XVII

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Narra Gavi

Me desperté viendo que estaba dormido en una de las piernas de Ada.

Me levanté y tras llevarlos a ambos a la habitación fui a la ducha, después entré en mi habitación y me puse la ropa del entrenamiento.

Cogí mi bolsa y cuando llegué a la cocina cogí mi botella de agua fría.

Me giré y vi a Ada entrar en la cocina.

– Buenos días.– murmuró.

Acababa de hablar y ya tenía ganas de comerle la boca.

– Buenos días.– repetí.

– ¿Entrenas?– preguntó.

Asentí viéndola ir hasta la cafetera y prepararse un café.

– Cuando termines de desayunar, ¿que harás?– pregunté.

– Pues no sé, quizás salgo a pasear un poco con Lucas o le llevo a ver a mi madre, creo que es hora de que me enfrente a ello.

Asentí y me acerqué a ella con una sonrisa.

– ¿No vas a darme un beso de buena suerte?– pregunté.

– ¿Debería hacer eso?– preguntó pícara.

Sonreí y la atraje hasta mí para besarla.

Se apartó poco después y me miró con una sonrisa.

– Suerte.

Sonreí y salí de allí antes de que me entrasen ganas de perderme el entrenamiento y comérmela a besos allí mismo.

Me monté en el coche y conduje hasta la ciudad deportiva.

La gente me paraba y me pedían fotos y firmas.

Después de firmar y hacerme algunas fotos conduje para poder entrar.

Me bajé y cogí las cosas.

Vi a Fermín y a Pedri entrando y los seguí.

Empezaron a hablar sobre algunos fichajes que habían en el aire.

Llegamos a los vestuarios y fui hasta Balde para saludarle con un beso en la cabeza y después hice lo mismo con Ferrán.

Se me hacía raro no tener a Ansu por aquí y sabía que iba a echarle en falta durante todo este año.

– ¿Qué tal la noche?– preguntó Pedri mientras se cambiaba de ropa.

– Eso, según tú Ada salió de fiesta ¿no?– empezó Fermín.

– Sí. Salió de fiesta y después fui a buscarla.

– ¿Nada más?– preguntó Ferrán metiéndose en la conversación.

– Sois unos cotillas.

– O sea que sí, hubo tema.– dijo Ferrán riéndose.

– Sí, hubo tema, pero no pienso daros detalles.

Todos empezaron a gritar y sonreí terminando de cambiarme.

Al final todo el vestuario acabó enterándose y los tuve a todos y a cada uno molestándome en el entrenamiento.

Cuando acabamos volvimos al vestuario y tras ducharnos me dirigí con todos hasta el aparcamiento.

Vi a gente fuera chillando y me acerqué para firmar y hacerme fotos.

Cuando terminé me monté en el coche y me abroché el cinturón mientras llamaba a Ada.

No lo cogió y volví a llamarla.

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora