Prólogo

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- Estoy embarazada, Leanor- ella sonreía, perpleja, tocando su bajo vientre poco abultado. - lo logramos, no puedo creerlo-.

Leanor estaba igual de asombrado que Rhaenyra, habían intentado engendrar herederos muy pocas veces. Rhaenyra, reacia pero desesperada, había incluso propuesto que alguno de los amantes de Leanor los ayudara, todo para cumplir el propósito de tener herederos cuya legitimidad no fuera cuestionada por el resto.

Alicent siempre estaba al pie, molestado y blasfemando de su matrimonio, pero la realidad es que Rhaenyra hacía lo que podía con toda esta situación.

No era que su matrimonio fuera malo, Leanor no era mal marido después de todo, pero no cumplía con el estándar de la realeza necesario, no aparentaban ser una pareja unida como se esperaba de la mayoría de matrimonios de esta altura.

Ella siempre quiso sentirse amada, deseada.

Había sido muy difícil para Rhaenyra ser parte de un matrimonio arreglado, pero más de uno donde más allá de compañerismo, no existía amor. Ni siquiera atracción. Donde si podían evitar compartir una cama, lo hacían. Donde, más allá de los pactos preestablecidos, Rhaenyra siempre quedaba para segundo plano. Iban sus amantes primero, ella sabía que no podía competir con ellos y que nunca se ganaría ese tipo de afecto de parte de Leanor, pero hubiera apreciado más compromiso a cumplir los deberes matrimoniales.

Básicamente, Rhaenyra quería un hijo con pelo blanco. Cuya legitimidad no fuera cuestionada, cuyo valor no fuera puesto en tela de juicio, también para que el resto de sus vástagos no sufrieran por ella. Tener un hijo con rasgos valirios abriría la posibilidad de que Jace y Luke, por ejemplo, simplemente habrían nacido castaños porque Rhaenys era castaña, una mezcla de genes y nada más.

Quizás, tan solo quizás, si su matrimonio no hubiera sido con Leanor sino con otro hombre, más dispuesto, más capaz, tal vez no tendría que haber recurrido a la atención y el amor de otros.

Ella siempre había llamado la atención de la corte y eso le gustaba, que a los hombres ella les pareciera atractiva y babearan por ella le simpatizaba. Lo que no le simpatizaba era estar atada a un matrimonio, cosa que podemos fácilmente obviar ya que tenía un acuerdo establecido con su marido respecto al tema.

Habían factores que no había tenido en cuenta. Embarazarse. De sus amantes. Cosa que pasó, en reiteradas ocasiones. Estaba claro que sus hijos no tendrían rasgos valirios si habían sido engendrados por otro hombre, pero Leanor siempre se había mantenido al margen y había reconocido y amado a sus hijos independientemente de quién fuera su padre.

Siempre dándole espacio a el padre biológico para ser partícipe de verlos crecer. Era lo mínimo que podía hacer por ella, ya que después de todo, su matrimonio con ella lo había salvado.

Pero esto estaba por cambiar. Después de tener a Jacaerys y Lucerys, tras dos intentos desesperados de concebir un heredero legítimo, lo habían logrado.

- Rhae, no sabes lo contento que estoy de poder haber cumplido con mi deber- el sonreía, mientras acariciaba su pequeño vientre.

- Será hermoso- ella dijo, contenta.

* * *

- Puje, princesa- le dijo la criada, mientras que limpiaban con paños la frente sudorosa de Rhaenyra.

Rhaenyra estaba haciendo el mayor esfuerzo para dar a luz a este vástago, este parto había sido mucho peor que el de Jace y el de Luke.

Empujó con todas sus fuerzas, sintiendo un ardor insoportable y luego sintió como algo salía de su interior.

- Es la cabeza, falta menos, princesa- le decían, mientras que traían agua y preparaban mantas para recibir al nuevo hijo de Rhaenyra.

Podía ver que la cabeza del bebé ya tenía algunos pelos color plata, sonrió para si, sintió como su abdomen se contraía una vez más: era momento de seguir pujando. Se aferró al catre y dio todo de sí, mientras sentía como el vástago se escurría desde su interior, llorando casi que a la inmediatez.

Rhaenyra suspiró aliviada, era excelente señal que ya hubiera llorado. Las criadas se lo llevaron para limpiarlo, pero todas entorno al recién nacido murmuraban cosas mientras lo limpiaban.

- ¿Qué es lo que pasa, qué sucede?- preguntó Rhaenyra, ya agotada de haber estado en labor por más de 8 horas.

- Mi princesa, es que...- intentó decir una criada, mientras las otras observaban al bebé. - ha nacido una niña-.

Rhaenyra no estaba segura de qué pensar. ¿Se había imaginado a un varón? Sí. ¿Anhelaba con todo su corazón tener a una hija mujer, para criar a su semejanza? También, claro que sí. Ella no pudo evitar sonreír, alzando sus brazos para que se la entregaran. Lo único que quería hacer era ver a la hermosa princesita que había recién llegado al mundo.

Su cara era perfecta, sus ojos eran claros como los de ella, el pelo plateado como el de ambos, y la piel blanca como porcelana. Era una niña con buen tamaño para haber recién nacido, ella sabía que esto era buen augurio para la supervivencia de cualquier vástago. Sonrió, observando sus rojas mejillas y pequeña nariz.

- No veo cómo el hecho de que sea niña cambie lo que pueda pensar de ella- respondió, ante los murmullos de las criadas. - traigan a Leanor, estoy segura de que quiere conocerla-.

* * *

El no podía dejar de caminar en círculos, la vez pasada había vomitado de los nervios. Temía que le pudiera pasar algo en el parto, como le sucedió a su madre Aemma. Sabía que había relación entre la edad en la cual comenzó a parir, pero eso no quitaba su ansiedad cada vez que ella entraba en labor.

- Sir Leanor- lo llamó alguien desde la puerta. - ha nacido-.

Casi que por instinto, Leanor salió de la habitación y corrió hacia el lugar del parto. Entró a la habitación, dónde ella estaba cubierta de sangre, sosteniendo en su regazo un bebé envuelto en mantas.

- Oh, Rhae. ¿Cómo te encuentras?- preguntó, preocupado por la escena que veía.

La vez pasada, con Jace, la escena no había sido tan sangrienta. A el no le generaba asco verla en esa condición, pero sí pena. Sabía lo que ella sufría con los partos, sabía que, aunque no quisiera admitirlo, le daba miedo.

Podía ver por la expresión de su cara, las danzantes criadas que llevaban y traían trapos manchados, que este parto había sido complicado.

- Estoy bien- dijo ella, con una voz que denotaba cansancio. - ven, acércate- lo llamó hacia ella.

El obedeció, acercándose a ella con cautela, sólo para ver la belleza que sostenía. Un recién nacido con rasgos puros, era hermoso. Su pequeña cara, sus ojos que se abrían sutilmente para mostrar ese color violeta oscuro típico de la sangre del dragón, sus chachetes ruborizados.

Sonrió, alzando su mano y acariciando su cara, feliz.

- Es...- no le salían las palabras.

- Perfecta- completó ella.

Se miraron, por un instante pensando en qué podría haber sido de ellos.

- ¿Es niña?- preguntó Leanor.

- Sí, es una princesita- dijo ella, sosteniendo a su hija en brazos, con la fuerza que le quedaba después del parto.

- ¿Pensaste en nombres ya?- le preguntó, aunque ya tenía un par de ideas en su cabeza.

- Visenya- dijo ella, sin pensarlo.

Ese nombre tan especial para Rhaenyra. Desde que decretó que su siguiente hermana se llamaría así sentía una fuerte afición con ese nombre, era casi que una manera de honrar a su madre y también a la antigua conquistadora.

- ¿Para que sea tan fuerte como ella?- rió. - nos saldrá una pequeña luchadora, montará dragones por los cielos. Será fuerte como su madre-.

Ambos se sonrieron, no podían dejar de verla, era hermosa. La viva imagen de Rhaenyra cuando era pequeña, aunque quizás cuando creciera esto no perduraría. 

* * *

-  Visenya Velaryon, nacida en el 116 DC, una princesa real- dijo Viserys, mientras sostenía a la pequeñita envuelta en su regazo mientras la mecía.

- Es preciosa- comentó Alicent, quien parecía satisfecha con el vástago, observándola con recelo. 

- Gracias, sus altezas- contestó Rhaenyra, observando esa escena como si nunca hubiera imaginado que sucedería.

- ¿Cómo has pasado tus labores, hija?- preguntó Viserys, sin apartar la vista de su hermosa nieta.

- Fue un parto... complicado- explicó ella, sin querer entrar en gran detalle. Estos eran los temas sobre los cuales no le gustaba hablar con su padre. - pero nació sana, sólo estoy algo cansada-.

La realidad era que la niña tenía que haber sido rotada externamente, con maniobras espantosas de ver y todavía peor de sentir. Las contracciones habían iniciado temprano en la mañana, su intensidad ya siendo alta cuando empezaron y aún peores hacia el final. Había estado por lo menos dos horas activamente pujando a la niña, todavía la placenta también tuvo dificultad en salir. Sin embargo, ambas estaban vivas, eso era más de lo que podía ella pedir.

- Ahora es importante que descanse, princesa- dijo Alicent.

Era difícil entender la intención que Alicent tenía tras sus palabras, pero esta vez parecían genuinas. Claro, estaba observando una niña que era de su agrado, que claramente era producto de legitimidad y honor - que es todo lo que le importa a Alicent.

A veces Rhaenyra pensaba cómo había cambiado Alicent, como que se le había ido a la cabeza el concepto de honor y lealtad, pero si uno recordaba con suficiente ímpetu encontraba momentos dónde ella más que nadie probó ser una deshonra para el reino. 

- Hija, ve a tus aposentos a descansar- le dijo Viserys. - llamaremos a las criadas para que se encarguen de la pequeña Visenya mientras que descansas, Leanor, felicitaciones por tu nueva hija. Será una niña fuerte-.

Fuerte, en efecto.

* * *

Aclaraciones de tiempo/edades en este fic:

El fic se desarrolla en el 133 DC, algunos eventos cambian de año para mejorar la historia y que las edades se ajusten con algunos criterios - Viserys aún vive, aunque lógicamente está por morirse. Ajusté la edad de Aemond, ya que estará prometido a Visenya, teniendo en cuenta que en este mundo la gente se casa a cualquier edad, me niego a escribir una historia dónde una niña joven se case con un señor mucho mayor que ella, así que ajusté las edades a lo que me parece razonable (también tiene su razón de ser).

Hijos de Rhaenyra:

Con Leanor:

- Jacaerys Velaryon, nacido en 114 DC (19 años)
- Lucerys Velaryon, nacido en 115 DC (18 años)
- Visenya Velaryon, nacida en 116 DC (17 años)

Visenya es la última vástaga de este matrimonio, Joffrey nunca nació (lo siento).

Con Daemon:

- Aegon Targaryen, nacido en 120 DC (12 años)
- Viserys Targaryen, nacido en 122 DC (10 años)
- Embarazo en curso.

Hijos de Viserys:

- Rhaenyra Targaryen, nacida en el 97 DC (36 años)
- Aegon Targaryen, nacido en el 107 DC (26 años)
- Haelena Targaryen, nacida en el 109 DC (24 años)
- Aemond Targaryen, nacido en el 112 DC (21 años)* (modificado)

Espero que les guste!


La Danza de las Espadas - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora