XLI

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Volver a Barcelona y planear el como contar la noticia no había sido nada fácil.

Los padres de Gavi estaban pendientes siempre de mí y Gavi siempre les recordaba que estaba él y que no iba a pasar nada.

Lucas había empezado a venir más a casa y me alegraba mucho tenerle de vuelta más a menudo.

Aquel día estaba sentada en el sofá cuando Lucas y Gavi fueron a la cocina a preparar la comida.

Me levanté porque no podía estar más aburrida y me asomé a la puerta para verles.

Lucas estaba subido en una silla y le daba los ingredientes a Gavi cuando este los pedía.

– ¿De donde vienen los bebés?– preguntó Lucas.

Vi a Gavi abrir los ojos y después se aclaró la garganta.

– De las cigüeñas, Lucas.

– ¿Cigüeñas?

Gavi asintió mientras cortaba un tomate a la mitad.

– Pásame el tenedor, Lucas.– murmuró.

Mi hermano agarró el tenedor y entonces se lo tendió.

– ¿Vas a quitarme a mi hermana?– soltó Lucas.

– Por supuesto que no.

Mi hermano esbozó una sonrisa mientras Gavi iba emplatando.

– Gavi, ¿tú quieres a tu papá?

– Claro que sí. Es como un mejor amigo para mí. Le cuento todos mis secretos y él me ayuda mucho.– murmuró Gavi.

– ¿Puedes ser mi papá?

Abrí los ojos y vi a Gavi mirarle con la misma expresión que yo.

– Lucas, puedo ser lo que tú quieras. Pero aún así, tienes una hermana estupenda, que ha hecho de madre, padre y de hermana.

Lucas asintió y entonces no volvió a decir nada más.

Volví al salón y me senté en el sofá para buscar algo que ver en la televisión.

Entonces Lucas y Gavi entraron con los platos.

Gavi se acercó a mí y me miró con una sonrisa.

– Cariño, venga arriba, vamos a comer.

Me reí levantándome y después le di un pequeño beso.

Nos sentamos a comer y después Lucas me dijo que necesitaba ayuda con los deberes, así que tras acabar de comer nos sentamos en el sofá y estuve explicándole todo lo que recordaba sobre las sumas y restas.

No tardamos demasiado en acabar y tras ello, nos dedicamos a ver películas.

La noche llegó pronto y tras una pequeña pelea con Gavi, acabé ganando yo para llevar a Lucas de vuelta a La Masía.

Lucas agarró su mochila y fue corriendo hasta Gavi, quien le esperaba agachado y con los brazos abiertos.

Se abrazaron durante varios segundos y entonces Lucas lo miró sonriendo.

– Adiós papá.– soltó y luego echó a correr fuera de casa.

Le eché una mirada rápida a Gavi y salí corriendo tras él.

Lo monté en el coche y después de montarme arranqué y conduje.

Encendí la radio y subí el volumen al escuchar la canción que sonaba.

"And if you like cameras flashin' every time we go out
Oh, yeah
And if you're looking for someone to write your breakup songs about
Baby, I'm perfect
Baby, we're perfect"

Miré a mi hermano a través del espejo retrovisor y le vi tarareando la canción mientras miraba por la ventana.

El camino no se me hizo largo, así que aparqué justo delante de Masía.

– ¿Estás seguro de que sigues queriendo vivir aquí?– pregunté mirándole a través del espejo retrovisor.

Él asintió sin mirarme.

– Lucas, si quieres volver conmigo y con Gavi solo tienes que decirlo y no voy a dudar en venir a por ti. El no vivir aquí no significa que no vayas a volver. Eres parte de este sitio y no pienso arrebatarte tu sueño.– dije girándome un poco.

– ¿Haríamos chocolate caliente?– preguntó.

Le di una sonrisa y asentí.

Lucas me sonrió y entonces no necesité mucho más.

De un momento a otro estábamos en su habitación recogiendo todas sus cosas y después bajé a recepción para informar de que iba a vivir conmigo pero que seguía siendo parte de Masía.

Cuando llegamos a casa Gavi nos miró algo extrañado.

Pero no tardó en sonreír cuando le dije que Lucas iba a vivir con quien debía vivir.

Su familia.

Después de aquello nos sentamos a cenar, después preparamos chocolate caliente tal y como le había prometido a Lucas y después lo llevé a dormir.

Cuando fui a mi habitación vi a Gavi semidesnudo.

– Has tomado una buena decisión.– murmuró.

Sonreí acercándome a él y después de besarme se agachó para besar mi vientre algo abultado.

– Va a ser un gran guía para el bebé.– murmuró mientras se incorporaba.

Asentí totalmente de acuerdo con él.

Lucas era un niño que no tenía maldad ninguna y sabía que mi hijo o hija iba a tener mucha suerte de tenerle como referente.

Me desnudé y sentí a Gavi llegar hasta mí y besó mis hombros.

– Eres preciosa.

Sonreí mirándole a través del reflejo del espejo.

– Me siento muy afortunado de tenerte en mi vida, Ada. Eres todo lo que necesito y lo único que quiero que dure toda la vida.

Me giré y le di un beso que no tardó en corresponderme.

Después nos tumbamos en la cama y le sentí abrazarme y apoyar sus manos en mi vientre para acariciarlo suavemente.

Yo cerré los ojos totalmente relajada mientras escuchaba su respiración al otro lado.

Siempre sabía como tranquilizarme, cuidarme y mimarme.

Me giré quedándome cara a cara con él y lo besé.

Nos estábamos besando cuando la puerta se abrió con cuidado.

Me aparté y vi a Lucas entrar en la habitación y quedarse de pie frente a la cama.

– No puedo dormir.– murmuró en un susurro.

Gavi se apartó un poco de mí y entonces levantó las sábanas.

– Ven aquí campeón.

Mi hermano sonrió y no tardó en subirse a la cama y acurrucarse entre medio de nosotros.

Después se puso a contarnos algo sobre La Masía y tras un bostezo largo acabó quedándose dormido profundamente.

Yo miré a Gavi mientras acariciaba la cabeza de mi hermano con cuidado.

Él me dio una sonrisa y después me lanzó un beso.

Cerré los ojos de nuevo y entonces acabé quedándome dormida.

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Que bonito tooodo 🥹✨

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora