| • ° † 𝓔𝓵 𝓓𝓲𝓸𝓼 𝓓𝓮 𝓛𝓪 𝓓𝓮𝓼𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪 † ° • | 𝐙𝐞𝐫𝐨𝐟𝐮𝐤𝐮

❞𝐒𝐨𝐲 𝐞𝐥 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚❞

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❞𝐒𝐨𝐲 𝐞𝐥 𝐃𝐢𝐨𝐬 𝐝𝐞 𝐥𝐚 𝐝𝐞𝐬𝐠𝐫𝐚𝐜𝐢𝐚❞

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 9

Desperté a eso de las 3:30 de la madrugada debido a un rato sueño que había tenido, lo bueno es que era sábado y podía dormir hasta la hora que quisiera, aunque no me podía dormir y me sentía algo extraña, tenía la sensación de que alguien me estaba observando y que estaba en mi habitación, puede que sea el demonio ese que siempre está a un lado mío, pero él me dijo que vendría mañana por la mañana para mostrarse una vez por todas antes mí, por lo que no sé qué demonios podría estar aquí en mi habitación.

Encendí la luz para ver qué podía estar aquí, pero no ví nada extraño, más me dió un tremendo susto cuando la puerta de mi guardarropa se abrió un poco y unos ojos rojos se mostraron dentro de este, mi corazón comenzó a latir con fuerza y juro por Dios que sentí mi boca seca y que se me bajaba la presión, quería gritarle a mi madre pero mi voz no salía, quería cerrar mis ojos pero tampoco podía hacerlo, mi cuerpo parecía paralizado, era como si tuviera un parálisis del sueño, pero yo sí podía moverme sólo que no podía reaccionar del todo.

—T... tú.... estúpido demonio si me quieres asustar no te saldrá, sal de ahí ya.

—Jajaja cielos, yo quería asustarte, aunque sí funcionó —salio del guardarropa mostrándose como la primera vez que lo ví, todo negro

—Pero, muéstrame bien.

—Vamos con calma preciosa, primero mi nombre.

—Bien, ¿cómo te llamas?

—Zerofuku, soy el dios de la desgracia y soy hijo de Hades, mucho gusto ________.

—¿Eres hijo de Hades? —me sorprendí —Vaya, y yo pensando que Hades era sólo un mito, ahora ¿Te puedo ver?

—Bien, pero no grites y no te asustes como el otro día.

—No, te juro que no lo haré.

—Bien.

Zerofuku salió de la sombra mostrándose como era, yo realmente me lo imaginé de distinta forma, pero admito que se veía bien, no se veía tan aterrador como dice el libro, eso sí, en el libro muestra su cara como la de un demonio muy aterrador con colmillos afilados, garras y patas de cabra, cuernos muy grandes como suelen presentarlos con satanás, tiene alas maltratadas y su ojos eran totalmente rojos, pero sólo tiene sus alas maltratadas, ya que sus cuernos son algo cortos, no tiene patas de cabra ya que las tiene como cualquier persona, y sus ojos eran negros, además de que sus dientes eran como los de nosotros, sólo sus alas eran las únicas que se veían iguales a las del libro.

—Usualmente las personas que me invocan terminan asustadas y al no querer estar conmigo por mucho tiempo se terminan suicidando, es por eso que no quería revelarme ante tí, ya que eres demasiado joven y hermosa para morir, pero entenderé si no quieres tenerme a tu lado, te cuidare desde el más allá hasta que tu condena se acabe.

—Admito que si me asusté un poco porque no estoy acostumbrada a esto, pero puedes quedarte conmigo cuando quieras, no me voy a suicidar porque no estoy pendeja para hacerlo, de todos modos si lo hiciera, te vería a dónde quiera que se lleven ustedes el alma de las personas.

—Chica lista, sólo por eso es que te daré puntos por ello, los puedes usar cuando quieras algo, como por ejemplo, explotarle la cabeza al profesor de matemáticas por tantos problemas en mente.

—Jajaja esa estuvo buena, me gusta la idea, quizás un día lo usé, por el momento así estoy bien —solte un bostezo —Zero, me gustó conocerte pero tengo sueño —me tallé un ojo

—Que linda —sonrió —Que descanses, te veré por la tarde quizás, estaré haciendo algunas cosas ¿bien? —yo asentí —Sueña conmigo preciosa.

Zerofuku desapareció en la oscuridad y yo en un dos por tres me quedé dormida como si todo aquello hubiera sido sólo un simple sueño, y como Zerofuku lo dijo, soñé con él, sólo que no raro, sino que estaba con él disfrutando de ver la desgracia de las demás personas, no sabía el porqué lo estaba disfrutando, pero a su lado yo era como él, alguien importante y todos me respetaban, sólo que mi sueño cambio por algo que ya ni recuerdo, pero supongo que no tendría importancia.