| • ° † 𝓔𝓵 𝓓𝓲𝓸𝓼 𝓓𝓮 𝓛𝓪 𝓓𝓮𝓼𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪 † ° • | 𝐙𝐞𝐫𝐨𝐟𝐮𝐤𝐮

❞𝐋𝐚 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚❞

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❞𝐋𝐚 𝐯𝐞𝐫𝐝𝐚𝐝𝐞𝐫𝐚 𝐡𝐢𝐬𝐭𝐨𝐫𝐢𝐚❞

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 15

Estuve mostrándole algunos pecados más comunes en los seres humanos, como lo es el robo, la mentira, el desobedecer a los padres y hacer lo que quieran, además de muchos más pecados que eran más grandes para ella, su expresión al ver cada uno de ellos era de horror y asco, algo que por supuesto no me sorprendió ya que era obvio que ella no estaría para nada emocionada de hacer al menos uno de ellos, pero ella lo había decidido, y tenía que cumplirlo antes de que el contrato definitivamente llegué a su fin, pues era como un reloj en una cuenta regresiva y de tantos días que le quedaban de vida, ahora sólo le faltan dos meses y eso me preocupa.

—¿Así está bien? —me mostró el mensaje que le había escrito a Kiro

—Eh.... —me rasque una mejilla —Sí está bien, pero agrégale un poco más de groserías.

—Zero, ¿con esto podré estar más tiempo contigo?

—Esto no es tanto como otros pecados, se podría decir que esto es poco, pero está bien, sólo un par de minutos está bien.

—Dios, yo no sé cómo hacer esto pero no quiero irme y no verte más.

—Hmm ya sé, ponle más groserías, las que se te vengan a la cabeza, mañana te mostraré otras cosas que puedas hacer y si el mensaje queda perfecto te podré contar mi verdadera historia.

—¡Siii! —emocionada comenzó a teclear en su celular rápido —¡Toma! —me lo entregó

TN 😋🤘🏻
“Lo bueno de darme cuenta de que eres un idiota es que no podré estar contigo, si una vez te dijeron que me gustabas era mentira, ¿quién podría amar a alguien tan estúpido como tú?, un nerd como tú jamás podría ser querido por una chica tan hermosa como yo”

Era el mensaje que ella había escrito, la verdad es que me dió algo de gracia porque no uso muchas groserías y se veía que se esforzó un poco al menos para decirle estás cosas, pero al menos lo intentó, después aprenderá a insultar mejor que por supuesto eso lo se enseñaré yo, ahora tenía que contarle lo que realmente me pasó y como fue que llegué aquí siendo el Dios de la desgracia, eso sí, no tiene que decirle a nadie de esto porque nadie sabe mi verdadera historia, ella será la primera en saberlo y quizás se sorprenda después de lo que le diga, pero no dirá nada.

—Bien —me senté a su lado —Lo prometido es deuda, así que veamos —mire el techo —Por dónde empiezo —la miré y sonreí —Hace unos 65 años atrás era el Dios más invocado de todos, mis alas no eran así —las mostré —Sino hasta aquel día —volví mi vista al techo borrando mi sonrisa recordando aquel día —Una joven de 19 años me invocó desesperada, me comentó que su familia estaba a punto de ser echada de su casa y que no sabía que hacer para ayudarlos, así que me pidió ayuda a mí sin importa que pasara, por supuesto decidí ayudarla al verla así, y por suerte su familia pudo vivir bien después de mi ayuda, Shirou Bernabé se hizo mi amiga en ese entonces, así como tú.

—Espera, ¿Bernabé?, ¡¿es mi abuela?!

—Sí, es tu abuela, ahí la razón del porque ella tenía el libro, en gran parte una pequeña parte de la historia de tu abuela es cierta, pues yo me enamoré de ella y por mi error Hades me torturó hasta más no poder, ella al ser como tú de un alma pura hizo que su vida se terminará y se fuera con Dios, él le dió otra oportunidad pero no se acordó de mí, es por eso que te contó esa vieja historia de mí —suspire —Debido al maltrato de mi padre mis alas quedaron así, pero a pesar de su estado aún funcionan.

—Espera, entonces antes tu servias a mi abuela —asentí —Te enamoraste de ella y por eso tienes así las alas —volví asentir —Pero, ¿Por qué no puedes enamorarte de un humano?, no tiene nada de malo.

—Para mi padre sí, porque dicen que ellos tienen más oportunidades de ser limpiados de sus pecados y ser llevados a la vida eterna, a la gloria, y si un Dios del Inframundo como yo termina con un humano, el día de la muerte de su amado podría morir con ella o él, pero la vida del dios no se iría al Inframundo, sino que serías completamente borrado de este y de cualquier otro mundo existente, y mi padre para enviar esto, prohibió tener alguna relación así con un humano, no podemos ni siquiera ser amigos pues le tomamos cariño a esa persona.

—Y si amabas a mi abuela, ¿por qué no moriste cuando ella murió?

—Porque ella no me amaba, por eso sigo aquí.

Abrió sus ojos como platos manteniéndose callada, quizás si había sido mucho el tener que decirle esto de su abuela, pero era la verdad después de todo.