「 𝐀𝐠𝐨𝐬𝐭𝐨 𝟐𝟎𝟏𝟎 」

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A diferencia de ambos chicos, la vida de Drake era miserable. Su padre se había ido con otra mujer y su madre cayó en el mundo de las drogas a muy temprana edad. Sin embargo, no era una mala madre, no siempre. Por otro lado su padre, era un hombre despreciable, se aprovechaba de ella cada que podía y golpeaba a ambos cuando llegaba ebrio a casa, esto convirtió a Drake en alguien protector y fuerte, le hicieron madurar demasiado rápido y en contra de su voluntad.

Pero Drake no hablaba de ello, él era el chico rudo y fuerte del grupo, para él su vida dentro de casa no era relevante en su vida escolar, tenía buenas calificaciones, pero era un chico rebelde. Solía fumar a escondidas en el patio trasero de la escuela y solía mirar con ojos de deseo a las maestras más jóvenes.

Un chico detestable ante los ojos del padre de Eri y una pésima influencia para los padres de Oliver. Y quizá lo era, pero no era un mal amigo, sin embargo si hay algo que le molesta a Drake, eran los secretos. Y sabía muy bien que Eri y Oli tenían uno.

¿Qué ocurre? -Llegó de sorpresa junto al par de chicos que susurraban algo inaudible a medida que se acercaba. - No me jodas con que son novios.-Hizo una arcada y todos rieron.

Ambos negaron y sonrieron. Era obvio que algo tramaban u ocultaban y él como líder del grupo -Según él mismo- debía saberlo. Pero no consiguió respuestas y tomando sus cosas emprendieron camino al parque a un par de cuadras de la escuela. Prendió un cigarrillo y se lo ofreció a ambos, pero se negaron, se encogió de hombros y le dio una calada profunda dejando escapar una enorme nube de humo a su alrededor.

Oli comenzó a toser y se alejó un momento, Drake río y Eri golpeó su hombro suavemente. - Recuerda que es asmático.- Drake apagó el cigarrillo y se disculpó. Los tres rieron y caminaron a casa.

-¿Qué tal si vamos a tu casa Drake? -

Sugirió Eri. Eso provocó un espasmo en Drake quien negó con rapidez. Sabía que su madre estaba en casa, pero no estaría sola, a esta hora solía llevar a distintos hombres algo que avergonzaba a Kei, por lo que finalmente decidieron ir a casa de Oliver.

Al llegar Drake y Eri no podían ocultar su asombro debido a lo grande del lugar, era primera vez que iban allí ya que los padres de Oli estaban en un viaje donde su abuela paterna. Todos subieron corriendo las escaleras y se deslizaban en estas mismas, tomaron las consolas, juguetes, cartas que coleccionaba y demás, Drake tomó un par y Oliver se las regalo-Estan repetidas- Afirmó y continuó mostrando su espacio.

Drake quiso prender un cigarrillo, pero Oli se negó, pues el olor quedaría esparcido e impregnado en la habitación y sus padres podrían castigarlo, así que decidió abstenerse. La tarde pasó volando, de pronto eran cinco para las siete de la tarde, hora suficiente para volver a casa. Ni Eri ni Drake querían por obvias razones, o quizá no tan obvias para Oliver.

Drake por su parte sospechaba que su madre estaba con algún hombre, o quizá estaba bajo el efecto de alguna droga. Eso lo desanimaba bastante, pero no podía decírselo a nadie o quizá sí. Eri fue la primera en irse, Drake decidió quedarse un par de minutos más para sincerarse.

Una vez dicho todo, Drake fue abrazado por Oli y se despidieron para luego marcharse a casa. El camino se le hizo eterno, y así lo prefería, pues al menos así había chance de que su madre estuviese dormida y sola. Y así fue, al llegar a casa, la cena estaba sobre la mesa pero no había señales de su madre, pero no habían gritos, gemidos ni nada desagradable. Así que para Drake eso era más que suficiente.

Drake tomó su comida y luego fue a su cuarto, vio de reojo el cuarto de su madre y vio como esta dormía plácidamente, sintió pena, pues sabía que no lo hacía por gusto, era un tema delicado y triste. Deseaba que pronto acabara.

****

La noche pasó sin penas ni glorias, era fin de semana, pero Drake se levantaba temprano para ir al taller de su tío a trabajar, su madre aún dormía y decidió que así siguiera, preparo el desayuno para ambos y guardo el de ella en la nevera. Se despidió con un gesto de su mano y emprendió su camino.

El tío Alan era el único familiar cercano que cuidaba de Drake, le enseñaba las cosas buenas de la vida y que debía ser fuerte por él y su madre. Eso le partía el corazón, pero sabía que tenía razón. A sus 16 años -un año más que Oliver- Drake era el encargado de llevar la comida a casa, sino fuese por su pequeño trabajo, moriría de hambre junto a su madre, si bien no moría por algún tipo de droga antes.

Y aquellos eran los fines de semana de Drake, no había paseo familiar como Oliver o cena en casa como Eri, desde fuera todo parecía maravilloso, envidiable, pero le gustaba su vida, sin embargo no por ello quería que se mantuviese así por demasiado tiempo.

El quería mejorar, mejorar por su madre, sacarla de las drogas, que fuese una mujer sana y feliz. Pero Drake aún era considerado un niño, no podía ayudar demasiado.

****

Luego de un largo fin de semana, tocaba volver a la escuela. Drake fue descubierto fumando, pero la maestra sabia su situación y solo le hizo una anotación negativa que -cabe recalcar- podría armarse un libro con tantas paginas agregadas. Pero era un buen chico y un excelente estudiante, no se le daba mal las matemáticas ni las ciencias, la literatura no era lo suyo pero aun así salvaba las materias con las parciales.

Siempre era reconocido por sus profesores, luego de ganar por 3 años consecutivos el concurso matemático de la escuela, que consistía en una prueba con ejercicios y un corto limite de tiempo. Si bien jamás terminaba primero, era el único que tenia todo correcto. Sin embargo, cuando su padre se marcho de casa, dejo de participar, se volvió frio y solitario, hasta que llego Oliver, un muchacho que al igual que el lucia distraído, sombrío y al mismo tiempo alegre, era un chico extraño, por eso lo convirtió en su mejor amigo.

Gracias a él, se volvió alguien mas sociable, rebelde y carismático, era quien sacaba las risas del grupo y quien los cuidaba al mismo tiempo. A Eri la conocería al día siguiente, una chica de cabello castaño, alta y muy arreglada, era preciosa, pero solo la veía como una amiga mas, al menos así fue por un tiempo.

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N/A: Espero que les esté gustando, se vienen capítulos importantes y sería genial que comentaran y votarán para saber que quieren que continúe con esta intrigante historia.

Saludos, Lankyen.

Oculto en el HumoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora