XV

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⚠️ Contenido Explícito

Narra Gavi

La besé de manera urgente y entonces la sentí empezar a moverse sobre mí.

Casi pierdo la coherencia y me la como allí mismo.

Agarré su cadera y después la miré fijamente.

La veía bastante coherente de todo y eso en parte me alegraba.

No pensaba tocarle un puto pelo sin que ella fuera consciente.

– Fóllame.– murmuró.

Joder.

– ¿Eso quieres?

– Sí, por favor.

Iba a hablar pero entonces la vi sacarse las tetas del escote que llevaba el vestido y entonces supe que acababa de perder.

Ataqué sus labios con necesidad y entonces bajé la cremallera del dichoso vestido.

Sus manos bajaron a mi pantalón para desatarlo y después lo bajó junto a mi bóxer.

La vi agacharse y entonces la vi metérsela en la boca.

Iba a morirme.

Su cabeza subía y bajaba haciéndome gemir y entonces agarré su pelo en una coleta.

Levantó la cabeza y tras escupir sobre la punta volvió a metérsela.

Cerré los ojos mientras la escuchaba.

– Ada... si sigues haciendo eso no voy a tardar en correrme.

Sentí que se la metía entera y después la escuché atragantarse.

Abrí los ojos y después la miré.

Tenía el rímel corrido por haber llorado un poco.

– Joder.– solté.– Ada ¿estás bi-

No me dejó acabar la pregunta porque entonces apartó la tela del minúsculo tanga que llevaba y se colocó para después introducirlo dentro.

Mis manos fueron directas a su culo y lo apreté.

– Estoy de puta madre, Pablo.

Sonreí y entonces su boca llegó hasta la mía.

Nos besamos durante unos minutos y entonces empezó a moverse sobre mí.

Yo mientras tanto la observaba.

Observé su cara. Sus labios rellenitos que tan loco me volvían, sus ojos verdes oscuros, su nariz tan respingona y entonces bajé por su cuello, sus hombros, sus tetas y su vientre.

Tenía una figura de escándalo y me encantaba saber que era yo el que podía verla ahora mismo, rebotando sobre mí.

Sus labios atacaron los míos de nuevo y después empezó a saltar más rápidamente mientras soltaba gemidos.

Sus manos fueron hasta mi nuca y se agarró a mí para ayudarse a saltar.

– Eso es nena, venga, un poco más.– murmuré sonriendo.

– ¿Te gusta?

– Me encanta, joder.

La vi bajar una de sus manos a su intimidad y ya supe lo que iba a hacer.

Aparté su mano y entonces llevé la mía hasta su clítoris.

La vi arquear la espalda y gemir mi nombre.

– Eso nena, gime mi nombre. Quiero escucharlo.

Estimulé su clítoris y siguió saltando sobre mí.

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora