9; Nueve

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Después de oír lo que dijo Lisa, Jisoo no podía apartar sus ojos de ella, tal como la última vez que la vió, ese día en el que se despidió sin saber que sería la última vez, su mente se vino abajo, ¿quién sería capaz de romperle el corazón a su amada Rosé?, no lo permitiría, a menos de que fuera ella. La culpa la invadió, las explicaciones de su partida eran obvias, pero estaba segura de que si le decía una sola palabra, Rosé haría que ella fuera como una hormiga, como la que observaba ese día, en el que la dejó, frente a una persona que podría aplastarla y dejarla sin vida.

—Creo que... ¿ya se conocían? —Lisa volteó a ver discretamente a Nayeon esperando una respuesta, pero Nayeon no volteó a verla esperó a que Rosé hiciera un movimiento.

Pero estaba igual que Jisoo. Sin hacer ningún gesto.

—¿Cuánto tiempo ha sido?, Jisoonie? —Rosé se mostró inexpresiva.

—Yo...

—No mientas, no lo contaste.

—No lo hice...

—No, al contrario, me olvidaste... —Rosé miró directamente a los ojos de Jisoo, que ahora parecían cristales a punto de romperse por la presión de un golpe.

—No. Nunca te he olvidado... —Respondió con voz entrecortada.

—¿Entonces cuánto tiempo fue? —Rosé le reclamó.

12 años con 16 meses.

—Jisoo —Lisa iba a decir algo cuando Nayeon la apartó de ahí para llevársela a unos metros de las dos.

—¿Qué se supone que hiciera? —Jisoo le preguntó a Rosé con lágrimas en los ojos.

—No hiciste nada. Tampoco quisiste hacerlo. Tienes tus razones, no te preocupes.

—Era una niña, como tú.

—Lo sé y es por eso que no puedo culparte.

—Lo estás haciendo. No dices nada que me haga sentir mejor, te he dejado y sabes porqué, no entiendo que más quieres de mí.

—Ese es el problema. No has visto más allá de tí. Kim Jisoo. Buenas noches. —Rosé se retiró dando la vuelta, caminó por fuera del campo.

Jisoo quedó devastada quitando sus lágrimas saladas, muertas, su egoísmo parecía enorme, no sabía que recuperar a Rosé fuera tan difícil. Ahora las cosas parecían haber cambiado tanto.

—Jisoo. —Lisa apareció de nuevo, colocando su mano en la mochila que Jisoo llevaba.

—Ha sido mi culpa. —Jisoo puso sus palmas sobre su cara, sollozando.

—No sé que es lo que pasó, pero tranquila, lo arreglaremos. —Lisa le aseguró.

Jisoo sabía una cosa, salir de ese infierno sería más complicado de lo que parecía, arrastrar cada lado del lazo que las unía, rompía el delgado material del que estaba hecho, hacía que lo que tenía se fuera desmoronando. Poco a poco.

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Jennie llegó lo más rápido que pudo cuando Lisa le llamó desde el teléfono de Jisoo, ella dijo que necesitaba ayuda para que durmiera bien, mientras ella salía a ver otras cosas. Jisoo no estaba bien, así que Jennie no tuvo más remedio que dejar todo en la habitación y correr a la de Jisoo.

—¡Jisoo! —Jennie se puso a su lado en la cama, la vió con los ojos llorosos sobre el algodón abrazada a una almohada.

—¿Qué ha pasado? —Jennie se acercó a ella, preocupada.

My boy crush | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora