XLII

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⚠️ Contenido Explícito

Lucas se había ido a dormir a casa de un compañero de clase y yo mientras había estado limpiando en casa y haciendo la comida para cuando Gavi llegase.

Después me metí en el baño y tras darme una ducha me enrollé en una toalla y me puse a secarme el pelo.

Me asusté al ver una figura apoyada en la puerta y miré a Gavi.

– ¿Y Lucas?– preguntó acercándose a mí.

– En casa de un amigo suyo.

– Mejor.– soltó.

De un momento a otro me giró y me besó haciéndome sentir mareada.

Después sentí sus manos levantar mis piernas y me sentó en el lavabo metiéndose entre medio de ellas.

Se deshizo de la toalla y entonces se agachó hasta el bulto de mi vientre y dio un beso.

– Bebé, no puedes ver esto.

Sonreí y la sonrisa se esfumó de golpe cuando sentí su lengua llegar a mi intimidad.

Arqueé la espalda y me agarré al borde del lavabo soltando un gemido.

Sus manos agarraban mi barriga y la acariciaba con mimo.

Yo volví a gemir y entonces se incorporó para volver a besarme.

Me agarré a su cuello y después mis manos desataron el nudo de sus pantalones grises de chándal.

– Bésame.– pedí.

– ¿Donde quieres que lo haga cariño? ¿Aquí?– murmuró llevando una de sus manos a mis labios.– ¿O aquí?– añadió bajando esa manos a mi centro haciéndome gemir.

Le vi sonreír totalmente orgulloso de su trabajo y entonces cerré las piernas.

Su mirada se fue de mis piernas a mis ojos y tragó saliva.

– Te quería a ti, dentro de mí, dándome sobre el lavabo... Nunca lo hemos hecho en el baño ¿no?

Negó con la cabeza y después me miró embobado.

– ¿Quieres hacérmelo aquí?

Asintió y entonces agarró mi cuello y me pegó a sus labios.

Mis piernas se abrieron para él y entonces se desnudó dejándome pasear mis manos por su ejercitada espalda.

Entonces le sentí entrar y acallé un gemido mordiéndome el labio.

– ¿Duro o suave?– preguntó.

– Ya sabes que no me gusta el romanticismo.– murmuré.

Me miró sonriendo y entonces agarró mi cadera y empezó a moverse.

Yo gemí y él llegó hasta mis labios para besarme.

Siguió besándome mientras se movía y yo tuve que agarrarme para no resbalarme.

Parece que se dio cuenta de que iba a caerme porque entonces me cogió por las piernas y empezó a moverse mientras me agarraba a su cuello.

Me parecía increíble que pudiera tenerme en brazos estando embarazada.

Sentí sus labios en mi cuello y cerré los ojos.

Sus manos fueron hasta mi culo y lo apretó a su antojo.

Volvió a sentarme en el lavabo mientras entraba y salía de mí.

Entonces nuestros ojos se encontraron y me miró sonriendo.

– Te quiero.– dijo ahogado.

– Y yo a ti.– respondí con una sonrisa.

Volvió a aumentar la velocidad haciéndome chillar y entonces me tensé explotando y echando la cabeza hacia atrás.

No tardé en sentirle explotar en mi interior.

Al segundo le vi agacharse y besó mi vientre de nuevo.

– Lo siento cariño.– murmuró.

– He ido al ginecólogo esta mañana.– dije mirándole.– Me ha dicho que es un niño.

Le vi esbozar una sonrisa de oreja a oreja y entonces me volvió a cargar en brazos mientras daba vueltas.

– Cariño...– empezó.

– Oh no... No por favor.– murmuré.

– Aleix.– murmuró sonriendo.

Puse los ojos en blanco y empezó a celebrarlo con el puño en alto.

Habíamos quedado en que si era niño era él quien elegía el nombre, y si era niña, lo elegía yo.

Aleix no era una de mis primeras opciones, pero tampoco me desagradaba.

Después de aquello nos volvimos a duchar, esta vez juntos.

Bajamos a comer y después le propuse ir paseando para ir a recoger a Lucas.

Cuando mi hermano nos vio vino corriendo hasta nosotros y tras abrazarnos se acercó a mi barriga para dar un pequeño beso.

– Lucas, es un niño.– murmuró Gavi.

Lucas empezó a saltar y chocó los cinco con Gavi.

Si ya era difícil convivir con dos chicos, hacerlo con tres iba a ser toda una aventura.

Cuando llegamos a casa le dimos una ducha a Lucas y luego nos sentamos a jugar a las cartas.

Cuando Gavi empezó a perder seguidamente dejó de jugar.

Más tarde estuvimos cenando y luego subí a la habitación de Lucas para leerle el cuento.

– Ada, ¿vas a dejar de quererme a mí?

– Por supuesto que no. Os voy a querer a los dos por igual cielo.

– ¿Voy a poder montarlo en mi triciclo?– preguntó.

– Claro que podrás llevarlo en el triciclo contigo.

Le vi sonreír y me acerqué para dejar un beso en su frente.

Después salí de la habitación y me fui a la mía.

Gavi estaba allí tumbado viendo El Chiringuito.

Me acerqué subiéndome a la cama y me abracé a él.

– Ada...

Lo miré cuando casi estaba a punto de quedarme dormida.

– Te amo.

Levanté la cabeza mirándolo.

– Siendo sincero no me esperaba acabar contigo, y más cuando eras difícil. Pero aquí estoy, enamorado hasta las trancas. Tenerte conmigo me ha dado mucha alegría y energía y sinceramente no me imagino mi vida sin ti a mi lado.

Lo miré fijamente y entonces le vi sacar una caja roja de terciopelo y la abrió.

– Pensarás que es muy cutre pedírtelo así, pero es que para mí cada momento a tu lado es especial y mágico. Así que ¿quieres casarte conmigo y quedarte conmigo toda la vida?

Me eché a llorar y entonces asentí.

Le vi alzar el puño y entonces me abrazó besando mi cabeza.

Yo mientras tanto estaba con el sofocón del siglo.

Me puso la alianza en el dedo y entonces se agachó con una sonrisa.

– Mi vida, mamá ha dicho sí.

Me eché a reír y le di en el brazo flojito para que se acercara a mí y me besara.

Después de aquello estuvo durante un rato hablándole a Aleix.

Le hablaba de mí, de su "hijo postizo" Lucas y de él.

Estaba claro que me había vuelto a enamorar de él.

Y ojalá hacerlo siempre.

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TOMA QUE TOMAAAA 😭✨💗

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora