XLIII

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Las cosas por casa estaban siendo una locura.

Entre el embarazo, Lucas, los partidos de Gavi y los preparativos de la boda no estaba teniendo tiempo ni para mí.

Era obvio que estaba de mal humor y por eso todos habían estado evitándome estas últimas semanas.

Aleix no paraba quieto en ningún momento y en parte era comprensible: era hijo del mismísimo Pablo Gavi, pedirle algo de tranquilidad era como cometer un delito.

Al menos había tenido la ayuda de la madre de Gavi y también Aurora se dejaba caer por aquí.

– ¿Quieres té?– pregunté a Aurora.

Ella asintió y entonces preparé un poco de té para ambas y nos sentamos en el sofá.

– ¿Qué tal mi sobrino?– preguntó Aurora llevando una de sus manos a mi vientre.

– Si te digo que es igual de culo inquieto que tu hermano ¿me crees?

– Y tanto que te creería.– dijo echándose a reír.

Lucas apareció y se sentó a nuestro lado mientras le iba pasando coches de juguete a Aurora.

– ¿Y mi hermano? Te pregunto a ti porque él nunca coge el teléfono.

– Bien. Está centrado en el fútbol y me alegra.– admití.– Aún así, es un encanto conmigo.

– Eso espero.– dijo sonriendo.

Sonreí y le di un sorbo a la taza de té.

– Está encantado de que sea niño.– murmuró Aurora sonriendo.

– Y tanto.

– Me dijo un día que la única princesa que quería por ahora en su vida eras tú.– admitió.– Así que se le ha cumplido.

La miré mientras se me escapaba una sonrisa y acariciaba mi vientre.

– Ya sabes que te tiene en un pedestal.– dijo Aurora.

Asentí dándole la razón.

Gavi se pasaba los días comprándome cosas que me gustaban sin que se lo pidiera.

A veces llegaba a discutir con él porque se pasaba, pero a él parecía importarle muy poco mis gritos.

Aurora iba dándole a Lucas los juguetes y este los dejaba en el suelo para irse en busca de más.

– Después de cuidar de tu hermano durante siete años estás totalmente preparada para cuidar de un bebé.

– No lo sé, Aurora, a veces siento que todo esto me va muy grande. Que no estoy preparada para la maternidad y-

– No digas bobadas. Lucas es un niño que está sanísimo, nunca le ha faltado su plato de comida, has cuidado de él cuando ha tenido fiebre, siempre ha tenido su ducha con agua caliente y lo más importante, ha tenido un apoyo y un referente, tú.

La miré sonriendo y entonces escuché la puerta de casa abrirse.

Gavi entró por la puerta y miró a su hermana.

– ¿Gossip Girls?– preguntó.

Aurora lo miró frunciendo el ceño y después me miró a mí.

– No te preocupes, le he hecho verse la serie y ahora no para con el "Welcome Back, Queen Serena" o "Look like an angel, Talk like an angel... The devil in disguise"

Aurora empezó a reírse y entonces Gavi se acercó a nosotras.

– ¿Gossip Pablo?– preguntó Aurora burlándose de él.

– Ya vale.– cortó Gavi.– Hola princesa mía.– dijo mirándome y me besó la cabeza.– ¿Y Javi?– preguntó mirando a su hermana.

– Está en casa de Biel. Dicen que debes ir a verles un día, que hace mucho que no te ven.

– Ya me acercaré a verles un día.– murmuró Gavi acariciando mi vientre.

Aurora se despidió de nosotros y entonces se fue.

Lucas saltó a los brazos de Gavi y entonces se sentaron en el suelo a jugar con los coches.

Estaba terminándome la taza del té cuando vi un cochecito volar por en frente de mi cara.

Abrí los ojos asustada y miré a los dos chicos.

Ambos se señalaron el uno al otro y me eché a reír y me levanté para llevar la taza a la cocina.

Después volví al salón y estuve llamando para comprobar que todo lo de la boda iba en orden.

De reojo vi a Gavi sentarse a mi lado y entonces me levantó las piernas y masajeó mis pies haciendo que cerrase los ojos y mandándome al cielo en un momento.

– ¿Quieres que me encargue yo de ello?– preguntó.

– No, tranquilo. No tengo mucho que hacer en casa, así que me viene bien para entretenerme.

– Ada, mi madre me ha llamado esta mañana diciéndome que estabas muy estresada.

Lo miré y tragué saliva.

– No estoy tan estresada, solo que estoy a falta de sueño. Aleix no para y me cuesta dormir.

Gavi bajó su cara a mi vientre y besó.

– Aleix, un poco de calma ahí dentro colega.

Sonreí y entonces Lucas se tiró encima de nosotros.

Luego se unió a Gavi y ambos se pusieron a hablar con él.

Yo mientras cerré los ojos al sentir que se movía tranquilamente.

– ¿Has visto eso?– preguntó Gavi.

– ¿Se ha movido?– preguntó Lucas.

– Claro. Conoce nuestras voces y está contento de escucharnos.

– ¿Hola? Soy Lucas.

Sentí otro movimiento y entonces bajé una de mis manos para unirla a la de ellos dos.

– Me ha dicho un pajarito que tienes a mami agotada ¿eh?– preguntó Gavi.

– ¿Cómo se ha metido ahí dentro?– preguntó Lucas.

– No se sabe Lucas, es un secreto que nadie ha sabido nunca.– solucionó Gavi.

– ¿Saldrá?

– Claro, ya solo quedan dos semanas.

Sentí unas patadas y abrí los ojos.

Quise inmortalizar aquel momento en mi memoria.

Después Lucas se puso a contarle a Aleix que había marcado un gol en el partido y sentí las patadas de nuevo.

– Sí. Es mi hijo. Le gusta el fútbol.– soltó Gavi.

Lo miré con una sonrisa y le pellizqué el brazo riéndome.

– Va a ser un culé desde el día que nazca hasta que se muera.– murmuró.

– Tres hombres en la casa... Voy a morir.– murmuré.

– ¿Qué más quieres? Tienes tres hombres pendientes de ti.– respondió Gavi sonriendo.

Asentí sonriendo y volví a cerrar los ojos.

Los escuchaba hablar con él, aunque ya no entendía nada.

Empezaron a pesarme los párpados y entonces al sentir las caricias en mi vientre, acabé quedándome dormida por primera vez después de varios días.

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Estos acaban ya 😭🩷

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora