XLIV

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Narra Gavi

El día había llegado.

No sabía muy bien como sentirme respecto al cúmulo de sensaciones que se agolpaban en mi interior.

Llevaba dos días sin verla y estaba a punto de darme algo.

Mi madre estaba de aquí para allá y yo lo único que necesitaba en aquellos momentos era verla con ese vestido blanco que tanto deseaba ver.

Llevaba semanas yendo a arreglar el vestido debido a que el embarazo había ido aumentando.

Ya había entrado en la semana cuarenta y estaba asustado. Al menos me tranquilizaba saber que no había ocurrido nada durante estos dos días que llevaba fuera de casa.

Con Lucas sí había podido ir hablando sobre ello cuando iba a recogerlo de clases o cuando lo llevaba a entrenar, aunque tampoco me decía mucho.

Vi a Pedri acercarse a mí y entonces colocó la pajarita.

– Vas hecho un pintas.– murmuró dándome una sonrisa.

– Pedri ahora mismo no estoy para coñas...–dije.

– ¿Estás nervioso?

– ¿Nervioso? Joder, estoy cagado vivo. ¿Y si se da cuenta de que no me quiere y de que no quiere casarse conmigo?– solté casi ahogado.

–Chicos, colocaros, ya está aquí.– murmuró Sara entrando.

Pedri asintió y entonces vi como Sara acariciaba su brazo antes de irse a los asientos.

Yo me limité a mirar a mi amigo que me susurró un "luego te cuento" y se retiró.

Entonces las puertas se abrieron y carraspeé para intentar aliviar todos los nervios.

Sonreí cuando vi a Lucas vestido con un trajecito negro y entonces la vi.

Casi me caigo de culo.

Llevaba un vestido blanco, algo ceñido que dejaba apreciar su vientre precioso, tenía el pelo recogido en un moño algo despeinado y me miraba con una sonrisa.

No podía estar más enamorado.

Cuando llegó hasta mí mi primer instinto fue agarrar su mano y entonces asintió dándome a entender que estaba bien.

Después empezó la misa, a la cual no le estaba haciendo mucho caso.

Solo conecté cuando dijeron "ya puedes besar a la novia" y entonces la acerqué a mí y pegué mis labios a los suyos.

Luego nos hicieron un par de fotos, algunas obligadas por mi hermana y después salimos de allí.

Nos montamos en un coche que esperaba por nosotros y entonces agarré sus manos.

– ¿Qué tal va?

– Por ahora muy bien. Ya sabes que hay que estar pendientes, porque a partir de esta semana ya puede nacer cuando quiera.

Asentí siendo totalmente consciente de ello.

Después fuimos yendo por distintas pàrtes de Barcelona para hacernos fotos y después fuimos al restaurante.

Al llegar me eché a reír al ver a Ansu sonreírme con los brazos abiertos. Yo me acerqué a él y le di un abrazo.

Lo había echado de menos.

Después llegaron los demás y estuvimos hablando sobre lo de siempre: Fútbol.

– Vaya tela, me voy y cuando vuelvo veo que le has hecho un bombo y que encima os vais a casar.– bromeó Ansu.– ¿Ha sido un cheque bebé?

𝐇𝐄𝐀𝐑𝐓𝐋𝐄𝐒𝐒 +18 | Pablo Gavi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora