelo.

Lo mire de arriba, abajo. Era más delgado, y el traje le quedaba pintado, al igual que a los demás. En cambio Mad y yo, éramos dos jodidas bestias, y sentía que la tela estaba tirante por dos lados.

Tal vez si engorde un poco, no es que no entrene, pero he estado cubriendo turnos en la oficina...

—¡Mierda!.— me quejé.

—Mad ya fue por SaKu. Deberíamos ir saliendo.— Dijo Itachi asomando su cabeza por el umbral.

Me mire una vez más, dudando si cambiarme o dejarme el puto traje.

—Te vez bien.— Izuna me azoto el trasero.

—Sasuke tiene razón cuando dice que eres un castigo.

Escuché su carcajada desde afuera de la habitación.

—¿Autos particulares, o el todo terreno?— Cuestionó Shisui.

—Yo quiero beber, no voy a manejar.— Respondió el gemelo insoportable.
Su hermano le frunció el ceño.

—Me sumo.— dijo Itachi.

—Bueno vamos en dos autos.— dijo Shisui.

—Ustedes con Sarada, mis hermanos conmigo. Tu coche y mí subaru.— Ordené a Sasuke.

Salimos del almacén, perfumados y vestidos como para una fiesta.

Madara buscaba a Saku y la traería directo al restaurante.
La reserva en el mejor lugar de la ciudad no había sido nada, un par de movimientos hábiles de los pequeños hackers y estábamos en la lista. Ubicados en la parte más cómoda, cerca de la ventana que daba a la fuente de agua.
Incluso la jodida silla de bebé estaba puesta para nosotros.

—Ese vestido le queda precioso, y ¿de dónde mierda sacaron esa cosa de su cabello?— Sarada me sonrió, sabiendo que hablaba de ella.

—No maldigas, estamos en un lugar lleno de gente. Y lo de su cabello se llama tiara. Me salió una pequeña fortuna. — Resopló Shisui.

—No jodas, ¿usaste la cuenta de la empresa?— reclamó Itachi.

—No. ¿Cómo crees? es un regalo personal. Y está asegurada. Lo compré con mí dinero.

—Vaya, el tío Shisui quiere posicionarse como el favorito.— solté una risa.

—Bueno, eso no será posible porque ella sabe que su tio favorito soy yo. ¿No esa así muñeca?— le dijo Izuna.

"Misión: Bebé" Sakuharen 🔞Donde viven las historias. Descúbrelo ahora