| • ° † 𝓔𝓵 𝓓𝓲𝓸𝓼 𝓓𝓮 𝓛𝓪 𝓓𝓮𝓼𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪 † ° • | 𝐙𝐞𝐫𝐨𝐟𝐮𝐤𝐮

"Dᴇ́ᴊᴀʟᴏ ʟɪʙʀᴇ ʏ ᴛᴏ́ᴍᴀᴍᴇ ᴀ ᴍɪ́"

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"Dᴇ́ᴊᴀʟᴏ ʟɪʙʀᴇ ʏ ᴛᴏ́ᴍᴀᴍᴇ ᴀ ᴍɪ́"

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 38

Por si fuera poco, Hades me había dado dos opciones:
Una: elegir irme con él y casarme con él
O dos: quedarme con Zerofuku aún sabiendo que no nos dejaría en paz y haría todo lo posible por destruirnos.
Por supuesto que no podía permitir que le hiciera algo a Zerofuku, por lo que sin más remedio decidí irme con él, por supuesto que me iría de aquí en cuanto tuviera la oportunidad, sé que sin que se lo diga, Hades ya lo sabe y hará todo lo posible por mantenerme aquí con él, pero por Zerofuku haría todo por mantenerlo a salvo.

—¿Te gustaría ver cómo lo torturó?, créeme que disfruto mucho verlo sufriendo, me hace reír mucho —dijo con su sonrisa sádica

Yo no le respondí, sólo me cruce de brazos aún sabiendo que por dentro me estaba muriendo, estaba deseando que no le hiciera nada, pero si le decía algo aunque fuera mínimo, comenzaría a ser un desastre, por lo que me quedé callada.

—Bien, vamos a divertirnos un poco —rió tronando los dedos

Zerofuku apareció frente a mí todo golpeado haciéndome tragar saliva; quería correr a su lado y abrazarlo, quería hacerle saber que nunca lo dejaría solo y quería llorar al ver todo lo que estaba sufriendo por mi culpa, pero no pude hacerlo ya que Hades estaba mirándome quizás esperando un movimiento mío para poder hacerle algo a Zerofuku, y no podía permitir que le haga algo más por mi culpa, por lo que sólo mire a Zerofuku con tristeza pidiéndole perdón mentalmente.

—Vaya, que decepción —dijo Hades riendo —Pensé que al menos te iba a dar algo de lastima al ver a Zerofuku así, pero veo que todo te está valiendo ahora —volvió a reír —Siendo así, vamos a comenzar con el juego ¿Te parece?

Se acercó a dónde estaba Zerofuku y lo tomo del pelo haciendo su cabeza para atrás, Zerofuku sólo se quejó mirando a su padre con molestia, yo aparte la mirada pues no podía soportar ver cómo lo estaba tratando. Cerré mis ojos cuando escuché un golpe y el quejido de Zerofuku, mordí mi labio tratando de no soltar un sollozo por todo lo que estaba pasando y en cuanto escuché otro quejido más horrible de Zerofuku me ví en la obligación de abrir mis ojos y mirarlo.

Zerofuku estaba en el suelo quejándose y sacando sangre de su boca, brazos, piernas y espalda, sus alas estaban demasiado mal, ya no se veían como antes, ya estaban muy mal y no podía soportar verlo así.

—¡Ya basta! —le grité a Hades —¡Ya déjalo en paz!, por favor no le hagas daño —corrí hasta donde estaba Zerofuku para abrazarlo

—Sabía que no te ibas a contener al verlo así —rió

—Por favor, déjalo libre y tómame a mí —lo miré con lágrimas en los ojos —No le hagas daño.

—Eso dijiste antes, querida, pero te escapaste para salvarle la vida a este inútil —lo señaló mirándolo con asco

—Esta vez será diferente, te juro que ésta vez sí me voy a casar contigo, pero necesito ver qué lo haz dejado libre, sólo así me casaré contigo.

Hades pareció pensarlo un poco, pero acepto dejar libre a Zerofuku con tal de que me casara con él, no era lo que yo quería pues no quiero casarme con él, pero si esa era la manera en que pudiera liberar a Zerofuku, tendría que hacerlo por su bien. Él me miró con tristeza en sus ojos, no sabía si era por los golpes que su padre le dió o porque me voy a casar con su padre; una parte de mí quiere creer que así es, que está triste porque me voy a casar con alguien más que no es él, pero otra parte de mí piensa en que solo está triste por lo que su padre le hace.

Quisiera que todo pudiera cambiar, que él pudiera ser feliz una vez en su vida aunque no fuera conmigo, pero supongo que no será posible debido a su padre. Hades me alejo de Zerofuku de un jalón y tomo a Zerofuku del cuello, le susurro algo en el oído que no pude escuchar, pero se podía ver en la mirada de Zerofuku que, fuera lo que fuera lo que le estaba diciendo su padre, le estaba doliendo pues me miraba con tristeza y me dolía verlo así, pero ya no podía hacer nada, al menos ya lo había librado de su padre, al menos eso es lo que quiero creer ya que así lo prometió Hades.