7; Siete

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Los lunes apestan. Según Jennie, siempre son un horrible día, como el Domingo, el que haya creado los calendarios era un enemigo para Jennie. Quería dejar de existir esos días.

Hoy estaba en el edificio de Jisoo, haciendo nada como todos los días, Jisoo decía que podría estar ahí siempre que quisiera, su manera de darle amor era esa. Jennie había comprendido también que Jisoo tenía una compañera. Una que era muy callada y agresiva de vez en cuando, la veces que habían convivido fue agonizante, como ir una heladería a meter la cabeza en el hielo y no comer ni una bola de helado.

Fastidiada de eso, Jennie comenzó a investigar a la nueva compañera de Jisoo, ya sabía un poco de ella, por ser alguien conocido entre todos los grupos y grados de la universidad, estaban solamente en una actividad parecida, sólo la veía en el campo, nunca supo porque no la conocía.

Era una jugadora de Fútbol americano, medía 1.70 de ratos, ama la comida, es de Tailandia, muy callada y al mismo tiempo muy extrovertida, es alguien aplicada en todas las clases pero últimamente pierde la confianza y no participa.

Jennie tenía todo eso en su cabeza. Analizaba quién era con quién Jisoo estaba viviendo, eso era importante, ella no viviría con alguien en tremenda locura, además despertaba un sentimiento de rareza en ella.

Se quedó observando la ventana en la que daba para la vista del pasillo del edificio con la conexión de otros, Jisoo siempre tenía muchas cosas por hacer fuera de su habitación, como ir a un club de lectura, un club de ajedrez y jugar basquetbol, su altura no definía si podía quitarles la pelota o no.

Ella miraba al cielo amarillento con algunos tintes de rosa, le recordaba a cuando estaba en casa con su madre y le decía que lo vieran juntas para disfrutar de él en el invierno, recordó a Kuma y a Kai, sintió su corazón doler y se recordó que no era el momento para llorar.

—¿Qué haces aquí? —Alguien con voz apagada preguntó.

—¿Lisa?

—Sí, soy yo, pero ¿puedes...?—Lisa le apuntaba a moverse de la ventana para dejar sus cosas y arreglar otras para irse. Nunca la veía por tanto tiempo en la habitación, así como Jisoo decía, ella iba y solo dejaba sus cosas y se iba.

—Oh. Sí, claro.

Tranquilamente se movió de la ventana, vió la cabellera de Lisa moverse enfrente de ella, con la altura para verla mirando un poco arriba, olía a lavanda, ¿por qué la había olido?

Terminó sentada sobre la cama de Jisoo, analizando la situación, en algún punto tenía que recibir la llamada de Irene, para ir al campo a practicar, a ella no le parecía necesario, hasta que recordó que Lisa también iría a entrenar, esta semana las prácticas eran intensas por lo que resultaba que se quedaran más tiempo todos los días.

Jennie sonrió inconsciente, pero luego algo en su cabeza hizo "click", se supone que tiene novio. Eso la desconcertó y la hizo darse cuenta de la idiotez que tenía en mente, ¿Cómo podría dejar a su novio?, y lo más importante, ¿Para qué?

Lisa sólo observó el comportamiento de Jennie, aislada de sus propias palabras, sí podría gustarle, pero no tendría una oportunidad con ella, era inalcanzable.

Ambas chicas se miraron a los ojos por medio segundo, uno en el que todo se detuvo, Jennie apartó la mirada, se sonrojó, pero Lisa...

Su mente dejó de funcionar, los sentidos de su cuerpo se encontraron en un problema de otro tipo, simplemente no tenía la cabeza en su lugar. Algo dejó de hacer su trabajo para concentrarse en otro. Las piezas de su corazón se empezaban a armar.

—Eh... —Lisa no sabía cómo formular una frase sin que saliera su confesión, estaba nerviosa más aún cuando la otra chica simplemente pasaba de lado y la ignoraba sin problema alguno. Así no funciona el proceso del enamoramiento.

My boy crush | JenlisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora