"Lᴏ ᴛɪᴇɴᴇ ᴀᴏ̨ᴜɪ́"

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| • ° † 𝓔𝓵 𝓓𝓲𝓸𝓼 𝓓𝓮 𝓛𝓪 𝓓𝓮𝓼𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪 † ° • |

"Lᴏ ᴛɪᴇɴᴇ ᴀᴏ̨ᴜɪ́"

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 36





Llegamos a un pasillo oscuro, no podía ver ni mis dedos, pero a medida que íbamos avanzando, las luces de las antorchas encendidas nos dejaba ver un pasillo más largo todavía, con calabozos llenos de almas gritando y pidiendo ayuda para que lo pudieran sacar de ahí, algunos no tenían piernas, brazos, incluso cabezas, otros no tenían ojos ni lengua, eso me daba algo de miedo pero estando con Kevin podría ir tranquila, eso sí, podían estirarse todo lo que podían pero si salían del calabozo eran atraídos nuevamente a este y eran torturados más feo que de lo normal.

Afortunadamente cuando llegamos al calabozo de Zerofuku ya no había almas que pudieran atenorizarme y hacerme sufrir al verlas tan mal por esos castigos.

—Lo tiene aquí —dijo Kevin señalando el calabozo

—¿Podrá salir de ahí?, por lo que ví allá atrás, esas almas no pueden salir de ahí por más que lo intenten —dije preocupada

—Descuida, no pueden salir porque tiene que ser alguien quien las saque de ahí, alguien que realmente este deseando que salgan, así que serás tú quien abra el calabozo —me señaló

—¿Yo?, ¿Por qué no tú?

—Porque un semidios como yo no tiene la suficiente fuerza como para hacerlo, debes de ser tú, porque lo amas, y esa es la fuerza más poderosa que hay aquí.

Me sonroje un poco por lo dicho, no sabía que fuera tan obvia con mis sentimientos, pero si él ya lo sabe, entonces no tendré porque negarlo, admito que Zerofuku me gusta, me encanta y haría cualquier cosa por tenerlo aquí conmigo, cualquier cosa para que pudiera salir de ahí, no me importa si después Hades viene y me mata por haberlo sacado de aquí, yo sólo quiero tenerlo conmigo, y así es como será, no pienso dejarlo ahí. Una luz blanca comenzó a brillar intensamente, pensé que podría ser Hades quien estuviera aquí, que ya había descubierto nuestro plan, pero no, fue la celda que se comenzó abrir dejando ver a Zerofuku todo lastimado del cuerpo.

Al verlo así mi corazón se partió en dos, no soportaba verlo así, no quería verlo sufriendo por su propio padre, fue por eso que acepte casarme con Hades, para que lo dejara en paz, pero creo que no resultó como yo esperaba, y como no, si me escapé de la boda para venir a salvar a Zerofuku, estoy aquí intentando salvarle la vida, no me importa lo que me cueste, él saldrá de aquí.

—________ —dijo en cuanto me miró —¿Qué haces aquí?, deberías de estar casandote con mi padre —se levantó del suelo acercándose a mí

—No puedo hacerlo, no puedo porque no siento nada por él, no puedo casarme con Hades porque te amo a tí.

Zerofuku me miró con una sonrisa para después darme un abrazo que por supuesto le correspondí, me sentía tan bien estando entre sus brazos que estaba deseando quedarme así para siempre, pero lamentablemente tuvimos que separarnos cuando por los pasillos de los calabozos comenzó a sonar una voz molesta, haciendo retumbar las paredes y que las almas comenzarán a quejarse aún más fuerte que como lo hacían antes, Zerofuku me abrazo fuerte ocultando mi rostro sobre su pecho, ya sólo podía escuchar esa voz llamando a Zerofuku, ahí fue cuando reconocí la voz de Hades, estaba completamente furioso y yo tenía la culpa, pero, no podía dejar aquí a Zerofuku.

—¡Creí haberte dicho que te alejaras de mi chica! —grito dentro del calabozo

—Y yo te dije que ella no te pertenece —le respondió Zerofuku

—¡Me la darás ahora sí no quieres sufrir más de lo que ya lo estás haciendo!, y creeme que no te va a gustar —le advirtió

—No me importa, hazme lo que quieras pero ya te dije, a ella no le tocas ni un pelo.

Me aferre más a Zerofuku, no quería irme, no quería hacerlo, pero por su bien, tenía que hacerlo, quería liberarlo de aquí, pero con Hades no se puede, siempre sabe cuáles son mis movimientos, y estoy segura que si pienso en sacar de aquí otra vez a Zerofuku, él ya lo sabrá desde mucho antes.

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