Quiero odiarlo

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«¿Dónde estás? Llévame contigo... por favor... no puedo permitirlo... debes vivir... de que sirve una vida sin no puedo vivirla contigo»

Jungkook se despertó en el cuerpo de su amiga, no... ¿compañera?
Nara.

Se despertó como Nara con una extraña sensación en el pecho, sobre todo con las palabras finales de su sueño. Se preguntó si la historia de amor con un fantasma era un extraño mensaje de su cerebro. Si así era, ¿qué significaba?

La extraña revelación del día anterior lo dejaron pensando. No estaba seguro de que sentía, ni por Nara o Jennie. Las apreciaba a ambas, de formas distintas y que no comprendía en su totalidad.

De cualquier forma, se moría de ganas de saber de Nara, de su reacción. Estaba emocionado porque estaba seguro de que sería positiva, sin embargo, al entrar a las notas, no había nada.

Cerró la aplicación, volvió a entrar. Nada.
Apagó el celular, lo volvió a prender. Nada.
Lo reinició y nuevamente, nada.

¿No lo había visto?, no, le habría escrito. ¿Acaso no le había gustado?

Si había algo peor que la decepción, era la desilusión. Sobre todo, habiendo estado tan emocionado.

«Bromita», leyó en una notificación del calendario con "urgente" en la descripción. Tocó la pantalla y un acceso directo lo llevó a la galería. Un video en particular. Era Nara.
Sonrió por la respuesta, no solo era un video, había usado su método sorpresa, era tierno. Ella era tierna.
Al sentir sus mejillas comprimirse saltó de la cama y corrió directo al baño para ver su sonrisa deteniéndose en el espejo. Por suerte Yeseo aún no despertaba, sería difícil explicar por qué le brillaban tanto los ojos a su hermana solo de verse a sí misma, pero allí estaba. Jungkook vio por primera vez la sonrisa de Nara, accidentalmente, ensanchándola aún más. Era muy linda.

Volvió a la habitación y oprimió play al video.

«Um... no sé por dónde empezar» miró hacia abajo «, gracias por escribirme los detalles del día, los saludos y eso, por la cena y por...» ¿Por qué habla tan bajo?, se preguntó Jungkook «lo siento si no hablo muy fuerte, es que ya están todos durmiendo» respondió telepáticamente.

«, no quería perder la oportunidad de agradecerte. Digo, no es la mejor cosa que he visto, te falta mucho por aprender, digo, ¿letra Arial?, diría que soy al menos un Times New Roman» bromeó. Era extraño verla pero hipnótico escuchar el mismo tipo de palabras que escribiría salir de sus labios. No sonaba condescendiente o irritable, era divertida y adorable. Recordó muchas de las notas que le escribió tomando otro color repentinamente.

«No soy buena con las palabras», dijo la chica cuyos escritos lo habían conquistado.

«, y tu definitivamente eres bueno con las sorpresas. Me cuesta ser vulnerable pero quiero hacer un esfuerzo por ti y decirte como me siento», palpitó su corazón en un aceleración. No lo admitiría pero se debía al miedo y anhelo de la efímera idea de que contara sentimientos románticos.
«, no sé qué hice para merecer tanto de tu parte. Lo de mi papá, ¿mi cumpleaños?, ¿Cómo encontraste ese video?, ¿por qué?, en fin, tengo muchas preguntas, y no sé por dónde comenzar con los agradecimientos pero quiero que sepas que es el mejor regalo de cumpleaños que he recibido. Aunque creo que en una palabra no cabe todo lo que significas... y significa esto para mí, es la única que encaja. Gracias. Yo también me alegro de tenerte en mi vida» dijo con una suave sonrisa que calentaba el corazón del maknae. «, espero que el próximo video hablando de mis hermosas cualidades tengan una mejor edición, por cierto» arrugó la nariz con ironía como para tapar tanta vulnerabilidad. Inmediatamente sonrió resaltando su broma. Se le veía la parte de arriba de los dientes superiores, su labio inferior tapaba el resto. Era más linda que la que él había hecho en el espejo. Porque era de ella.

El resto del video habló de lo que hizo, su día rutinario y monótono en las dulces palabras y gestos de Nara. Era extraño verla hablar, hablarle y oírla decir lo que él significaba para ella.
Repitió la parte donde sonreía una y otra vez, topándose en el camino con sus palabras de agradecimiento de forma "distraída". Pero le gustaba el cosquilleo en su estómago cada vez que la oía. No sabía que sentía por Nara, pero sabía que no lo sentía por Jennie.

En otra parte de Corea del Sur, Nara también amanecía con emoción por saber de su amigo, o su lo que sea. Era una situación muy extraña. Despertar en la habitación del chico por el que tenía estos molestos pero lindos sentimientos.

Todos los muebles y decoraciones cobraron un nuevo sentido, eran suyos y podían reflejar más sobre él. Posiblemente el piano en la pared a su lado había compuesto melodías, quién sabe, quizás las primeras, quizás lo tenga hace ya tiempo, sus cuadros familiares en el escritorio y la mesita de luz, ¿Cuántas anécdotas conocían?
Cada cosa allí dentro había presenciado diferentes épocas de Jungkook y guardaban secretos, memorias e historias que desconocía, contaban cosas que ya no existían, que no podía escuchar pero que deseaba saber.

¿Cuántas personas podían decir que eran capaces de despertar en el cuerpo de la persona que les gusta?

Les gusta.

Gustar.

Si, le gustaba.

Abrió el mensaje matutino.

«No sé si el día de ayer tenga tanta información relevante, tengo mucha intriga por saber de mi regalo, apuesto a que ni Ara es tan buena amiga» leyó el comienzo de la nota.

Amiga.

Jennie.

Sintió un golpe ahogado en el estómago que generó un vacío, no sabía si era del hambre de no haber desayunado, pero fue lo suficiente fuerte para sentir que se desmayaría en cualquier momento.

Era real, quiso mentirse a sí misma la noche anterior, pero ver lo que era ella para él demostraba lo que tanto esperaba fuese producto de un mal sueño. A él le interesaba Jennie. Así debía ser. Y así era.

Tuvo prácticas todo el día, una canción tras otra. Sus piernas se chocaban entre sí y su cuerpo no actuaban con normalidad cuando los hyungs de Jungkook nombraban a la chica de las citas, su corazón y cerebro se comportaban cada vez con menos sintonía y lo que comenzó como amistosos comentarios de parte de los chicos se convirtieron en regaños al estropear los bailes por tener la cabeza en las nubes. Más que nubes, tormentas.

Oh, cuánto deseaba. Cuanto deseaba que Jungkook le contara lo unidos que eran él y Jennie. Que la despreciara, la hiciera a un lado y le hablara de cómo Jennie era la persona que más amaba en el mundo. Su compañera, la que lo entendía, la persona que quería a su lado el resto de su vida. Quería que la lastimara. Quería odiarlo. Era más fácil que no ser correspondida, más fácil que escucharlo llamarla amiga. Quería que destrozara sus sentimientos y su corazón, para ponerle nombre a la agonía, para tener a quien culpar.
Pero no hizo nada de esto, no hizo falta. Ella ya se lo hacía a sí misma.

Notó lo sola que se sentía con sentirlo tan lejos. Las coreografías se volvían cada vez más ajenas, los chicos, su vida. Comenzó a entrar en pánico al recordar que en una semana estaría presentándose ante millones de personas. Pero eso no sería lo peor. De hecho, nada la prepararía para el mensaje que coronaría el miserable día.

«¿Mis labios también sabían a caramelo? Jajaja
La pasé muy bien ayer, espero se repita🖤»

Destinos 목적지 (J. JungKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora