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El partido de Lucas empezaba a las ocho de la tarde, pero Gavi ya estaba preparado y metiéndome prisa para que fuera más rápida.

– Gavi, joder, no soy Rayo Mcqueen.– escupí mientras terminaba de subirme la cremallera del mono vaquero.

– Deberías.– murmuró entrando en la habitación.– Joder, que sexy.

Me eché a reír y cogí mis Converse y me senté en la cama para poder ponérmelas.

– Yo lo hago.– se ofreció poniéndose de rodillas y cogiendo uno de mis pies para apoyarlo en su rodilla.

Sonreí mientras le veía atarme los cordones, y cuando terminó cogí mis cosas y me monté en su coche para ir hasta el campo donde jugaban.

Cuando llegamos la gente ya iba entrando.

Los guardas de seguridad nos pararon y Gavi enseñó el carnet de jugador y entonces nos dejaron pasar sin problemas.

– La vida del rico.– dije.

Le vi esbozar una sonrisa y después aparcó.

Cuando nos bajamos caminamos hasta el interior.

Me quedé observando todo a mi alrededor hasta que sentí unas manos en mi cintura que me pusieron delante suya.

– ¿Qué pasa?– pregunté.

– Unos babosos por ahí no paran de mirarte el culo. Así que me toca reclamar lo mío.

Lo miré sonriendo y negué con la cabeza.

– No hagas eso. Llevas ese mono mega sexy que te hace ese culazo increíble y pretendes que me haga el tonto.

Me reí y fui hasta las gradas seguida por Gavi.

Cuando nos sentamos la gente empezó a mirarnos y no tardé mucho en sentir que nos hacían fotos.

– ¿Quieres qué les pida que paren?– preguntó Gavi mirándome.

– No. Es el riesgo de estar aquí, contigo. No voy a permitir que me hagan sentir incómoda por cuatro fotos.

Gavi me miró con una sonrisa de oreja a oreja y después puso una de sus manos en mi muslo.

– Esa es mi chica

Sonreí y entonces los niños entraron al campo.

Miré a mi hermano vestido con esa camiseta azulgrana y sonreí.

– Le queda muy bien con su nombre y su dorsal atrás.– murmuró Gavi.

Asentí totalmente de acuerdo.

Los chicos empezaron a jugar y yo estaba que iba a darme un ataque viendo a mi hermano.

Gavi estaba más o menos igual, excepto cuando insultaba al árbitro.

Unos minutos antes del descanso mi hermano marcó un gol y me levanté dando un chillo enorme.

Gavi me abrazó celebrándolo y entonces vi a mi hermano acercarse hasta donde estaban nuestras gradas para hacer una "A" y tirarme un beso.

Le tiré varios besos y sonreí orgullosa de él.

– Ese es mi niño, vamos.– murmuró Gavi.

Cuando el partido acabó me levanté para poder ir a darle un abrazo enorme a mi hermano.

Bajé y entonces le vi venir hasta nosotros con el pelo revuelto por el sudor y con una sonrisa de oreja a oreja en la cara.

– ¿Lo has visto? ¿Lo has visto?– preguntó emocionado.

Asentí limpiándome algunas lágrimas y después peiné un poco su pelo.

– Estoy muy orgullosa de ti.– dije sonriendo.

– ¿De verdad?– murmuró mirándome.

– Por supuesto.

Gavi llegó hasta nosotros y entonces Lucas se tiró a sus brazos y sonreí.

Les vi cuchichear de algo, aunque estaban susurrándolo, así que no conseguí enterarme de nada.

Gavi se echó a reír y entonces bajó a mi hermano al suelo mientras le chocaba el puño.

– Muy bien colega, acepto tu reto.– murmuró Gavi sonriendo.

– No estoy entendiendo nada.– informé.

– Cosas de hombres Ada.– espetó Lucas sonriendo y mirando de reojo a Gavi.

Estos dos se traían algo entre manos y pensaba descubrir el qué.

Muy a mi pesar tuvimos que despedirnos de Lucas, así que me agaché para darle otro achuchón y después un beso en la cabeza.

Gavi y él se abrazaron y después chocaron los puños y se hicieron un saludo típico de hombres.

Cuando salimos de allí miré a Gavi fijamente.

– ¿Qué os pasa a los dos?– pregunté.

– Nada importante amor.– respondió mientras me agarraba de la cintura.

Sonreí.

– O me lo dices o me voy a ligarle a aquel pelinegro de allí.– amenacé señalando disimuladamente.

– Ni se te ocurra.

Me eché a reír y entonces llegamos al coche.

Gavi llegó hasta mi puerta y me la abrió dejándome montarme para después cerrar de nuevo.

Se montó conmigo y entonces arrancó.

– ¿Quieres ir a cenar algo?

– ¿Alguna idea?– pregunté.

– Tengo ganas de italiano.

Sonreí.

Condujo con una de sus manos en mi muslo, haciendo círculos en el mismo sentido que las agujas del reloj.

Lo miré fijamente.

Llevaba el pelo despeinado en diferentes direcciones, una camiseta negra básica y un pantalón largo vaquero con unas zapatillas de deporte.

Era un conjunto de lo más básico, pero como de costumbre todo le quedaba bien.

Empezó a sonar "Lugar Seguro" de Jay Wheeler y sonreí sintiéndome identificada con aquella letra al momento.

Creo que a partir de ese día, se volvió mi canción favorita. Porque era para él. Y siempre lo sería.

"Los girasoles no tenían sentido
Pero ya lo tienen desde que nos vemos
Y a nadie le queda un mapa del lunar que sabes que me pone mal
Dijiste que arreglé tu' daño' y tú sin darte cuenta me curaste igual
Soy fanático de tu locura y cómo te ves en ropita interior
Y aunque mides poco nadie está a tu altura
No eres la primera pero sí mi único amor
Y cuando te siento lejos es como un zapato sin su otro par
Porque para mí eres todo
Tú mi carretera que parece hogar"

Miré a Gavi y supe que me estaba mirando.

Creo que fue uno de los momentos más especiales que habíamos vivido juntos.

Y aquella noche no podría haberla calificado mejor que perfecta.

Porque la verdad es que la canción tenía mucha razón.

Él me había arreglado a mí sin pensar en él y yo había hecho lo mismo sin darme cuenta. Aunque de eso se trataba el amor ¿no? De hacerse fuertes juntos. De progresar juntos. Y de que éramos ambos contra el problema.

Fue ahí cuando lo entendí todo.

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Lucas y Gavi son algo bárbaro jsjsjsjsjsjsjsjsjs.

Me disculpo por esta inactividad pero estoy un poco nerviosa. El martes empiezo la Uni :)

Deseadme suerte 🙂

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora