XIV

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Aquel día había dejado a Lucas con mis primos y había aprovechado para ir a comprarme algo de ropa.

Cuando llegué a casa coloqué las cosas y después de ducharme me vestí para salir con Sara.

Me puse un vestido corto y bajé para prepararme un sándwich.

Estaba terminando de hacérmelo cuando la puerta se abrió.

Vi a Gavi entrar por la puerta con el pelo revuelto y sudado y una camiseta de tirantes.

– Hey.– saludó dejando la bolsa y se acercó.– ¿Y Lucas?

– Está en casa de mi tía.

– ¿A dónde vas?– preguntó mirándome de arriba a abajo.

– Voy a salir con Sara.

– ¿Hoy? ¿Ahora?

– Sí, Pablo. Hoy. Ahora.

Le di una sonrisa y me acerqué a él para darle un beso en la comisura y después salir de casa.

Justo Sara llegó con el coche.

Me monté y me abroché el cinturón.

– Estoy sorprendida.– murmuró.

– ¿Por qué?

– Has salido de esa casa sin el vestido subido y con el pintalabios intacto.– dijo mirándome con una sonrisa.

Me reí y entonces llegamos a la discoteca.

Antes de nada le pregunté a mi tía qué tal estaba Lucas y me contestó diciéndome que estaba durmiendo con sus primos, así que me quedé más tranquila.

Me pedí un ron cola y después fui a la pista con Sara.

Estábamos bailando la mar de tranquilas cuando de repente me dijo que necesitaba ir al baño.

La acompañé y mientras ella entraba en el cubículo yo me miré en el espejo para ordenar un poco mi pelo.

Miré mi móvil y vi que tenía tres mensajes de Gavi.

Sonreí.

– Dios, necesitaba venir ya.– murmuró Sara saliendo y llegando hasta mí.

Me reí y entonces la vi abrir su bolso y empezar a buscar.

La vi sacar algo y entonces la miré.

– ¿Qué es eso?

– Es un porro, Ada.

– ¿Un qué?

– ¿Quieres?– dijo encendiéndolo.– Tranquila, solo voy a darle dos caladas y si tú no quieres lo tiro.

La miré fijamente.

Entonces se lo quité de las manos y le di una pequeña calada para después devolvérselo.

Con eso estaba segura de que iba a tener bastante.

Le dio la otra calada y tal y como me dijo, lo mojó y después lo tiró a la papelera.

Salimos para ir a por otra copa y después volvimos a la pista.

Llevaba un rato bailando y sentí como todo empezaba a darme vueltas.

Y de repente estaba de lo más contenta.

Y muy, pero que muy cachonda.

Me aparté de la pista y entonces busqué mi móvil.

Lo cogí y entonces lo llamé.

Lo cogió al primer tono.

– ¿Ada?

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora