| • ° † 𝓔𝓵 𝓓𝓲𝓸𝓼 𝓓𝓮 𝓛𝓪 𝓓𝓮𝓼𝓰𝓻𝓪𝓬𝓲𝓪 † ° • | 𝐙𝐞𝐫𝐨𝐟𝐮𝐤𝐮

"Gʀᴀɴ sᴏʟᴜᴄɪᴏ́ɴ"

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"Gʀᴀɴ sᴏʟᴜᴄɪᴏ́ɴ"

Cᴀᴘɪ́ᴛᴜʟᴏ: 47

Kevin me había prometido venir seguido conmigo para informarme de lo que pudiera estar pasando con Zerofuku, claro que lo acepte porque realmente quería saber que le estaba pasando a Zerofuku, además de que me dijo que iba a ver la manera de que Zerofuku pudiera recordarme, no sabe cómo lo hará, pero dijo que encontraría una manera de hacerlo y por supuesto, encontrar una manera de que yo lo pueda ver al menos por unos minutos, pues no podemos estar juntos por mucho tiempo, pues según él, Zerofuku podría sufrir una vez más como lo había dicho Hades.

Sabía que no podía quedarme todo el tiempo esperando por una respuesta que pudiera darme Kevin, pero ya había pasado una semana desde que se fue y me siento nerviosa al ver que no se ha aparecido por aquí para al menos decirme que Zerofuku está bien, aún así, confío en que Kevin lo mantendrá con bien y que no permitirá que Hades le haga algo, pero si no me dice nada, no puedo evitar preocuparme así tanto por él, como por Zerofuku, que es el que más me preocupa en estos momentos. El sonido de la puerta me saco de mis pensamientos, la voz de mi madre sonó a través de esta, diciendo que Hellen estaba aquí, a lo que rápido me levanté de la cama y le abrí la puerta.

—Hey, ¿Qué rayos te pasó? —dijo entrando a mi habitación —Estaba preocupada por tí —se sentó en mi cama

—Sólo... No quise salir por un tiempo —mentí —Lamento si te preocupe pero... —mis palabras se vieron interrumpidas al ver a Kevin atrás de Hellen

—¿Qué? —preguntó girando su cabeza a la dirección a la que yo veía —¿Qué estás viendo? —me miró con el ceño fruncido

—Yo... —Kevin me hacía señas de que no dijera nada —Nada, es sólo que me acordé de algo —sonreí sentándome a su lado

—Zerofuku te recuerda —escuche a Kevin decir y mis ojos se abrieron como platos

—Me recuerda —dije para mí misma con emoción y lágrimas en los ojos

—¿Quién te recuerda? —preguntó Hellen confundida

—Nadie, son cosas mías, en fin, Hellen, me alegro que hayas venido a verme, pero no me siento bien del todo aún, y quisiera estar sola —le medio sonreí

—Bien, me iré pero vendré después ¿Vale?

Yo asentí con una sonrisa mirando como se iba de mi habitación, rápido cerré la puerta y le eche seguro para girarme a dónde estaba Kevin y me dijera todo lo que había pasado, él no perdió tiempo y me dijo que Zerofuku sólo aparenta que no recuerda nada para que Hades no le haga daño, ni mucho menos a mí, y que por supuesto había encontrado una solución para que Zerofuku y yo podamos estar juntos sin que Hades, ni nadie más, nos pueda separar, yo mordí mi labio esperando escuchar su gran solución.

—Si realmente quieres estar con Zerofuku, tendrás convertirte en una de nosotros, eso implica no volver a ver a tu familia, si estás dispuesta a convertirte en una diosa del Inframundo para estar con Zerofuku, ten en cuenta que no podrás volver a la tierra, así que te daré tiempo para que lo puedas pensar —me dió unas palmaditas en mi cabeza

—¿Esa es la única forma de poder estar con Zerofuku?

—Sí, pero no te sientas obligada a hacerlo, también lo hable con él, y me dijo que la decisión que tomes se sentirá feliz de que la hayas tomado, él sólo quiere que seas feliz, no importa si es con él o sin él, y dice que te extraña demasiado.

Yo también lo extrañaba como nunca, yo también quiero que él sea feliz y sé que con lo que Hades le está haciendo, no lo es, por lo que no había nada que pensar, yo quiero estar con él toda mi vida, sé que mi madre lo entenderá, y al igual como Zerofuku cuido de mí de dónde quiera que estaba, yo cuidaré de mi madre y de todos los que son importantes para mí aquí en la tierra, yo, estoy dispuesta a ser una diosa del Inframundo por Zerofuku, porque lo amo.