「 24 s𝐞𝐩𝐭𝐢𝐞𝐦𝐛𝐫𝐞 𝟐𝟎𝟏𝟔 」

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ERIKA

Una vez que el profesor abandonó su apartamento, se escondió entre las sabanas de su cama. Tenía miedo, uno genuino, se sintió como un ratón rondando una trampa, apunto de ser capturado. 

No sabia que hacer, quizá pedirle a Drake que se quede con ella un par de días, pero eso le obligaría a confesarle sobre el mensaje y no quería preocuparlo, no quería ser una carga para él, después de todo el también estaba de luto. «¿Qué puedo hacer?»—Pensó. Pero a su mente no llegaba ninguna respuesta, hasta que de pronto su celular vibro y le detuvo el corazón.

"NO TE METAS O TERMINARAS COMO TU AMIGO"

-T

Volvió a tirar el móvil y este continuo vibrando, pero se negaba a tomarlo. Atemorizada, cerró las cortinas y la puerta, se sentía observada y en su breve momento de calma, golpearon la puerta de entrada.

— Eri, soy yo, Drake. Abre la puerta por favor.—Se notaba agitado. Desesperado.— Por favor, necesito hablar contigo.

Eri se levantó esperanzada, corrió hacia la puerta y apenas sus mirada se cruzaron se abalanzó sobre él. Esté la tomo en brazos y la hizo entrar en casa, cerró la puerta tras de sí y continuo abrazándola en el aire.

— Todo está bien pequeña, todo está bien.—Eri se soltó del abrazo y este la bajo gentilmente al piso.— ¿También recibiste el mensaje?

Sorprendida, se consumió por el miedo y se echó para atrás.— ¿T-tu también fuiste amenazado? Kei... Tengo miedo.

La diferencia es que el mensaje de Drake no era el mismo. Sino que más bien decía: "Conozco tu secreto, no te metas o verás como tú mundo se viene abajo"



DRAKE

La noche en que se encontraba solo en casa, recibió una misteriosa llamada de un número desconocido, la cual no atendió.

Luego, llegaron las amenazas. «¿A qué secreto se refiere?» Se cuestionó asustado.

Al pasar un par de horas y luego de meditarlo un poco, decidió ir a casa de Eri, quien al abrir la puerta salto a sus brazos mientras temblaba asustada.

«De seguro también recibió un mensaje» y acertó. Está se lo mostró de inmediato y con cierto enojo - de preocupación - sugirió.

— Eri, debes dejar de jugar al policía o detective. Pueden hacerte daño, no solo nos vigila la policía, al parecer también nos acecha alguien.—Dijo en tono directo y serio, pero con cierta amabilidad mientras la miraba.— Me quedaré contigo, ¿Puedo?

Ella asintió de inmediato, no quería estar sola, no quería morir y con Kei a su lado, difícilmente lo haría. Pero, la duda llegó a su cabeza. «¿Y si había sido Kei?» Pues fue a dejarla en casa a eso de las dos de la madrugada y parecía furioso.

Se volvió paranoica, pero continuó en los brazos de la única persona en la que - por temor a quedar sola - confiaba.

****

La tarde paso, ambos se la pasaron charlando acerca de lo que había pasado hasta que otro mensaje llegó.

«Ni juntos se salvarán de está»

¿Cómo lo sabía? Le estaban observando de cerca y siquiera lo notaban. Eri optó por cerrar con pestillo todas las ventanas pese a vivir en un décimo piso y cerrar con llave la puerta de entrada.

De pronto Kei sugirió comer algo, para apaciguar el ambiente, a lo que Eri accedió. Cocinaron juntos pasta con salsa de champiñones. Una receta que Erika amaba y Drake lo sabía muy bien. Cenaron, vieron la TV y aún en las noticias seguían las imágenes de Oliver con el título de “Joven brutalmente asesinado en su propio hogar”. Cambiaron el canal de inmediato y decidieron poner música, algo clásico y Kei le ofreció una mano.

— ¿Me permite está pieza señorita Acken?—Eri sonrió luego de días sin hacerlo y accedió. Ambos pegaron sus cuerpos y comenzaron a bailar.

Eri pisó varias veces a Drake y ambos reían. Habían olvidado por completo aquel inconveniente -por llamarlo de alguna manera- e hicieron de su tarde y noche algo mágico e impecable. Luego fueron a la cama juntos, Erika posó su cabeza en el pecho del mayor y con ayuda de sus latidos rítmicos y lentos, concilio el sueño.



ERIKA

A Eri la despertaron con el desayuno en la cama. Algo inesperado pero agradable, beso la mejilla de Drake y comenzaron a comer. Sus teléfonos vibraron a la par, eran los agentes de policía, ambos decidieron ignorarlos y Kei tomó las cosas de la cama y beso a Eri.

Por segunda vez volvieron a sentir ese calor y atracción por el otro. Se besaron, rozaron sus cuerpos y respondían a los movimientos del otro. Está vez Eri tomó el control y se montó sobre él moviendo con delicadeza sus caderas. Drake tomo sus pechos y comenzó a masajearlos, de pronto sintió como estaba apunto de terminar y quiso detener a Eri, pero está se negó y le besó.

— Puedes terminar, tomaré la pastilla más tarde.—Susurró en un tono seductor y este la tomó dejándola debajo de él, las embestidas eran cada vez más rápidas y fuertes, acariciaba su rostro mientras lo hacía y antes de terminar lamió ambos pezones y la embistió con fuerza una última vez, terminando dentro de ella y dejándose caer sobre su cuerpo. Ambos jadeaban y sonrieron cuando sus miradas se cruzaron.

Pero está vez fueron interrumpidos por la llamada de la agente Karol, parecía urgente. Asi que decidieron vestirse e ir a la comisaría.



— Hasta que por fin los veo.—Comentó la agente al verlos.— Tenemos noticias, una descripción.

Ambos se miraron y se abrazaron.— ¿Algún sospechoso?—La agente negó con la cabeza y se cruzó de brazos.

— Aún no, pero descartamos al Sr. Parker y a Drake de momento, una vecina dijo haber visto a un hombre de unos 30 años entrando en su casa. Pero solo sabemos eso.

— Oh, pero, ¿Podrán encontrarlo? Digo, es una descripción bastante pobre.—Confesó.

La agente la miró y luego a Drake, ambos parecian felices pero a la vez agotados. La noticia quizá no era lo demasiado buena como para llamarlos, pero habían dado un gran paso, descartar a dos sospechosos de una vez, gracias a la breve descripción. El interrogatorio de aquel día había sido extenso, se notaba en el rostro de la agente. También estaba cansada, pero aún quedaba mucho por hacer.

— Tranquila, lo descubriremos.—Comentó finalmente.— Daremos con el asesino de una vez por todas.

Pero de pronto, noto algo en Drake, de espaldas aparentaba más edad de la que tenía, pero no quiso decir ni una palabra, después de todo, habían recibido una buena noticia, sin embargo supó de inmediato que debía interrogarlo de vuelta.

« Después de una pelea, es imposible que no haya ido a buscarlo» Pensó mientras se despedía de la pareja. «Hay algo extraño, algo que no encaja, algo que oculta».

Oculto en el HumoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora