Capítulo 22

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Un mes había pasado desde la victoria contra los rebeldes y la familia no paraba de estar ocupada.

Por su parte, habían bodas que planear.

Jacaerys tomaría a Haelena como esposa, ella sería su Reina una vez el ascendiera al trono, aunque Rhaenyra bromeaba que faltaban muchísimos años para eso - se decretó también que el primogénito de la pareja sería el heredero al trono, dejando a los hijos de Haelena y Aegon el Usurpador cómo príncipes del reino, sin derecho sucesorio al trono de Hierro. Fue una decisión que el consejo discutió exhaustivamente, pero resultaba más que justo que, siendo Jacaerys el heredero al trono, su sangre continuara en la línea.

Esta decisión no fue tomada de mala manera por la familia y tampoco por Haelena, que entendía que toda esta situación era algo complicada pero estaba más que agradecida de poder casarse por amor esta vez.

- Yo entiendo lo que sucede y lo único que quiero es ser feliz contigo- le dijo Haelena a Jacaerys, al comunicarle la noticia. - lo que ocurra a nuestro al rededor no me será importante, prometo ser una digna Reina para todos-.

Por otra parte estaba Lucerys y sus viajes a Marcaderiva para ver a Rhaena, que siempre lo recibía contenta y con algún regalo para darle. Le encantaba llevarlo en viajes en barco y el ya adquiría el gusto por navegar, digno del heredero de Marcaderiva.

Rhaena lo cautivaba en toda manera - se sentía feliz en su presencia y él también adoraba pasar tiempo con ella, a pesar de que Baela muchas veces lo recibía y veía de manera juzgativa, recordándoles que los descubrirían pronto si no eran más discretos.

Pero los rumores corrían y la gente en Desembarco del Rey tenía bien claro lo que sucedía.

- Mira, nada más no hagas cosas de las que te arrepientas- le aconsejó su hermano.

- ¿De qué hablas, hermano?- el morocho no captó totalmente lo que decía su hermano.

- Ya tienes 20 del día del nombre, sabes a lo que me refiero- le dijo Jacaerys.

- No, no te estoy logrando entender... ¿qué tiene que ver mi edad además?, ¿que me tengo que casar pronto?- preguntó el menor.

- La sangre del dragón corre caliente- le contestó Jacaerys. - no caigas en la tentación-.

- Ay hermano yo entiendo tus dramas, pero aquí no hay nada de eso. Nosotros volamos en dragón, recorremos el mar en el barco. Sí, nos habremos besado un par de veces, pero planeamos oficializar todo esto antes de avanzar- aclaró Lucerys. - hablaré con mamá cuando corresponda-.

Lucerys quería casarse con su amada, pero quería que todo se hiciera en su debido tiempo.

- Hablando de eso- dijo el mayor. - mamá ya se enteró y me mandó hablarte. Dice que quizás, claramente si estás de acuerdo, podríamos casarnos juntos... como una boda doble-.

- P... pero tú eres el heredero, ¿no se supone que tendrías que tener una celebración épica y sólo tuya?- cuestionó Lucerys.

- Mira, somos hermanos. Estaría más que encantado de compartir este momento contigo, si es que así lo deseas- le explicó Jacaerys. - propónselo a Rhaena, yo hablé ya con Haelena y está más que de acuerdo, así que si te parece piénsalo-.

Rhaena recibió la noticia con mucha alegría, no quería admitirlo, pero tenía muchísimas ganas de concretar las cosas con Lucerys y al fin poderse casar con él.

Fue entonces que Rhaena y Lucerys se comprometieron, y junto con la otra pareja planearon una boda que sería recordada hasta la época de Daenerys Targaryen cómo una de las más majestuosas alguna vez vista.

Visenya se tomó personalmente el asunto de planearla a la perfección, cómo cuando hizo con la coronación de su madre. Haelena quería ayudarla, pero ella no quería delegar las tareas y menos a una de las novias. Baela también se ofreció a ayudarla, pero resultó que los gustos de la mayor de las mellizas no se parecían en nada además de que Baela llegaba a cualquier hora luego de montar en dragón todo el día.

- Es un trabajo arduo y todo valdrá la pena una vez quede hecho- decía Visenya, que parecía estar igual o peor que cuando coronaron a su madre, enfocada en cada detalle.

Luego de dos meses más, todo estaba listo. Había llevado tiempo y esfuerzo, pero Visenya podía asegurar que todo estaría perfecto. Aemond también había dado una mano, en especial con las partes que involucraban caligrafía. Visenya decía que su letra era perfecta, entonces lo mandó emitir más de mil invitaciones que serían mandadas por cuervo a los lores más importantes - Aemond se arrepintió levemente de haberse ofrecido a ayudar.

Con el visto bueno de la Reina, la boda entonces se llevó a cabo.

* * *

Los jardines estaban decorados con flores, portaban banderines de la casa Targaryen y también Velaryon, los vestidos de las novias eran perfectos - bordados en la más fina de las sedas, también a gusto de las novias para que cada vestido fuera con su personalidad.

- Han hecho un trabajo asombroso- admitió Aemond, al ver el escenario completo.

La vestimenta de todos era perfecta, el sitio tenía grandes mesas en las cuales se serviría el banquete más tarde, junto con músicos listos para animar la fiesta y también bufones.

- Valieron la pena las noches en vela- dijo Visenya, que estaba visiblemente cansada.

- Sisi, cuando no te pasabas despierta planeando la boda te la pasabas haciendo otras cosas- bromeó Aegon, quien corrió lejos de la escena luego de tirar la bomba.

La pareja rió y continuó caminando admirando el sitio decorado, mientras que ambos novios yacían ya vestidos, esperando a que sus novias llegaran para poder concretar una ceremonia tradicional valyria, bendecida también por los miembros de la fé.

Entonces entraron ambas novias, vestidas a la perfección.

Caminaron hasta sus novios, vestidas en los vestidos que se habían hecho especialmente para ellas. Con el vidriagón se cortaron y así sellaron su unión con sangre, recibiendo celebraciones de quienes asistieron a la ceremonia, convirtiéndose en marido y mujer.

Jacaerys no paraba de admirar a su ahora esposa, a quien había deseado por todo este tiempo. Había sido su primer amor, y también él el de Haelena. Ella recordaba todas las noches en las que lloraba por no poder tenerlo como esposo en vez de a su hermano, quien siempre llegaba borracho y no tuvo la decencia de esperar hasta su mayoría para encamarla - había dado a luz a sus mellizos con tan sólo 14 años. Jacaerys sabía que tenía que reparar todo el daño que no había causado, pero valdría la pena por tenerla a ella a su lado.

Por otra parte Lucerys también estaba perplejo y perdido en los ojos de Rhaena, anhelaba compartir todo con ella, pasar más noches navegando y volar junto a ella sin ocultarse. Más allá de que todo esto era tan dulce, tenía un lado amargo. Ambos habían decidido residir en Marcaderiva, a fin de aprender lo más que pueda de su abuelo para ser el siguiente Lord de los Mares. Saldría bien, todo estaría bien, pero dejar a su familia en Desembarco del Rey le dolía aunque los visitaría seguido, también entendía que era su momento de crecer y aprender por su cuenta.

- Hacen tan lindas parejas- comentó Rhaenyra, viendo como las dos parejas estaban juntas. - se ven tan felices, se notan que son uniones hechas por amor- sostenía la mano de Daemon.

No tardó en comenzar el banquete, dónde todos los lores importantes parecían estar reunidos en el palacio, cada cual interactuando con el resto - conociendo a los príncipes, compartiendo tiempo con la pequeña Aemma que ya tenía 3 años, o con las niñas de Aemond y Visenya que ya tenían un año y medio del día del nombre.

Una interacción a destacar fue la del Lord Cregan Stark y Lady Baela, que parecían tener similares intereses. Llegaron incluso a escaparse de la boda para que Baela le mostrara su dragón al Lord, ambos parecían haber encontrado en el otro algo que encontraban en sí mismos - el carácter fuerte y determinado de Baela captaba la atención del lobo del Norte.

Las doncellas siempre susurraban que Lord Stark había enviudado hace ya casi 6 años y que era momento de que se volviese a casar, pero sabían que no lo haría con cualquier Lady sino con una que tuviera ese espíritu feroz en su interior. Fue entonces que floreció otra historia, la del lobo y el dragón, que tendría sus altibajos pero sería digna de recordar.

Por otra parte, Aemond y Visenya bailaban junto a la música, también estaban pasándola bien y riéndose de algún lord que hacía estupideces.

Les causaba especial gracia aquellos que estaban tan borrachos que apenas podían caminar, tuvieron que encargarse de llevar a alguno que perdió la conciencia, todo en pro de que la ceremonia no se arruinase por su culpa.

- Estaba pasadísimo de vino- comentó Aemond, mientras juntos arrastraban a uno de los que estaba en peor estado, aunque enseguida vinieron a asistirlos para llevárselo.

- Hablando de eso, no has bebido nada, ¿seguro no quieres que te sirva vino?, ¿aquel dulce que te gusta?- preguntó Aemond.

- No debería beber, no en este estado- comentó Visenya, esperando a que el otro captara la indirecta, pero Aemond no terminó de captarlo. - seremos padres otra vez-.

Fue entonces que Aemond esbozó una sonrisa y dejó caer al Lord al que arrastraba, yendo directamente a alzar a su esposa en el aire, depositando besos por toda su cara, sus labios y luego su pequeño vientre, que ni abultado estaba aún, pero ahí crecía un pequeño dragón.

- No sabes lo feliz que me haces, Visenya- le dijo a su esposa y luego posado en su vientre dijo. - prometo que para ti estaré, todos los días. Te sostendré en mis brazos todos los días y tendrás las mejores hermanas mayores del mundo, volarás por los cielos en dragón, serás fuerte como tu mamá-.

Visenya acarició el cabello de su esposo, quien volvió a besarla. Fue entonces que se sostuvieron el uno al otro, no sin ser interrumpidos rápidamente por el pequeño Viserys.

- Em... ¿qué está pasando aquí?- dijo el pequeño, cruzándose de brazos.

- Nada, Viserys. Es sólo que Aemond y yo estamos felices por algo- dijo su hermana.

- ¿Tendrán otro?- preguntó el pequeño. 

Ambos se miraron y Visenya asintió.

- ¡Seré tío otra vez!- exclamó el pequeño y corrió a bailar feliz a la pista.

La pareja se rió, después de todo lo que había ocurrido, merecían tener paz y poder crecer juntos cómo habían jurado.

Sus mellizas crecían cada día, tanto cómo la habilidad que recuperaba Aemond con cada sesión que tenían. Visenya cumplió su promesa y lo ayudó también a recuperarse, junto con todo el resto que siendo una gran familia querían que todos estuvieran bien.

Fue así que todos tuvieron el final feliz que merecían, evitándose hechos que hubieran puesto fin a la vida de muchos sino todos los que estaban en la sala.

- Pensar que nada de esto hubiera pasado si no hubieras actuado el día de la coronación- mencionó Aemond.

- Nada hubiera pasado si los dioses no me lo hubieran mostrado en sueños y aún lo hacen a veces- contestó ella. - soñé todo, conocí el fin de todos y juré evitarlo-.

- Entonces... ¿eres una soñadora?- preguntó Aemond. - cada día te vuelves más increíble, amor-.

Ella se sonrió.

* * *

                            (SPOILER DE LA SEGUNDA TEMPORADA DE HOTD - pueden saltarlo)

Lucerys hubiera muerto devorado en manos de Aemond, que fuera accidente o no, inició la evitada Danza de los Dragones, que cobró la vida de Jacaerys, Joffrey (que en mi novela no aparece) y supuso la pérdida del príncipe Viserys, aunque temporalmente hasta reencontrarse con su hermano ya en el trono.

Daemon hubiera muerto peleando contra Aemond, también cobrándose su vida. Los príncipes hijos de Aegon el Mayor hubieran muerto también en diferentes circunstancias, junto con Haelena que se hubiera tirado de la ventana al ver cómo todo eso sucedía.

Rhaenyra hubiera muerto en manos de Aegon el Usurpador, aunque su tiempo pronto llegaría al ser envenenado por sus aliados, no sin antes sufrir quemaduras y daños en su cuerpo que lo dejarían inválido, incapaz de sentarse en el trono de Hierro, todo gracias a Baela y Danzarina Lunar.

Muchas vidas se hubieran perdido, más allá de los bandos a quienes pertenecían.

La Danza de los Dragones determinó la extinción de los dragones en Poniente, la caída también de los Targaryen y fue coronada por el bando ganador, los negros, cuyos reyes fueron apodados como "el Roto" justamente por todo lo vivido durante la guerra.

Fue injusto para todos, por eso aquí se evitó.

* * *

(Fin del spoiler)

Ojalá hayan disfrutado este capítulo, fue complicado de escribir, pero esta historia se está terminando ya :( 

Me gustaría confesarles que mi idea era terminar toda esta historia mucho antes, quizás por eso al avanzarla va perdiendo calidad o en sí se van mezclando más tramas, pero espero que les haya gustado mucho.

También algo que me entristece fue que la fui escribiendo de a "impulsos" también condicionados porque tuve que estudiar en la mitad para mi examen, pero más allá de eso, estoy contenta de haberles dado este fic y que les guste.

No es el final, se viene el epílogo de qué sucede con los personajes después, gracias por leer!

La Danza de las Espadas - Aemond TargaryenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora